Por Jesús Alexis González, 14/08/2017
El crecimiento
vegetativo, hace referencia al número de nacimientos y defunciones que
experimenta poblacionalmente un país en un período determinado de tiempo, a
tenor de lo cual si el número de nacimientos es mayor al de defunciones se dice
que la tasa de natalidad es mayor en
relación a la tasa de mortalidad; la
explicación al contrario resulta obvia: el decrecimiento
vegetativo refleja un número de defunciones superior al número de
nacimientos. Ese escenario fue, a nuestro parecer, lo que sucedió en Venezuela
luego de más de 130 días de manifestaciones y
protestas siendo que las “defunciones políticas” se dieron en alto número
tanto en la dictadura como en la oposición, con hondo pesar para la Nación en su conjunto.
Es claro, que la “erosión
política” afectó la legitimidad del bloque opositor con una intensidad muy
superior a la experimentada por la dictadura (que ya le quedaba poco que perder)
a pesar de haber alcanzado un “triunfo”
manchado de sangre que indujo la ira nacional habida cuenta de haber asesinado a 107 hermanos y detenido a otros
5.000, al punto de impulsar la ya menguada “popularidad” de NMM hasta
apenas un 17%, con evidente
impacto sobre la pérdida de su legitimidad
política (nunca alcanzada) y dejando
al “descubierto” su ineptitud de
mando y sometimiento conductual al grupo
que lo mantiene secuestrado, así como del fracaso del “modelo socialista” con el consecuente efecto sobre la
“contracción de la esperanza” de los menos favorecidos socialmente aunado al
reconocimiento de la ruptura de orden constitucional y un desconocimiento de la
fraudulenta asamblea nacional constituyente por parte de la
Comunidad Internacional. A todo lo cual debe añadirse, la profunda caída en las
posibilidades de “retornar” al poder haciendo uso del populismo con “visión” de
pueblo encubierto en las bondades del socialismo del siglo XXI, ante
su inevitable salida que intentarán evitar no
celebrando elecciones libres pero instrumentando unas “tipo dictadura” al estilo de Cuba y Nicaragua y así
mantenerse en el poder apenas rodeados de los “socialistas”
por conveniencia, de los “amigos”
vinculados con la corrupción y de los “mercenarios”
del narcotráfico internacional que aspiran mantener a Venezuela como ruta de un 50% de
la droga con destino a Europa.
El resquebrajamiento
del régimen político venezolano,
asumido como el sistema de relaciones entre el Estado y la Sociedad Civil,
presenta la particularidad de la pretensión del gobierno madurista por institucionalizar una dictadura militar-cívica para continuar en el ejercicio de un Estado autoritario no normativo que
apela o desprecia la CRBV de acuerdo con su conveniencia en pro de construir su propia legitimidad al
tiempo de abandonar la democracia en su rol
cohesionador de la sociedad y profundizar en su “criolla” ideología socialista basada en una “justa distribución de la pobreza” y en una “concentración de riqueza entre revolucionarios”, gracias al enfoque parasitario de la economía que
utiliza los flujos externos de capital para financiar las importaciones de
bienes de consumo destinados a la “humillación
alimentaria”. Tal desmembramiento del
país se adelanta en complicidad de algunos entes del sector público, ahora
complementada por una constituyente
oficialista que en cualquier momento “decide” alargar el período
presidencial de NMM para, afirmarán llenos de cinismo, contribuir con la paz
nacional y con el rescate de la economía nacional; así como por un inocultable “pretorianismo ideológico” traducido en
una creciente intervención de los
militares en el acontecer político- burocrático del país en el marco de un bajo nivel de institucionalización de las
organizaciones partidistas que les dificulta mediar en los conflictos
sociales, facilitando al mismo tiempo una escalada
del militarismo traducido en una alta influencia en las políticas de
Estado, lo cual viene acompañado de múltiples privilegios otorgados sin ningún
tipo de ética y moral como consecuencia de la debilidad del sistema político.
En Venezuela ya es una verdad evidente por sí misma,
que no existe democracia (salvo
votar en procesos electorales cargados de trampas propiciadoras de fraude), ni modelo de desarrollo ni de al menos
una política de industrialización;
al igual que una caída de los ingresos, un derrumbe de las reservas
internacionales, una imposibilidad de obtener financiamiento externo, y en fin
una crisis demoledora que supera por
mucho la intención y capacidad de respuesta de la dictadura; pero a pesar de
ello defienden con acciones de represión y dominación su permanencia en el
poder de un empobrecido país mediante la no celebración de elecciones libres o
llevarlas a cabo bajo condiciones ventajosas. En tal sentido, nos cuesta
validar el nefasto reduccionismo
electoral de algunas (o casi todas) las organizaciones sociales con fines
políticos de concurrir, despreciando los asesinatos y heroísmo de nuestro
jóvenes, a unas elecciones regionales (que inferimos no se llevarán a cabo)
convocada por el mismo cne que
rechazamos bajo el principio de sobrevivencia “democrática” de no “cederles” las
gobernaciones a la dictadura como si olvidaran que perdimos la AN y unos 33 alcaldes (por ahora); en una acción
que convirtió una presión de calle
de efectos demoledores para
la permanencia del régimen en una contundente
“victoria” de la dictadura, habida cuenta que en la percepción del pueblo penetró la presunta existencia de algún tipo
de estratagema que jerarquizó la
permanencia de los partidos por encima de los 130 hermanos asesinados.
Estratagema, que de nuestra parte asumimos que ¡NO EXISTIÓ! pero que afloró virtualmente por las continuas “reuniones por micrófono” con
afirmaciones que redundaron en un desconcierto y desanimo del colectivo
nacional (más anti dictadura que pro MUD) en razón a esa ausencia de armonía
comunicacional para explicar a los batallones
de valientes sobre la conveniencia o no de participar en el evento
electoral regional; que en nuestra opinión fue acertada ya que “posiblemente”
le impida a la dictadura quedarse con todas las gobernaciones (si se celebran
las elecciones) por ausencia de candidatos opuestos a la “verdad
revolucionaria”, lo cual en todo caso no
valida el hecho de haber tomado una
decisión violentando la soberanía del
pueblo (justamente lo que rechazamos de la dictadura).
Reflexión
final: Estimamos como vital para
poder evitar el avance dictatorial que
se retome la presión de calle (si se
logra convencer al pueblo) lo cual pasa por convocar nuevas reuniones de la MUD
donde cada partido entre con una posición, y al finalizar salgan todos con la opinión más conveniente ¡para Venezuela!
Economista
Jesús Alexis González
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