Omar Villalba 13 de agosto de 2017
@omarvillalbag
Venezuela
es una tierra de luchadores, de gente dispuesta a meter el pecho a los
problemas. Somos un pueblo que puede tomarse las cosas con calma, pero cuando
la situación lo amerita podemos ser tan indómitos como cualquiera. Dentro de
este pueblo de libertadores hay una legión de personas comprometidas con la
libertad y con la superación del mal que nos aqueja. Entre esas personas que
están dando el todo por el todo, se halla alguien significativo para mí: María
Corina Machado.
Somos
grandes amigos, de esos amigos que agradeces a la vida, hemos sido solidarios
uno con el otro, en momentos donde se agradece una palabra, un gesto de
compasión y nobleza; he trabajado con ella en diferentes espacios y momentos, luchas
y batallas; fui miembro de su comando de campaña durante las primarías de
candidatos a la Asamblea Nacional por el 2010 en la que resultó ser electa
candidata, luego la apoyé cuando fue diputada por mi municipio: Baruta.
María
Corina es el tipo de mujer que esta tierra suele parir: mujeres indómitas,
fuertes y decididas, con esa energía femenina que vence las sombras. Es de esas
mujeres que se arremangan las camisas y salen a resolver los problemas, mejor
que muchos hombres, sin perder su esencia. Esta actitud se ve reflejada en su
carrera política, donde le ha plantado la cara al gobierno más de una vez.
María
Corina, ha demostrado su coherencia política—cosa que en el argot político
cuesta percibir en el liderazgo— eso
solo puede interpretarse como la férrea fidelidad a los principios. Desde esa
fe que tiene en su proyecto, ha sido capaz de construir una base, y en un
espacio dominado por hombres, María Corina ha sido capaz de dejar su impronta.
Su
atrevimiento y beligerancia, es tan rememorable debido a que, cuando todos los
demás tienen miedos de decir las cosas como son, ella ha dado un paso adelante,
y sin pelos en la lengua, se ha referido a las cosas por su nombre. Su quehacer
político no es dúplice, no da vueltas y no es barroco, todo lo contrario: es
directa. Como todas las guerreras. Como las guerreras venezolanas que son
madres valientes, profesionales de alto nivel y mujeres a la vez.
María
Corina ha defendido a este país en todos los ámbitos, por ejemplo: cuando este
gobierno —debido a los tejemanejes cubanos— se desentendió del problema con el
Esequibo, MCM y su equipo Vente Venezuela, retoma el tema una y otra vez. Para
ella no es un tema sencillo o sensible, es una cuestión de soberanía. A ella,
le duele Venezuela, así como nos duele a todos los demócratas y ciudadanos que
creemos en la verdadera soberanía territorial, sin pragmatismos ambiguos ni
hipócritas.
Se la
ha acusado de mantuana, aunque dista de ser lo contrario —en el sentido más
estricto de la palabra— María Corina, con su porte noble y de clase, se ha
comprometido, sin ataduras, con el sueño de progreso de toda una nación, ha
salido a patear las calles, carreteras, y largas autopistas, para con cada
acción vencer la desesperanza y conquistar espacios de protesta dentro de la
Constitución y las Leyes, que escenifiquen y muestren la necesidad de los
venezolanos por conquistar la libertad y abrazar un futuro mejor. Ha subido
cerro como el más pintado, acompañado a madres y esposas, a padres y familias
enteras en la lucha contra la persecución y encarcelamiento por pensar
diferente, por disidencia política.
Con
unos redaños envidiables, MCM hizo frente a este gobierno desde algunos
espacios internacionales, cuando habló en la Asamblea de OEA gracias a la
asistencia de Panamá. Lo realizó consciente de que los rojos usarían eso como
excusa para expulsarla del parlamento. Asumió, en aquel entonces, su castigo
con estoicismo.
No
conforme con ello, le ha metido el pecho a toda concentración y acción de
calle. Como el que más ha sido reprimida, atacada y humillada, ha sufrido y
llorado por este pueblo. MCM dista de ser una advenediza que azuza al pueblo
desde la retaguardia. Como las grandes mujeres que le precedieron, y aquellas
que le seguirán, ella ha saltado al frente con fuerza y poniendo en evidencia
su compromiso y obediencia para con la UNIDAD.
Pero,
a pesar de lo dicho con antelación. Al margen del respeto y aprecio que le
profeso, y en aras de esas mismas emociones, teniendo siempre presente el
bienestar de este pueblo y el futuro de Venezuela. Me atrevo con humildad y
respeto a hacerle un llamado de atención a María Corina. Siento el compromiso
conmigo mismo primero, y luego con todos los venezolanos que apreciamos y
reconocemos en MCM un pilar fundamental de la Unidad Democrática, por ello
recurro responsablemente a escribirle, que, considere su decisión de “romper”
con la unidad, sé que esta decisión no es repentina, ya ella venía manifestando
su descontento con ciertas actitudes desde la MUD. Y, cuando el tema de las
elecciones regionales se colocó sobre la Mesa, ella realizó unas cuantas declaraciones.
Estas eran —o son— duras, y como dije con antelación ponen en evidencia ese
carácter beligerante que muchos hombres envidiamos; a la par que resaltan la
coherencia que la caracterizan. Sin embargo, mi humilde llamado es a
mantenernos unidos, aunque no participemos en decisiones que no creemos
convenientes con el país, pero el liderazgo de María Corina, como el liderazgo
de cada partido político son necesarios, juntos todos, separados ninguno,
podremos alcanzar tan anhelado cambio para Venezuela.
Nos
encontramos en este momento en una encrucijada. La democracia venezolana se
enfrenta a su mayor reto: la ANC cubana, con la cual Maduro y su sequito
piensan imponerse sin límite de tiempo ni espacio. Esta intersección ha
arrastrado al país a los pies de diversos escenarios. Estos momentos se verán
alterados en función a las decisiones que tomen los demócratas. Curiosamente, a
pesar de que el chavismo cuenta con todas las potencialidades para hacer y
deshacer, la balanza política se está moviendo en función a las decisiones que
tome la UNIDAD.
Debido
a lo crítico de la situación, las decisiones que tome la MUD tendrán mucho
peso. Por ello la importancia de estar unidos, y en esa unidad MCM es
fundamental, este es el momento donde todos somos imprescindibles. Existe una
alta probabilidad de lograr alcanzar con estrategia y coherencia, respeto y
credibilidad, es innegable el apoyo popular con el que cuenta el sector
democrático del país, mostrando una vez más a la comunidad internacional, que
este es un régimen sin legitimidad, sin pueblo. Estoy convencido que en
cualquier escenario, la unidad democrática contaría con el respaldo ciudadano,
tomando en cuenta que las grandes victorias de la UNIDAD están en el tema
electoral, que es donde hemos demostrado que somos victoriosos, sin embargo,
entiendo y comparto la exigencia de María Corina, de lograr en la calle, con
presión popular no violenta, ir a unas elecciones GENERALES, con un CNE probo,
elegido por sus méritos y credenciales, así es muy probable una victoria
significativa. En cualquier caso, un escenario electoral con la realidad que se
impone actualmente, pone en evidencia la naturaleza tramposa, ruin y
despreciable de una elite que se ha burlado sistemáticamente del pueblo
venezolano.
Por lo
tanto, este es el momento donde la Mesa de la UNIDAD debe estar cohesionada,
ser un ente unido sólido; sin grietas, sin fracturas. No es, pues, el momento
idóneo para divisiones, rupturas ni divorcios. Esas categorías son los deseos
de Maduro y su combo, son los sueños repetitivos e imperantes del
castro-madurismo, a quien le conviene una oposición desarticulada, luchando
entre sí.
María,
por el tipo de persona que eres, y porque te conozco, sé que no te gustaría
terminar haciéndole el favor al madurismo. Entiendo tu predicamento, comprendo
tu decisión, respeto lo que has dicho y tu forma de actuar. Pero en este oscuro
momento, es imperativo que estemos unidos. Juntos somos más fuertes, separados
somos blancos fáciles. Juntos somos la suma de ideas, sensaciones y convicciones
que tienen como norte la libertad del país que ha sido estuprado una y otra vez
por una caterva de salvajes, que invocando el manido espíritu de una
inexistente revolución, nos han vendido barato a la gran tiranía cubana.
Por
ello, te ruego reconsiderar tu decisión. Es por ello, que te exhorto a estar
dentro de la unidad, sin que ello signifique que quiebres tus principios. Apelo
a tu amor por esta patria, tu amor por el pueblo que sufre, por las madres que
deben hacer hasta lo indecible para que sus hijos tengan, aunque sea, un plato
de comida al día. Por todo eso, y mucho más, te llamo a que vuelvas a la UNIDAD
y nos brindes tu inestimable apoyo, sin duda marcará la diferencia.
El
futuro te exige, y te lo agradece de antemano. Tu amigo siempre,
Omar
Villalba
@omarvillalbag
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