Fernando Camino Peñalver 20 de enero de 2018
Luego
de aparecer por obra y gracia del régimen en el escenario político la
denominada Asamblea Nacional Constituyente, el vocero principal a nivel
nacional de la Federación Nacional de Consejos Comunales y Comunas, conocida
por sus siglas como Fenacomunal, denunció que los representantes comunales a la
ANC habían sido electos a dedo, sin consultar las Asambleas Comunales, las
cuales son las genuinas representantes del poder comunal. También señaló
que más del 80 % de esa población (Consejos Comunales) rechazaron la ANC,
por lo que ellos asumen que la mayoría lo que quiere es buscar una salida que
conduzcan a la pronta recuperación de Venezuela.
Lo que
se desprende de estas declaraciones, es lo que hemos venido señalando en este
espacio: existe un “deslave” de la base popular del régimen que solo tiene como
muro de contención las dádivas y el chantaje. Pero este clientelismo, poco a
poco se ha ido diluyendo por la erosión ocasionada por la corrupción y la falta
de divisas.
Al
momento de escribir este artículo el vocero de Fenacomunal, declara que la
organización que representa: “considera que los acontecimientos vinculados a
intentos de saqueo y protestas por alimentos, demuestran la acelerada
profundización de la crisis alimentaria”. Y agrega que: “El gobierno después de
haber destruido el aparato productivo del país pretende resolver la hambruna
con los CLAP, cada vez con menos productos, más caros y que tardan hasta 4
meses en llegarles a los muy pocos beneficiarios”
Muy
acertada la apreciación que hace Fenacomunal de la grave crisis agroalimentaria
que padece nuestra población y de la manera absurda asumida por el régimen para
enfrentarla. En la mayoría de las manifestaciones que ocurren por hambre en
todo el país la población alzada rechaza los CLAP por dos razones: la primera
es que reclaman su derecho a obtener los alimentos en los anaqueles,
reivindicando de esta manera su voluntad para elegir según su gusto y capacidad
adquisitiva y la segunda, es que no se toma en consideración a los consejos
comunales al momento de la distribución de los alimentos.
Ya la
población más vulnerable de nuestro país ha entendido que la abundancia que
duró hasta hace cinco años fue un espejismo, “pan de hoy hambre pa’ mañana”.
Por eso ahora claman por producción nacional, porque lo hecho en Venezuela da
empleo decente, abastecimiento seguro y capacidad adquisitiva para elegir los
alimentos de su preferencia.
El
régimen poseso de una ideología fracasada, asumió la destrucción del sector de
la producción privada, se apropió de empresas para luego destruirlas e intenta
arruinar a las que han podido sobrevivir. El régimen acabó con un sector
privado que generaba por lo menos el ochenta por ciento de los bienes y
servicios que demandaba nuestra población. Prometió que sus empresas de
producción socialistas superarían la capacidad productiva del sector privado y
terminó solo produciendo pobreza.
Nuestro
país se encuentra anarquizado a causa de la pobreza que supera al ochenta por
ciento de nuestra población, sometido a la más cruel escasez y carestía de los
alimentos alimentada por una hiperinflación galopante y un estancamiento
económico, los cuales superan a las más graves recesiones que ha podido padecer
cualquier país sobre la tierra. Los niveles de desnutrición que padece nuestra
población más vulnerable, ya se acercan a los padecidos por los países más
pobres de África.
Debemos
asumir con conciencia ciudadana, el deber de cambiar a este régimen nefasto que
ha destruido nuestra nación. Sólo así, podremos realizar los cambios necesarios
para reconducir la economía y reestructurar el sistema político en beneficio de
nuestra sociedad. Pero para ello se requiere, sin complejos de ningún tipo,
unirnos con todos los sectores de nuestro país para derrotar, con la única arma
que tenemos los demócratas que es nuestro voto, al fraude y al chantaje
permitido por este CNE corrupto y tramposo.
En
2015 derrotamos al régimen con amplio margen. Si nos unimos en torno a un
candidato único y derrotamos la abstención volveremos a derrotarlos en las
próximas elecciones presidenciales. La abstención es el arma más poderosa con
que cuenta el régimen en estos momentos. Debemos valorar que contamos ahora con
la mayoría de los sectores más vulnerables de nuestra población que han puesto
su esperanza en nosotros. No los defraudemos.
Fernando
Camino Peñalver
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