Por Luisa Pernalete
La Constituyente no es la
causa de los males en Venezuela, es el fortalecimiento de la crisis. Es la
sordera del gobierno que juega con la fe de algunos venezolanos.
Algunos no han terminado
primaria, es más, algunos no han ido nunca a la escuela y son hijos de esta
revolución. En estos días, entre consulta y constituyente, esto es lo que he
escuchado por estas calles.
“Yo tengo 50 años. Esto está
muy mal. No conozco este país, es más, creo que no tenemos país… ¿Lo del
domingo? Yo no fui. ¡Ah pues, si eran ellos mismos, ellos solos!”. Es
Riky, cuida carros cerca de la Policlínica Barquisimeto. Muy amable con
sus clientes.
“Yo no sé leer. Mi mamá no nos
puso a ninguno. Somos cinco. Yo tengo 16 años. Me gustaría estudiar”. Dice que
es “parquero” en una dulcería de Fundalara. “A eso de las 5:00 reviso la
basura, a ver si alguien dejó caer algo de chocolate”. Anda con su
perrito; Bandera se llama, dice que le gustó el nombre. En mi
fantasía, supongo que lo identifica con la bandera tricolor, ahora signo de
buenos deseos. “Yo le tengo miedo a los del Conas. Vivo en Santa Rosa. A veces
se meten a buscar muchachos que andan en las protestas. Me dan miedo. Yo me
escondo y los veo. Tumban puertas ventanas…” Alberto no sabe nada de
constituyente, pero sabe que está mal la cosa en su casa.
Juan Gregorio, antes del 16J:
“Señora, yo tengo fe, Dios nos va a ayudar”. Él fue a votar en la consulta del
16J. Tiene 54 años, perdió una pierna hace años en un accidente. Cuida carros
cerca de una panadería. Lo vi el 17, estaba muy contento: “¡Había muchísima
gente en ese centro: Todos votando por el SÍ!”. Nos tomamos un café para
celebrar. Lo vi el 31: “Señora, ¿de dónde van a sacar 8 millones? ¡En mi barrio
no había nadie en esa cola! A ellos no les da pena decir cualquier cosa... Nos
robaron”. No estoy segura de qué quería decir con eso: ¿nos robaron la
República?
Libia es de Yaritagua, 50 y
tantos años. “Yo sí fui a votar el 30. Me daba miedo. Los del CLAP son vecinos
míos y dijeron que quien no fuera no tendría más bolsas. Yo tengo nietas en mi
casa. A veces solo comemos un plátano y lo partimos para cuatro. Ellos me
dijeron cuáles números había que marcar. Yo voté por miedo, mi hijo es más
valiente; él sí fue el 16”. Tiene razón Juan Gregorio: no les da pena.
María, también es de
Yaritagua, confiesa que no fue el 16, sus hijos sí, tampoco el 30. “Me
fueron a buscar y yo les dije que yo no iba y que no me importaba si no me
vendían más bolsas, ellos no me van a manejar mi vida. Andaban diciendo que
quien no sacara el carnet de la patria no iba a poder comprar ni en los
abastos. ¡No me importa! ¡No fui y no fui!”, dice con firmeza.
Ana, también de Yaritagua, pero
de otro sector. Estaba asustada porque no fue el 30 a votar, pero se daba
ánimo: “No podemos intimidarnos. Al gobierno no le importa que tengamos hambre
y que maten muchachos. Han matados unos cuantos en Cabudare. Estamos de luto en
Venezuela… No entienden que ya no los queremos”. Se enteró que en el CNE
aparecía votando por los pensionados, pero un detalle: ella aún no tiene 55, no
es pensionada. “¡Es un desorden!”, razona.
Juliana es de Humocaro. Sólo
estudió hasta tercer grado. Le gusta estar al día. Oye noticias. “Mejor ver los
canales colombianos, esos dice lo que está pasando aquí”. Comenta que nunca
había visto pasar tanta hambre en su pueblo. El 16J fue a poner su SI. El
30 no fue, ya ella había opinado, ni se movió de la casa donde trabaja en Barquisimeto.
Desde ahí escucha las detonaciones de la Guardia Nacional cuando ataca a
jóvenes que protestan. A veces los ve correr. Cuando se enteró de los 8
millones del 30, se echó a reír, creía que era broma. “¡Pero si los centros
estaban cerrados! Yo vi uno del edificio donde trabajo. ¡Ahí no había nadie!”,
y reía de nuevo.
Mientras conversa conmigo, veo
en el fondo una escena que por recurrente no es normal: un joven registra la
bolsa de basura y cuando se da cuenta de nuestra presencia, mira como diciendo:
“Tranquila señora, sólo busco algo para comer. No va a pasar nada”. Él no sabe
de constituyente, tal vez no escuchó las cuatro cadenas diarias. Sabe que no ha
comido.
05-08-17
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