Por Daniel Santolo
Muchos hablan de diálogo,
pero ciertamente ¿creerán en el?, o solo es otra forma de ganar espacios
mediáticos. A estas alturas del juego ya no hay espacios para dialogar, se
agotaron sin haberse comenzado a utilizar, muchos se han dedicado a relajar
esta palabra, ya hablar de diálogo no tiene relevancia. En los actuales
momentos la gran mayoría del país lo que exige son acuerdos que ayuden a resolver
la crisis política y económica que amenaza por destruir lo poco que queda de
institucionalidad.
Lo que es urgente son
espacios para la negociación, ¡negociación política!, aunque para algunos les
suene a herejía, muchos han convertido la negociación en una palabra obscena,
lo que en política es más que normal, y sobre todo en democracia. La
negociación es consustancial al hecho democrático, sin acuerdos negociados la
sociedad no avanza, se estanca, y los que pagan las consecuencias son los
ciudadanos con mayor grado de indefensión, por ende son los que terminan
cargando los errores de aquellos que se niegan a reconocer al otro. La
negociación genera los mecanismos propios para superar las diferencias y los
conflictos que se plantean de forma normal y hasta necesaria en las sociedades
que pretenden desarrollarse en sana paz, negar la negociación es negar la
democracia.
Aquellos que han hecho un
altar de la confrontación política, y declaran herejes a todos aquellos que
osan plantear la negociación para saldar nuestras diferencias, siguen
utilizando todo lo que tienen a su alcance para dinamitar cualquier posibilidad
de entendimiento, quieren mantener el caos para seguir obteniendo
beneficios mezquinos. Para nadie debe ser un secreto a estas alturas que muchos
han jugado a exacerbar la crisis y la confrontación para obtener réditos, tanto
políticos como económicos, con ellos no vale perder tiempo, no cambiaran,
debemos ocuparnos de los que si quieren que el país entre en un proceso de
normalización que permita ir superando los males de la población, sobre todo
para la gente más necesitada.
Tuve la oportunidad de
escuchar al Expresidente Español Rodríguez Zapatero en una entrevista con
Ernesto Villegas, para mí sin desperdicio, y de mucha profundidad tanto
política como humana, Zapatero se ubicó de inmediato en la visión de la
política racional, la que busca evitar la confrontación por intermedio de la
negociación, lo racional por encima de lo irracional, el logro de la
negociación para generar un ganar-ganar, la que deja a un lado la lucha
existencial, en donde el otro es visto como enemigo y debe ser destruido, por
una visión política agonal que busca la competencia sana y el entendimiento de
aquellos factores que compiten por el poder político de forma democrática.
Los procesos de negociación
han sido estudiados a lo largo de la historia, y en la actualidad se han creado
mecanismos de negociación que buscan que de ella se obtengan los mejores
resultados. Hay suficientes manuales que nos enseñan cómo llevar a cabo
negociaciones exitosas, en ellos se va de lo más simple, que es como iniciar el
proceso de negociación, a lo más complejo. Uno de los primeros ítems es que a
un proceso de negociación no se debe ir con condiciones previas ni puntos de
honor, ya que esto de hecho impide la negociación.
Lo primero que se debe
hacer, si se quiere conformar una mesa de negociación, es nombrar los
mediadores, los cuales deben ser aceptados por las partes, quienes proponen por
separado a personas para que jueguen este rol, de estos nombres se escogen de
mutuo acuerdo a quiénes servirán para este fin, luego de ello se les entrega a
los mediadores un listado de quienes representarán a las partes, los cuales
tienen el derecho de objetar alguno de los nombres propuestos, eso es lo
normal, y luego de haber logrado acuerdo de quienes serán los mediadores y los
participantes en el proceso de negociación, se llevan los puntos que se quieren
discutir a la mesa, los cuales se escogen de la misma forma, es allí donde
comienza el proceso de negociación, acordando cuáles serán los puntos a
discutir, o por lo menos con cuáles se comenzarán las negociaciones. Lo que no
se puede es llevar a la mesa son puntos de honor, la negociación es ceder para
el logro de objetivos, pero en todo proceso de negociación algo ha de perder
cada una de las partes, el que no lo vea así no quiere negociar.
Las voces más estruendosas
que llaman al diálogo poniendo condiciones o puntos de honor, simplemente no
quieren negociar, siguen en su juego de la confrontación y utilizan el
escenario para seguir generando desasosiego en la población. ¿Qué esperan
lograr? ¿Cuántas vidas más serán necesarias para buscar una solución negociada?
Más del ochenta por ciento de la población pide diálogo y entendimiento, la
única forma de que esto se dé es en un proceso de negociación política, con
todo lo que ella conlleva, ahora ¿Dónde están los llamados a negociar en pro y
a favor del país?
19-07-16
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