Escrito por Trino Márquez (sociólogo) Miércoles, 06 de Mayo
de 2015
@trinomarquezc
La reciente aparición del impactante
libro "Bumerán Chávez. Los fraudes que llevaron al colapso de
Venezuela", de Emili J. Blasco, conocido y generalmente bien informado
periodista español, está alimentando los fantasmas abstencionistas de algunos
grupos que plantean la posibilidad de abstenerse o exigir condiciones
inalcanzables, como el retorno al voto manual, para las próximas, y esperemos
que cercanas, elecciones parlamentarias.
No tengo dudas de que el régimen ha
realizado desde 1999 todos los esfuerzos que ha podido para tratar de controlar
las elecciones por la vía electrónica. ¿No es acaso una dictadura postcomunista
y postguerrafría? Los rojos desprecian las instituciones republicanas y
liberales. Les produce urticaria el voto opositor. Lo que ocurre es que se han
visto obligados a aceptar ciertos controles y condicionamientos que son,
precisamente, los que permitieron que Chávez perdiera en el referendo
aprobatorio de 2007, Antonio Ledezma ganará en dos ocasiones la Alcaldía Metropolitana contra dos
dirigentes importantes del chavismo, Aristóbulo Istúriz y Ernesto Villegas, y
Henrique Capriles obtuviera una victoria resonante en Miranda en las pasadas
elecciones de gobernadores, luchando contra todo el poder del Estado. Esto,
para citar solo algunos casos.
El punto fundamental está en ver cuál es
la eficacia de los temores de escamoteo, siempre existentes, y la denuncia, y
saber cómo actuar frente al fraude coyuntural o continuo, electrónico o de otro
tipo.
En ninguno de los procesos electorales
que se han convocado desde el 99, la oposición ha cubierto cien por ciento de
las mesas electorales. Allí se manifiesta uno de los aspectos de la crisis de
los grandes partidos, AD y COPEI: desmantelaron su aparato electoral. Hay
casos, como el Referendo Revocatorio de 2004, en que no se llegó a 80%. La vez
que más se ha cubierto, se alcanzó cerca de 90%. Donde la oposición no está
presente el gobierno triunfa con holgura. No conozco ninguna mesa donde hayan
estado presentes los testigos opositores, se haya levantado el acta, esta se
haya firmado, y haya aparecido un resultado distinto al que muestra el acta que
conserva la oposición.
Tampoco conozco a nadie que haya sido
botado de su trabajo o haya perdido su beca o su pensión por haber sufragado en
contra del gobierno. En varios comicios, en Fuerte Tiuna la oposición ha
obtenido porcentajes altos y nadie ha sido, que se sepa, despedido o apresado.
El secreto del voto está garantizado, lo que ocurre es que el gobierno intenta
sembrar dudas para crear temor. Lo que sí está comprobado es que el oficialismo
triunfa con comodidad en las mesas donde se queda solo porque la gente se
abstiene y, además, los testigos desaparecen antes de los escrutinios y de la
elaboración y firma del acta.
La posibilidad del fraude se combate
votando y organizando un ejército de hombres y mujeres que sean capaces de
enfrentar los chantajes, las amenazas, las presiones de todo tipo que los
gamberros rojos desatan con todos los instrumentos que poseen: motorizados,
grupos paramilitares, ejército, prolongación de la jornada más allá de la hora
legal.
El fraude electrónico no puede
demostrarse y la automatización no será cambiada mientras este régimen exista.
Habrá que convivir con ella. Es una variable independiente que la oposición no
puede controlar. Lo que sí depende de la alternativa democrática es el nivel
mayor o menor de organización con el cual se concurre a los procesos
electorales. Aquí estamos fallando, mientras el PSUV engrasa su maquinaria
todos los días, con la complicidad del CNE. En Miranda se ganó la gobernación
porque Capriles se concentró en esa titánica tarea.
El voto es el principal instrumento de
lucha democrática, aunque no el único. Tenemos que demostrarnos y demostrarle
al mundo que somos la mayoría del país. A partir de esta comprobación empírica
podremos emprender otras acciones. En la actualidad la oposición no es capaz ni
siquiera de organizar un paro de 12 horas del transporte, a pesar de que es un
sector duramente golpeado por la inseguridad, la escasez, la inflación y todas
las plagas que azotan al país.
Hay que llamar con entusiasmo a votar. A
la gente le corresponde hacerlo con convicción y coraje. A la MUD le
corresponde ocuparse de la organización para que ningún detalle importante
quede al azar. Contra el fraude, ¡vota!
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