Fuente: El Barometro de Las Américas por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina, www.lapopsurveys.org |
Por Lissette González, 21/08/2017
El proyecto LAPOP-UCAB es fruto de un convenio con la
Universidad de Vanderbilt y la nuestra a través del cual la UCAB es el socio
local para la encuesta el Barómetro de Las Américas. El pasado mes de julio se
hizo la presentación pública de los resultados de la Encuesta 2016/2017 y están
disponibles en el siguiente enlace: http://democraciaennumeros.org/.
Además de estudiar las preferencias políticas de la
población y sus actitudes hacia la democracia, esta encuesta nos permite
conocer cómo se percibe la crisis económica que ha venido atravesando el país
en los últimos años. Al analizar la pregunta sobre cuál se considera el
principal problema del país, se ve con claridad cómo han cambiado estas
percepciones. Desde la primera encuesta en Venezuela realizada en 2007 y hasta
2012, el principal problema declarado por la población era la inseguridad, muy
por encima de cualquier otra mención. Ya en 2014 la inseguridad se encontraba
algo por debajo de los problemas de la economía (crisis económica y escasez) y en
2016, claramente, son los problemas económicos la principal preocupación de los
venezolanos; 79% de los entrevistados
están en esta categoría.
Este cambio de tendencia de los últimos 2 años no es
producto de que la inseguridad haya mejorado en el período. Por el contrario,
tanto las cifras oficiales como otros estudios independientes como Encovi y la
propia encuesta LAPOP nos indican que la proporción de población que ha sido
víctima de la algún delito ha seguido incrementándose. ¿Qué explica, entonces,
esta transformación en las percepciones?
Es el reflejo de una coyuntura especialmente dura que
han enfrentado los venezolanos en los últimos 3 años: recesión económica, alta
inflación y escasez de productos básicos como alimentos y medicinas. Todos
estos problemas impactan de forma directa la calidad de vida de las familias
que ven disminuir las posibilidades de emplearse y, a la vez, pierde capacidad
de compra su ingreso frente a unos bienes muy caros o inexistentes. Tan duro es
el panorama que aún cuando la violencia ha seguido creciendo, ya no se percibe
como el principal problema del país.
Estas dificultades no son producto del azar, sino
resultado de un conjunto de políticas públicas que han asfixiado la capacidad
de producir de la sociedad venezolana. Sin embargo, la conflictividad política
que hemos vivido los últimos meses sigue sin conectarse con estas imperiosas
necesidades de nuestro pueblo. Desde mi punto de vista, solo cuando las
movilizaciones le den contenido político a la terrible situación social que
vivimos, se logrará impulsar un verdadero cambio político.
(*) Publicado el domingo 20 de agosto en la columna
Acuerdo Social del Diario Últimas Noticias.
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