Por Marco Negrón
La creación de una instancia
integradora, capaz de asegurar la gobernabilidad de la heterogénea Área
Metropolitana de Caracas, es una aspiración que viene madurando desde hace por
lo menos 35 años. Ya en 1983 el Plan Caracas 2000, redactado por la
desaparecida Oficina Metropolitana de Planeamiento Urbano, proponía “Reformar
la administración de la ciudad estableciendo una administración metropolitana
para todo el ámbito funcional del área metropolitana”; en esos mismos años la
Comisión Presidencial para la Reforma del Estado evaluó una serie de escenarios
para concretar esa propuesta; en 1999 la Fundación Plan Estratégico Caracas
Metrópoli remitió una proposición en ese mismo sentido a la consideración de la
Asamblea Nacional Constituyente, la cual aprobó en el año 2000 la ley que creó
el Distrito Metropolitano de Caracas, la Alcaldía Metropolitana como su
instancia ejecutiva y el Cabildo Metropolitano como el órgano legislativo.
Bajo ese marco institucional
se desarrollaron las dos primeras gestiones metropolitanas, la presidida por el
fallecido Alfredo Peña, que la ciudad vio pasar sin pena ni gloria, y la
encabezada por Juan Barreto, en la cual se comenzó su destrucción sistemática
mediante la transferencia de dependencias claves al Ejecutivo nacional. La
sedicente revolución había entendido que sus intereses estaban en otra parte.
Las elecciones de diciembre de
2008 dieron la victoria a Antonio Ledezma, candidato de la alternativa
democrática. Ante esta circunstancia el oficialismo actuó con su característico
estilo jalisciense de arrebatar cuando pierde: el asalto al palacio de la Alcaldía
fue apenas el preámbulo de una agresión más profunda, consistente en
arrebatarle competencias fundamentales y la casi totalidad del presupuesto
gracias a la complicidad de la servil Asamblea Nacional de entonces, todo lo
cual culminaría en la rocambolesca y arbitraria detención del reelecto alcalde
en 2015.
Pese a esas agresiones, el
asedio financiero y el sabotaje sistemático, la gestión de Ledezma abrió nuevos
horizontes a la gobernabilidad metropolitana y le imprimió a la Alcaldía una
dinámica inédita, lo que se concretó en logros de los cuales apenas citaremos
los fundamentales. El primero de ellos es, sin duda, la formulación del Plan
Estratégico Caracas Metropolitana 2020 cuyo primer avance, priorizando el
espacio público, la inversión en bienes públicos y la cultura ciudadana, se
presentó en julio de 2012, cubriendo el largo vacío que se había producido
desde 1983 y definiendo claras estrategias para asegurar el futuro de la
metrópoli. También la experiencia del Transmetrópoli, una reestructuración y
repotenciación del caótico transporte colectivo superficial de la ciudad, fue
una innovadora experiencia que no ha podido desarrollar todo su potencial por
el cerco al que ha estado sometida la Alcaldía. El sistema de información
geográfica de la ciudad denominado Caracas en un click ahora ha sido
incorporado al Programa GeoSUR, de la CAF. El Concurso de Ideas La Carlota
Parque Metropolitano atrajo un considerable número de participantes nacionales
y del extranjero, generó un rico debate y definió un modo nuevo, más
democrático y participativo, de hacer ciudad.
Pero ahora, sin la menor
explicación, el CNE, la secretaría electoral del PSUV, ha excluido de sus
últimas kermesses de elecciones prêt-à-porter a la Alcaldía Metropolitana, una
evidente señal de que se preparan su réquiem, completando la operación
liquidadora iniciada hace casi tres lustros por el alcalde Barreto: más que el
menosprecio esto revela el odio hacia la ciudad consustancial con el Socialismo
del siglo XXI. Pero ella renacerá y los responsables de los innumerables males
causados no podrán eludir la necesaria rendición de cuentas.
14-11-17
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