ALEXANDER MARTÍNEZ 03 de agosto de 2017
AFP
Juan
Zabala dice resignado “cada vez que aumenta el dólar negro eres más pobre” ante
el avance frenético de la divisa en Venezuela, en un clima de nerviosismo por
los cambios que introducirá una todopoderosa Asamblea Costituyente.
Ejecutivo
en una empresa de reaseguros de Caracas, Zabala gana 800,000 bolívares
mensuales, que este jueves equivalían a $50 a la tasa del dólar paralelo. Hace
un año, cuando ingresó a la compañía, su sueldo representaba $200 en el mercado
negro.
“Cuando
el dólar sube, aumentan todos los precios y el salario disminuye”, añade a la
AFP este abogado de 38 años.
La
divisa estadounidense se cotiza a 15,893 bolívares por dólar, frente a los 999
de un año atrás, según el sitio web DolarToday, principal referente del mercado
paralelo, lo cual significa una devaluación de 94% para la moneda local.
Detrás
está la “incertidumbre” que genera la Constituyente del presidente Nicolás
Maduro, que se instalará el viernes. “La gente está protegiendo lo poco que
tiene”, dijo a la AFP Asdrúbal Oliveros, director de la consultora
Ecoanalítica.
Oliveros
se refiere al nerviosismo de empresas y personas naturales que se resguardan en
el dólar, presionando el alza, ante posibles cambios constitucionales que según
la oposición instaurarían una “dictadura comunista”.
“Uno
solo trabaja para poder comer”, afirma Zabala, quien se podría decir
privilegiado frente a quienes perciben un ingreso mínimo de 250,531 bolívares
($16). Solo un kilo de arroz cuesta 17,000 bolívares.
Venezuela
vive una graves crisis económica que se profundizó a partir de 2014 con la
caída de los precios del petróleo, fuente de 96% de las divisas en este país
históricamente dependiente de las importaciones.
Debido
a ello el gobierno -que monopoliza los dólares mediante un férreo control de
cambios vigente desde 2003- redujo las asignaciones al sector privado, tornando
crónica la escasez de alimentos, medicinas y todo tipo de bienes básicos.
Muchos
empresarios deben importar materias primas y productos terminados con dólares
del mercado negro, empujando la inflación, que según el FMI escalará a 720%
este año.
Para
derrotar el “dolar criminal”, Maduro lanzó en junio un sistema de asignación de
dólares mediante subastas, que se cotiza en 2,870 bolívares, pero la oferta es
insuficiente. También existe otra cotización oficial de 10 bolívares por dólar,
reservada a la importación de alimentos y medicinas.
“Las
cosas aumentan más rápido que el sueldo”, comenta Zabala, quien destina la
décima parte de su salario para un tratamiento de diabetes, cuando lo consigue.
Maduro
sostiene que la nueva Constitución consagrará normas para superar el rentismo
petrolero e incentivar el aparato productivo, que funciona al 30% de su
capacidad.
También,
aspectos para el control de precios, al que los expertos atribuyen varias de
las distorsiones económicas.
Sin
embargo, el mandatario, que vincula el “dolar negro” con una supuesta guerra
económica de la oposición para derrocarlo, no ha dado detalles.
Maduro
enfrenta desde hace cuatro meses protestas que exigen su salida, con saldo de
unos 125 muertos, y que adujo como motivo para la Constituyente, que según sus
adversarios instalará una “dictadura comunista”.
“El
conflicto político puede estar arrastrando el mercado paralelo”, declaró a la
AFP Henkel García, director de la consultora Econométrica, quien cree que el
alza la generan actores que acuden al billete verde para “resguardar su
patrimonio”.
Ecoanalítica
estima que por ahora “no hay barrera para el dólar negro”
Pero
García opina que el actual tipo de cambio “no tiene lógica” y puede pasar, como
en anteriores ocasiones, que la tasa “se estanque por un tiempo y los precios y
salarios se inflen”, generándose una corrección.
La
Constituyente también generó un efecto colateral en el mercado paralelo, pues
de cara a su elección, el domingo pasado, el gobierno elevó el gasto en
bolívares.
“Cuando
inyectas bolívares, eso se traduce en que las empresas, los particulares,
buscan dólares que son escasos”, anotó Oliveros, quien cifra en $11,000
millones el déficit de divisas para 2017.
El
panorama es aún más oscuro ante próximos vencimientos de deuda (la petrolera
estatal Pdvsa deberá pagar $3,433 millones en octubre y la amenaza de Estados
Unidos de sancionar a Venezuela por la Constituyente, sobre la cual pesan
sospechas de fraude.
Mientras
tanto, Zabala espera que su jefe le apruebe el reajuste salarial que pidió este
jueves, el cuarto desde que fue contratado.
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