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viernes, 15 de julio de 2016

¿DE VICEPRESIDENTE A PRESIDENTE?, por @trinomarquezc



Trino Márquez 14 de julio de 2016
@trinomarquezc

Movido por la ambición de poder, Vladimir Padrino López aceptó asumir la conducción de la Misión Abastecimiento Soberano y Seguro. El General, después de 17 años de continuos fracasos, debería saber que la economía de un país no se dirige con políticas intervencionistas y que los controles en vez de estimular el crecimiento, lo frenan y aniquilan. No es a base del cepo militar como van a resolverse las trabas de producción, distribución y abastecimiento que existen en Venezuela. El aparato productivo nacional comenzó a ser destruido por Hugo Chávez. Esta labor la ha continuado su delfín, Nicolás Maduro. Por añadidura, se acabaron las divisas para importar, por el derrumbe de los precios petroleros y la política de dispendio irresponsable aplicada durante más de tres lustros.
          
 Padrino López tiene el sello del fracaso en su futuro inmediato. La FAN no logrará el éxito en un campo donde solo la economía de mercado triunfa: producir en abundancia y distribuir con eficacia. Todos los ensayos voluntaristas del gobierno han naufragado (Comités Locales de Abastecimiento y Producción, Consejos Populares de Abastecimiento, etc.). El rigor militar no sirve para resolver problemas económicos, ni los uniformados pueden ganar guerras inventadas con el fin de ocultar el fracaso del estatismo.  

Padrino asumió el nuevo papel para auxiliar a Maduro, el Presidente más débil que ha tenido Venezuela desde finales del siglo XIX. Su fragilidad deriva de su propio origen. Fue designado sucesor por Hugo Chávez y después obtuvo la presidencia en unas elecciones amañadas en las cuales dilapidó, en apenas un mes, gran parte del capital político que su mentor le había dejado en herencia.

 Luego de tres años y medio al frente del Poder Ejecutivo únicamente  confía en los militares. Por eso se acogió de forma incondicional a su tutela. A partir de  ahora cogobernará con Vladimir Padrino, en la práctica sustituto del vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, quien quedó descolocado en el Gabinete ministerial, pues su labor era coordinarlo y recibir cuenta de los ministros. Esa tarea será ejercida en adelante por el General.

 En su giro hacia  el militarismo desembozado, Maduro, además de Istúriz, se llevó por delante al PSUV, partido al que hace apenas unas semanas había encargado de organizar los CLAP. Reconoce que esa maquinaria sirve para amenazar, desfalcar al Estado, organizar brigadas de choque y grupos paramilitares, pero no para cumplir tareas tan exigentes como supervisar la producción de alimentos y garantizar su distribución en todo el país. Por inútil, la deja de lado. A Freddy Bernal lo despidió sin entregarle la carta de cesantía. El hecho de que los generales Carlos Osorio y Rodolfo Marco Torres, entre varias decenas de oficiales, hayan sido responsables de la compra, almacenamiento y distribución de alimentos en el pasado reciente, y hayan fracasado de forma estruendosa, eso sí, saliendo de los cargos con los bolsillos repletos de dinero, no significa nada para Maduro. El primer mandatario quiere ganarse el apoyo irrestricto de los uniformados, sin importarle cuán corruptos e ineptos sean.

 Prefiere militarizar el Estado y la sociedad y cogobernar con Padrino López, con el respaldo del TSJ y el CNE para impedir cualquier forma de consulta popular, que apoyarse en esa maquinaria pesada, corrompida e ineficaz que es el PSUV.

 La inseguridad de Maduro es de tal magnitud que da el vuelco hacia el autoritarismo militarista en momentos en los cuales aspira asumir la presidencia de Mercosur. El argumento fundamental de Brasil y Paraguay para oponerse a esa asunción reside en que en Venezuela se rompió el hilo constitucional. El gobernante venezolano les da pruebas irrefutables de que en efecto esa ruptura se produjo. El nombramiento de Padrino como Presidente alterno, o Vicepresidente en los hechos, viola la Constitución y la Ley Orgánica de la Administración Central.

 Tampoco le importa lo que piensen Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández, mediadores que él buscó para que facilitaran  un diálogo democrático entre el Gobierno y la oposición. ¿Cómo dialogar y llegar a acuerdos cuando el verdadero Presidente es un militar que no fue electo para gobernar, sino formado y designado para resguardar la integridad del territorio nacional?

 ¿Será que Maduro prepara a Padrino para que sea el próximo Vicepresidente, de modo que él pueda renunciar en 2017 y el país quede, constitucionalmente, bajo el dominio de la FAN?

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