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lunes, 11 de enero de 2016

La unidad hasta restablecer la democracia


Por Luis Germán Cabrera Brazón


No puede entenderse la Unidad Nacional como una piñata para caerle a palos en rebatiña grupal; tampoco ese esfuerzo político colectivizado se logró para que una delincuencia política focalizada adentro, vengan con las siempre promesas, engaños y mentiras a la caza de los campestres que todavía aceptan migajas de estos filibusteros. Esto hay que señalarlo sin cortapisas. Son tan farsantes, que en vez de apurar sus actividades en consolidar, apoyar y defender las acciones que comienzan a florar en la Asamblea Nacional para adecentar al país en todos sus órdenes y, además, preparar al pueblo para el cambio del actual sistema político, social, económico y moral, estos personajes se engañotan publicitando sus ambiciones con los dineros que fueron objeto de sus fechorías cuando en una oportunidad gobernaron y le vendieron el alma al diablo de la traición.


Es un absurdo garrafal si estos delincuentes políticos llegasen a condicionar la arrechera que tiene la gente contra este desgobierno y que así lo expresó el pasado 6 de diciembre, y lo hará con mayor contundencia cuando sean convocados para los venideros procesos electorales los cuales tendrían que ver con un referendo revocatorio, enmienda constitucional o asamblea constituyente para anticipar la salida del poder del presidente, brindándoles bondades que nunca tuvieron cuando uno de ellos abandonó el cargo por la puerta de atrás y cargó con cuanto encontraba a su paso para volverse rico; otro pasó más de 15 años amasando la fortuna que tiene solapada en condicionales testaferros que llevan la administración de bienes no declarados; hay otro que también echó a correr cuando le soplaron desde el gobierno que lo iban a enganchar por las tantas fechorías cometidas y un saltimbanqui grotesco amurallado con unas abultadas cuentas distraídas en varios bancos y que tras bastidores juega en la oposición con apoyo de sus amigos del desgobierno.

Hoy más que nunca la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), esa que debe ser reconocida y querida por todos como la gran fuerza de poder del pueblo unido, debe mantenerse hasta el término de esta oprobiosa situación que lamentablemente le tocó vivir al pueblo venezolano. Por tanto, quienes se trastoquen con otra “salida” fuera de la Unidad, aprovechando la ingenuidad política de los venezolanos, deben ser denunciados y expuestas sus fechorías para que el pueblo no caiga, nunca más, en esas intenciones particulares perversas, haciéndole el juego a un gobierno socialista que no lo es, ni lo será jamás en estos predios democráticos.

Se está jugando Venezuela el destino de 30 millones de seres que fueron birlados en sus esperanzas, cuando a la entrada de este año 2016 un nuevo amanecer se avizora en la grandeza de un puñado de hombres y mujeres que se enfrentan a una boliburguesía que pretende jalonarse a la idea de seguir robándose el país de todos. Los grandes esfuerzos que se vienen haciendo por la Venezuela libre, democrática y unida, no puede ser resquebrajados por estos fariseos interpretando que de malas intenciones están llenas las mentes de estos seres devenidos políticos insultantes de la posición que asume el pueblo cuando ve la mano traicionera que le sacude el hombro.

Mientras el pueblo permanezca unido jamás será vencido, consigna voceada por siempre en cualquier escenario político y que muy pocos han entendido su dimensión y que ahora los venezolanos la han hecho suya una vez que fueron engañados y maltratados por un modelo de gobierno que sólo sirvió para acabar con las reservas económicas y morales de un país que se merecía otra cosa y no desabastecimiento, especulación, criminalidad, desempleo, hambre, miseria, desinversión, corrupción y presos políticos. La gran consigna a enarbolar en todos los ámbitos de la vida nacional es: Unidad Nacional. Así como dicen que dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada, quien conspire contra este memorable clamor nacional se convierte en un fascista más de esos que ahora quedaron como aquel Valentín que se inventó una revolución y un socialismo a la puttanesca con guisos regados por todas partes. luisgermancabrera@hotmail.com

10-01-16




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