El País 17 de agosto de 2017
Una
furgoneta ha atropellado esta tarde a decenas de personas en La Rambla de
Barcelona en un atentado terrorista asumido por el ISIS. Hay al menos 13
muertos y más de un centenar heridos, 15 de ellos se encuentran en estado grave.
Además de la furgoneta con la que se ha perpetrado el ataque, hay otra que los
agentes han interceptado en Vic. Hay dos detenidos y se ha identificado a uno
de los supuestos autores, Driss Oukabir, pero un hombre con esta identidad ha
denunciado haber sido suplantado por su hermano. El conductor de un coche que
arrolló a varios mossos en un control ha sido hallado muerto a tres kilómetros
de distancia.
El
Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) golpeó ayer el corazón de
Barcelona y dejó al menos 13 muertos y más de 100 heridos en el atentado más
grave que sufre España desde el 11-M y el primero yihadista desde entonces. A
las 16.50 horas, una furgoneta se lanzó contra los centenares de personas que
se encontraban en La Rambla. Los Mossos confirmaron que se trata de un atentado
coordinado. El autor material del atropello masivo se dio a la fuga y sigue en
paradero desconocido. La policía catalana ha detenido a dos personas. Una de
ellas es Driss Oukabir, que presuntamente alquiló el vehículo. La otra, cuya
identidad se ignora, fue detenida en Alcanar (Tarragona), adonde los Mossos
sospecha que, junto a otras personas, estaba preparando un artefacto explosivo.
El
ISIS asumió a última hora la autoría del atentado a través de una de sus
agencias. Los terroristas sembraron el terror y el caos, que cundieron durante
toda la tarde en el centro de la ciudad. Las principales arterias de Barcelona
fueron evacuadas mientras la policía buscaba a los autores del atentado.
Diez
minutos antes de las cinco de la tarde, una furgoneta Fiat de color blanco
irrumpió en el carril central de la turística Rambla de Barcelona, vetado al
tráfico. A esa hora, el paseo estaba repleto de peatones, muchos de ellos
turistas. El vehículo arrolló a más de un centenar de ciudadanos “a una
velocidad importante”, explicó pasadas las 23 horas el jefe de los Mossos
d’Esquadra, Josep Lluís Trapero. Recorrió un tramo de unos 500 metros con una
forma de operar similar a los atentados ocurridos en Berlín, Niza y Estocolmo.
La inexistencia de pilonas en el paso de peatones facilitó que la furgoneta
pudiera subir a la calzada central del bulevar barcelonés.
La
furgoneta se detuvo, finalmente, a la altura del teatro del Liceu. El conductor
abandonó el vehículo y se dio a la fuga. Los Mossos le buscan desde entonces.
“No tenemos evidencias de que esa persona fuera armada por lo que nos dicen los
testigos”, aclaró Trapero ante la avalancha de informaciones contradictorias
que circularon a lo largo de la tarde.
El
ataque dejó decenas de cuerpos inertes en La Rambla y provocó escenas de
pánico. “Caminábamos hacia allí cuando hemos visto cómo una furgoneta blanca
empezaba a atropellar a gente. Hemos visto ciclistas saltando por los aires,
gente saltando por los aires... Ha sido horrible”, explicaba en una calle
adyacente Ellen Vercamm, una turista belga que fue testigo directa del
atropello.
El
último balance, según la Generalitat, era de 13 muertos y más de 100 heridos.
Los heridos fueron repartidos en hospitales de la ciudad. Las autoridades pidieron
a la ciudadanía que se quedara en casa, pero muchos decidieron salir para
intentar ayudar a los afectados o donar sangre. De hecho, los hospitales
tuvieron que informar que ya disponían de suficiente plasma para atender a los
heridos. El consejero de Interior, Joaquim Forn, anoche no descartó que la
cifra de heridos pueda aumentar. Tampoco la de fallecidos, puesto que muchos de
ellos estaban hospitalizados graves.
La
incertidumbre y el pánico se apoderaron del centro de la ciudad. Cientos de
personas quedaron confinadas, hasta bien entrada la noche, en establecimientos
de La Rambla. El cordón de seguridad, para facilitar la atención a las víctimas
y el rastreo de los autores, fue ampliándose.
Dos
horas después del atropello, los Mossos d’Esquadra confirmaron que se trataba
de un atentado y activaron el dispositivo antiterrorista. La policía activó dos
dispositivos especiales —Gàbia, o sea Jaula, y Cronos— para localizar al autor
del atentado, aunque por ahora sin éxito.
La
policía detuvo a dos personas. La primera de ellas fue arrestada en la
localidad de Ripoll (Girona). Una patrulla de seguridad ciudadana identificó y
detuvo al marroquí Driss Oukabir, explicó el jefe de los Mossos. Oukabir,
agregan fuentes policiales, llegó a Barcelona de Marruecos el pasado domingo 13
de agosto. Fue la persona que alquiló, en Santa Perpètua de Mogoda —un
municipio próximo a Barcelona— la furgoneta que embistió a decenas de personas.
Las mismas fuentes agregan que, en el interior de la furgoneta Fiat, se halló
un pasaporte español
El
segundo detenido por su vinculación con los atentados fue apresado en Alcanar
(Tarragona). Se trata de un hombre nacido en Melilla y cuya identidad no fue
confirmada ayer. Está vinculado, presuntamente, con una explosión ocurrida la
noche del miércoles en un edificio de esa localidad. Una persona murió y otras
siete fueron heridas por una acumulación de gas. El edificio acabó derribado
por completo. Trapero reveló ayer que los Mossos “conectan de manera clara” el
ataque de Barcelona con el incidente de Alcanar. La policía catalana, de hecho,
trabaja con la hipótesis de que los terroristas podrían estar preparando allí
un artefacto explosivo.
Los
Mossos no hallaron inicialmente ningún vínculo del suceso de Alcanar con el
terrorismo, y lo vincularon al tráfico de drogas, aclaró Trapero. En el
interior de la casa, que estaba ocupada desde hacía unos meses, se encontraron
una veintena de bombonas de gas butano y propano.
Trapero
descartó que esté vinculado al ataque un extraño incidente ocurrido ayer
también en Barcelona. Un conductor se saltó el dispositivo de control de los
Mossos en la avenida Diagonal y arrolló a una sargento, que sufrió una rotura
de fémur. Su compañero “repelió la agresión” y disparó sobre el conductor, de
nacionalidad española, que falleció. Los Mossos enviaron a los Tedax a
inspeccionar el vehículo.
La
confusión en la zona generó durante horas el rumor de que un terrorista se
había atrincherado en un bar próximo al lugar del suceso. La información fue
desmentida de forma oficial por los Mossos. Sí es cierto que, con el objetivo
de resguardarse, algunos establecimientos en La Rambla y en sus proximidades
bajaron sus persianas con gente en su interior.
El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habló por teléfono con el presidente de
la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y con los líderes de los
partidos de la oposición tras el atropello. Un gabinete de crisis, compuesto
por las autoridades autonómicas, la delegación del Gobierno, los Mossos
d'Esquadra, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, se reúne en
Barcelona para estudiar la situación. El Departamento de Estado norteamericano
envió una alerta a los ciudadanos estadounidenses instándoles a evitar la zona.
Rajoy y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, viajaron anoche a
Barcelona. A última hora, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont,
lanzó un mensaje de unidad contra el terrorismo. Acompañado por su
vicepresidente, Oriol Junqueras, y por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau,
Puigdemont condenó los hechos y agradeció la colaboración de las fuerzas de
seguridad. “Aquí no hay división que valga”, dijo.
La Rambla
quedó acordonada, además de las principales calles adyacentes. Los
establecimientos comerciales y restaurantes fueron cerrados y también se
paralizaron el transporte público de metro, autobuses, Ferrocarriles de la
Generalitat y Renfe. Las estaciones de Renfe de la plaza Cataluña y paseo de
Gràcia fueron desalojadas y cerradas al público a raíz del atropello. En otras
zonas, personas y trabajadores estuvieron encerrados durante más de tres horas,
hasta que las fuerzas de seguridad permitieron su salida. En la zona del
atropello había numerosos cuerpos esparcidos por el suelo, muchos inmóviles.
El
juzgado central de instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, de Fernando
Andreu, ha abierto ya diligencias. También se encontró un segundo vehículo
sospechoso cerca de una hamburguesería de Vic (Barcelona).
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