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martes, 22 de agosto de 2017

La población venezolana y la crisis, @LissetteCGA


Fuente: El Barometro de Las Américas por el Proyecto de
Opinión Pública de América Latina, www.lapopsurveys.org

Por Lissette González, 21/08/2017

El proyecto LAPOP-UCAB es fruto de un convenio con la Universidad de Vanderbilt y la nuestra a través del cual la UCAB es el socio local para la encuesta el Barómetro de Las Américas. El pasado mes de julio se hizo la presentación pública de los resultados de la Encuesta 2016/2017 y están disponibles en el siguiente enlace: http://democraciaennumeros.org/.

Además de estudiar las preferencias políticas de la población y sus actitudes hacia la democracia, esta encuesta nos permite conocer cómo se percibe la crisis económica que ha venido atravesando el país en los últimos años. Al analizar la pregunta sobre cuál se considera el principal problema del país, se ve con claridad cómo han cambiado estas percepciones. Desde la primera encuesta en Venezuela realizada en 2007 y hasta 2012, el principal problema declarado por la población era la inseguridad, muy por encima de cualquier otra mención. Ya en 2014 la inseguridad se encontraba algo por debajo de los problemas de la economía (crisis económica y escasez) y en 2016, claramente, son los problemas económicos la principal preocupación de los venezolanos; 79%  de los entrevistados están en esta categoría.


Este cambio de tendencia de los últimos 2 años no es producto de que la inseguridad haya mejorado en el período. Por el contrario, tanto las cifras oficiales como otros estudios independientes como Encovi y la propia encuesta LAPOP nos indican que la proporción de población que ha sido víctima de la algún delito ha seguido incrementándose. ¿Qué explica, entonces, esta transformación en las percepciones?

Es el reflejo de una coyuntura especialmente dura que han enfrentado los venezolanos en los últimos 3 años: recesión económica, alta inflación y escasez de productos básicos como alimentos y medicinas. Todos estos problemas impactan de forma directa la calidad de vida de las familias que ven disminuir las posibilidades de emplearse y, a la vez, pierde capacidad de compra su ingreso frente a unos bienes muy caros o inexistentes. Tan duro es el panorama que aún cuando la violencia ha seguido creciendo, ya no se percibe como el principal problema del país.

Estas dificultades no son producto del azar, sino resultado de un conjunto de políticas públicas que han asfixiado la capacidad de producir de la sociedad venezolana. Sin embargo, la conflictividad política que hemos vivido los últimos meses sigue sin conectarse con estas imperiosas necesidades de nuestro pueblo. Desde mi punto de vista, solo cuando las movilizaciones le den contenido político a la terrible situación social que vivimos, se logrará impulsar un verdadero cambio político.

(*) Publicado el domingo 20 de agosto en la columna Acuerdo Social del Diario Últimas Noticias.

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