“A ti,
Venerable Hermano Nuestro que, Dios mediante, vas a celebrar tus Bodas de Oro
Sacerdotales en la próxima solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen
María, te enviamos de todo corazón esta carta para manifestar nuestra alegría y
la fraterna comunión con la cual estamos unidos en el episcopado”.
De
esta manera comienza la carta que el Papa Francisco envió al cardenal Jorge
Urosa Savino, con motivo haber cumplido sus 50 años de ordenación presbiteral,
el pasado 15 de agosto. La misiva la dio a conocer el arzobispo de Caracas este
jueves 17, agradeciendo el gesto del Sumo Pontífice de Roma.
“Como
sabemos que has actuado con gran diligencia en el desempeño del sagrado
ministerio, deseamos felicitarte en esta ocasión por la labor realizada, y
recordar los momentos más importantes de tu apostolado”, dice el Santo Padre,
en la carta que recuerda parte de la hoja de vida de Urosa.
“En
1967 recibiste el sacerdocio para servir a la Iglesia Metropolitana de Caracas,
donde fuiste profesor y superior en el Seminario de San José y luego Rector del
Seminario Interdiocesano de Santa Rosa de Lima”, expresó.
En el
marco de esta celebración, más de 25 obispos de la Conferencia Episcopal
Venezolana acompañarán al cardenal Urosa Savino, a una misa en acción de
gracias, el sábado19 de agosto en el Gimnasio José Joaquín “Papá” Carrillo de
Los Dos Caminos, en Caracas, a partir de las 10 de la mañana.
Al
concluir la ceremonia religiosa, está previsto que el Purpurado venezolano sea
condecorado por los concejos municipales de Caracas.
A
continuación la carta íntegra del Santo Padre Francisco enviada al cardenal
Urosa:
A
NUESTRO VENERABLE HERMANO
JORGE
CARDENAL S.R.E. UROSA SAVINO
Arzobispo
Metropolitano de Caracas
A ti,
Venerable Hermano Nuestro que, Dios mediante, vas a celebrar tus Bodas de Oro
Sacerdotales en la próxima solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen
María, te enviamos de todo corazón esta carta para manifestar nuestra alegría y
la fraterna comunión con la cual estamos unidos en el episcopado. Como sabemos
que has actuado con gran diligencia en el desempeño del sagrado ministerio,
deseamos felicitarte en esta ocasión por la labor realizada, y recordar los
momentos más importantes de tu apostolado.
Siendo
joven y sintiéndote llamado al servicio de Dios en Caracas, la ciudad capital
de Venezuela, ingresaste al Seminario Mayor Interdiocesano de esa ciudad, donde
estudiaste la filosofía, y luego hiciste la teología en el Seminario de San
Agustín de Toronto. En Roma obtuviste el grado de Doctor en Teología Dogmática
en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1967 recibiste el sacerdocio para
servir a la Iglesia Metropolitana de Caracas, donde fuiste profesor y superior
en el Seminario de San José y luego Rector del Seminario Interdiocesano de
Santa Rosa de Lima.
Adornado
de las necesarias dotes, y perito en las cosas eclesiales, en 1982 nuestro
predecesor San Juan Pablo II te nombró Obispo Auxiliar de Caracas con el título
de Vegesela de Bizacena; más tarde fuiste nombrado Arzobispo Metropolitano de
Valencia en Venezuela, y tres lustros después, Pastor de Caracas; luego, al
siguiente año, el Sumo Pontífice Benedicto XVI te incorporó al Colegio de los
Padres Cardenales, con el título presbiteral de la Iglesia de Santa María de
los Montes.
Unido
a Dios en el cumplimiento del oficio pastoral, dotado de espíritu de servicio,
preocupado por las cosas sociales y fiel al magisterio de la Iglesia y del Sumo
Pontífice, has trabajado para que los fieles a ti encomendados fuesen solícitos
en la caridad, alegres en la esperanza, y sólidamente fundados en la fe,
asiduos también a las mesas del pan eucarístico y del Verbo divino, “por quien
fueron hechas todas las cosas” (Gaudium et Spes, 38).
Venerable
Hermano Nuestro: Al evocar la feliz memoria de tu sacerdocio, rodeado con la
alegre corona del clero y del pueblo, regocíjate en Dios, que te colmó de dones
celestiales.
Por lo
demás, Nos, Sucesor de San Pedro apóstol y Vicario de Cristo, en ese día
festivo estaremos presentes espiritualmente, sobre todo con nuestras preces con
las que pediremos intensamente por ti, benemérito prelado, al Buen Pastor, por
la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, madre celestial y reina de la
amada Venezuela, dones celestiales y años llenos de alegría, consuelo y paz.
Habiéndote
comunicado con gusto estos sentimientos, Venerable Hermano Nuestro, con gran
afecto impartimos la Bendición Apostólica a ti y, a través tuyo, a la
queridísima comunidad eclesial caraqueña, pidiéndoles oraciones por Nosotros y
nuestro Ministerio Petrino.
En el
Vaticano, 5 de julio de 2017, quinto año de Nuestro Pontificado.
Francisco
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