Papa Francisco 20 de enero de 2018
Evangelio
según San Marcos 3,20-21
Mala
actitud de los parientes de Jesús: En aquel tiempo, Jesús regresó
a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer. Cuando
sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: "Es
un exaltado". Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco
Jesús
es nuestra paz, ¡es reconciliación! Pero esta paz no es la paz de los
sepulcros, no es neutralidad. Jesús no trae neutralidad. Esta paz no es un
acuerdo a cualquier precio.
Seguir
a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y escoger el bien, la verdad, la
justicia, también cuando ello requiere sacrificio y renuncia a los propios
intereses. Y esto sí divide, lo sabemos, divide también los lazos
más estrechos.
Pero
atención: ¡No es Jesús el que divide! Él pone el criterio:
·
Vivir para sí mismos, o vivir para Dios y para
los demás;
·
Hacerse servir, o servir;
·
Obedecer al propio yo, u obedecer a Dios
He
aquí en qué sentido Jesús es signo de contradicción.Por lo tanto, esta palabra
del Evangelio no autoriza de hecho el uso de la fuerza para difundir la fe.
Es
precisamente al contrario: la verdadera fuerza del cristiano es la
fuerza de la verdad y del amor, que comporta renunciar a toda violencia. Fe
y violencia son incompatibles. ¡Fe y violencia son incompatibles!
En
cambio fe y fortaleza van juntas. El cristiano no es violento pero es fuerte y
¿con que fortaleza? con aquella de la mansedumbre; la fuerza de la mansedumbre,
la fuerza del amor.
Queridos
amigos, también entre los parientes de Jesús hubo algunos que a un cierto punto
no compartieron su modo de vivir y de predicar, nos lo dice el Evangelio de
Marcos (3,20-21).
Pero
su Madre lo siguió siempre fielmente, teniendo fija la mirada de su corazón en
Jesús, el Hijo del Altísimo, y en su misterio. Y al final, gracias
también a la fe de María, los familiares de Jesús entraron a formar parte
de la primera comunidad cristiana (cfr Hch 1,14).
Pidamos
a María que también nos ayude a nosotros a tener la mirada bien fija en Jesús y
a seguirlo siempre, también cuando cuesta. (Reflexión antes del rezo del
ángelus, 18 de marzode 2013)
Oración
de Sanación
Señor,
quiero sentirme seguro en tu presencia que irradia paz y esperanza, ser
consciente de lo preciado que soy para Ti y dejar atrás todos mis miedos.
Dame
la capacidad para no dejarme llevar por comentarios hirientes, llenos de celos
o envidias, que lo único que buscan es que yo pierda tu camino.
Tú
también sufriste el rechazo de tus parientes, quienes te creían loco por el
sólo hecho de llevar tu paz a los que estaban necesitados de gestos de amor.
Ayúdame
a enfrentar el rechazo. Lléname de paciencia para responder con amabilidad en
todas esas situaciones en las que seré apartado por Ti.
Quiero
actuar con sabiduría y prudencia. Asísteme con la fuerza de tu Espíritu Santo
para llevar a cabo tu obra con valentía, aunque a veces duela.
Ayúdame
a tener oídos sordos a las murmuraciones, a despreciar toda palabra vana y a
saber llevar los contras en mi propia familia.
Tú
eres el Dueño de todo lo que existe y confío en que me darás todas las fuerzas
que necesito para enfrentar los prejuicios y vencerlos en tu Nombre.
Confío
en que tu gracia se desborda sobre mí ahora y me la da seguridad para
sobreponerme y llevar los compromisos con fe y paciencia. Amén
Propósito
para hoy
Confiando
en que unido a Dios todo se puede, haré una profunda oración seguiré todas las
inspiraciones del Espíritu Santo.
Frase
de reflexión
"La
seguridad de la fe no nos inmoviliza o encierra, sino que nos pone en camino y
hace posible el testimonio y el diálogo con todos". Papa Francisco
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