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lunes, 7 de agosto de 2017

Sobre el intento de remover a la Fiscal General de la República por @ignandez


Por José Ignacio Hernández G.


Los primeros dos días de la fraudulenta e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente permitieron demostrar que el verdadero propósito tras ese órgano era imponer una dictadura en Venezuela, a través de un poder supremo que concentrase todas las funciones del Estado.

Tal era el escenario más probable, como expliqué aquí en Prodavinci. Aun cuando la noticia ha sido la intención de remover a Luisa Ortega Díaz pretendiendo designar en su lugar a quien ejercía de Defensor, estos dos días permiten extraer muchas otras conclusiones.

1. Una Constituyente originaria: el poder absoluto e ilimitado 

Luego de su instalación, la fraudulenta Constituyente decidió aplicar, temporalmente, las reglas de funcionamiento de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999. Como explicó Carlos García Soto aquí en Prodavinci, en la práctica, esto lo que significa es que la ilegítima constituyente asumió su carácter “originario”, reconociendo así que actuará como un poder absoluto e ilimitado.

Una de las falsas conclusiones que hemos venido arrastrando desde 1999, es que la Asamblea Nacional Constituyente es expresión del poder constituyente originario y que, por lo tanto, está por encima de la propia Constitución. Esto es un error, pues como aclara el artículo 347 de la Constitución, el único que puede ejercer tal poder originario es el pueblo de Venezuela al convocar a una Asamblea Constituyente y elegir a sus integrantes. De acuerdo con la Constitución, toda Asamblea Nacional Constituyente legítimamente convocada solo actuará en representación del poder originario.


Esta fraudulenta constituyente, por ello, no puede ejercer el poder originario, ni siquiera, de haber sido resultado de un proceso de consulta popular. Esto último hace que el carácter originario de la ilegítima constituyente sea todavía más grave: la asamblea que hoy se presenta no fue siquiera convocada por una consulta popular. Y su elección, ilegítima de origen, fue resultado de un fraude fabricado por el CNE.

Por ello, desde el 4 de agosto, actúa como un poder originario, esto es, como un poder absoluto e ilimitado. Es ilimitado, pues la constituyente no reconocerá ningún tipo de control, siquiera en la Constitución de 1999. Es absoluto, pues la constituyente pretenderá asumir todas las funciones del Estado.

Basta tomar cualquier manual universitario de formas de gobierno para concluir que todo poder absoluto e ilimitado, que además no deriva de la soberanía popular, tiene un nombre bastante sencillo: dictadura.

2. Un órgano de gobierno dictatorial

Quedó en evidencia que esta ilegítima constituyente no se limitará a dictar una Constitución. Por el contrario, actuará como un verdadero órgano de gobierno, al señalarse que podrá deliberar, incluso, por dos años.

Con lo cual, de facto, quien gobierna a Venezuela desde el 4 de agosto es la fraudulenta e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente. Cuando digo que gobierna de facto, quiero resaltar que el gobierno de esa constituyente no es legítimo, pues es consecuencia de la usurpación de la soberanía popular.

3. El intento de remover a la Fiscal

La primera jugada de este poder de facto, absoluto e ilimitado, era bastante predecible: remover a la Fiscal General de la República y designar en tal cargo,de manera transitoria, a quien ejerce de Defender del Pueblo. Para ello, quiso valerse de una supuesta sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que habría separado a Luisa Ortega Díaz del cargo.

De haber sido electa conforme a la Constitución, la asamblea nacional constituyente no podría haber tomado esa decisión, pues su única función –así definida en el artículo 347 constitucional– es dictar una nueva Constitución. No puede, por ello, ejercer funciones de los otros órganos del Poder Público, como es la función de la Asamblea Nacional de designar y remover a la Fiscal conforme a la Constitución de 1999.

Al haber sido constituida de manera ilegítima y fraudulenta, menos podría esta asamblea usurpar funciones de la Asamblea a fin de remover a la Fiscal y designar a su sustituto. Con lo cual, tanto la decisión de remoción de la Fiscal como la designación transitoria de quien ejercería tal cargo, son actos nulos e inexistentes, de acuerdo con el artículo 137 de la Constitución.

Por más que la constituyente diga lo contrario, Luisa Ortega Díaz sigue siendo la Fiscal General de la República. Y quien hoy ocupa ese cargo no es más que un funcionario que de hecho usurpa funciones.

4. Lo que viene: ¿dictadura de corte totalitaria?

Con estos antecedentes, lo que viene se corresponde con el escenario más predecible: la constituyente va ejercer, por la fuerza de los hechos, su poder absoluto e ilimitado para gobernar el país, intentando controlar al resto de poderes y a la sociedad civil.

Así, anunció que no solo administrará el Salón Elíptico, pues controlará todo el Palacio Federal Legislativo. Algunos han intentado justificar el uso del Salón Elíptico señalando que este “pertenece” al Ejecutivo. Jurídicamente, esa conclusión es bastante cuestionable, pues ignora que la autonomía de la Asamblea Nacional se extiende, naturalmente, a la custodia exclusiva de su sede, el Palacio Federal Legislativo. Pero además, quien está ocupando ese Salón no es el Ejecutivo, sino un órgano ilegítimo y fraudulento.

Luego de ocupar el Salón Elíptico, y con la voracidad de quien ejerce el poder absoluto, ahora la constituyente querrá controlar todo el Palacio Federal Legislativo. Esta amenaza no solo implicaría dejar a la Asamblea Nacional sin sede. Puede ser, incluso, el antecedente del intento por disolver a la Asamblea.

No solo el poder absoluto e ilimitado será ejercido para controlar a la Asamblea. La constituyente, además, podrá intentar controlar a la sociedad civil, en especial, a los medios de comunicación, empresas privadas, universidades privadas y colegios privados. Para esta constituyente, ya nada es privado.

Con lo cual, no solo la ilegítima y fraudulenta constituyente, como poder de facto, ejercerá un poder absoluto e ilimitado. Es que además, ejercerá un poder total, pretendiendo absorber a la sociedad civil. En los manuales universitarios, esto también tiene nombre: totalitarismo.

06-08-17

http://prodavinci.com/blogs/sobre-el-intento-de-remover-a-la-fiscal-general-de-la-republica-por-jose-ignacio-hernandez/


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