Publicado por
Ludmila Vinogradoff el abr 3, 2015
El
presidente Nicolás Maduro ha intensificado la campaña para
recolectar unas 10 millones de firmas solicitando al presidente Barack
Obama que derogue el decreto mediante el cual sanciona a funcionarios
y declara a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional de los Estados
Unidos.
Maduro se
propone entregar las firmas –ya lleva unas 6 millones según él- a Obama
en la Cumbre de las Américas, el 10 y 11 de abril, a celebrarse
en Panamá pero seguro no dirá en qué condiciones obtuvo las
firmas porque no son auditables.
Muchas
denuncias han surgido en las redes sociales sobre el condicionamiento de las
firmas, que han dado pie a la denominada “Lista de Obama”, una variante
de las“Cartas a Obama” que obligan a los niños de las escuelas
públicas a enviar cartas al presidente de los EEUU.
Las
presiones para la firma antiimperialista son variadas. Van desde la coacción en
las colas de los supermercados para la entrega de alimentos escasos como el
pollo y la leche, la amenaza con el despido a los empleados públicos de la
Administración, los beneficios a los presos, y hasta el robo o suplantación de
firmas de electores ausentes.
El Diario
Tal Cual.Digital lo publicó: “Circula por las redes sociales –las
mismas que la fiscal Ortega Díaz quisiera controlar– la denuncia de
una administradora, con cargo en un ministerio quien, obligada a firmar so pena
de perder la chamba (empleo), descubrió por mera casualidad, en el mismo
cuaderno donde ella estampó su rúbrica, que una sobrina suya, estudiante de
postgrado en Italia, ¡había firmado la carta contra el decreto de Obama!”
“Ocurrió
la semana pasada en el centro de Caracas, a donde fueron
llevados en cambote los empleados públicos para cumplir con la patria y no
figurar en la lista de traidores que va a elaborar el diputado José Ávila.
Mayor fue el asombro de esta persona al confirmar que la citada sobrina lleva 4
años sin regresar al país”.
“Se
pregunta la denunciante, desde su cuenta en Twitter, si el gobierno, en su
desesperación por llegar a los 10 millones de firmas, estaría echando mano a
los listados del CNE y del Saime, donde aparecen nombres y
cédula de los ciudadanos, y como no hay quien verifique la autenticidad de las
firmas, ¡zuas! aparecen firmando hasta usted y yo, sin necesidad de acercarse a
los kioscos rojos de Jorge Rodríguez”.
Por
si fuera poco, la ministra de Prisiones, Iris Valera, llevó
personalmente a los reclusos de 5 penales y de 6 centros de atención al
adolescente a que firmaran en el edificio Platinum en el Rosal la
semana pasada, publicó El Nacional.
La
ministra Valera dijo que su despacho ha recolectado más de 16.000
firmas y aspira sumar unas 50.000 como cuota mínima.
Marianela
Sánchez, coordinadora del área judicial del Observatorio
Venezolano de Prisiones, confirmó que recibieron denuncias de
familiares de internos de Yare III que rechazaron que sus presos fueron
trasladados para firmar en contra del decreto.
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