Por Piero Trepiccione
Desde hace varias semanas he
venido escribiendo sobre los movimientos que se están generando en el seno
del chavismo a propósito de los reacomodos de poder. El
presidente Maduro trata de afianzar su posición de cara al denominado
“gran polo patriótico” frente a grupos antagónicos que, si bien es cierto
no han aflorado públicamente con claridad y transparencia, han estado presentes
siempre en lo interno de la revolución bolivariana con cuotas
importantísimas de poder. Ahora estamos viendo el reflejo de estos reacomodos
en el seno militar.
En toda sociedad y
Estado lo militar tiene un carácter de enorme trascendencia en lo
referente a la sostenibilidad de las élites que gobiernan. En Venezuela, no
somos nada diferentes en este sentido. Y luego de 2013 esta tendencia se ha
afianzado tras el fallecimiento de Hugo Chávez que ejerció una
especie de “hiperliderazgo” soportado con un amplio apoyo popular y con ello
pudo surfear exitosamente las demandas militares.
Con Maduro ha cambiado el
esquema. Al no tener el mismo carisma que su antecesor y no tener control
absoluto sobre sus grupos partidarios, se ha visto en la necesidad de moverse
como peso pluma para mantener el control. Con un entorno particularmente
difícil por la disminución de los precios petroleros y el
agrandamiento de la deuda pública del Estado venezolano para mantener
el modelo económico, y con un recrecimiento de indicadores sociales muy
adversos; ahora se recrudece la batalla por los espacios de renta y poder.
Y es allí donde hemos visto
durante las últimas semanas acciones como el lanzamiento del partido “Somos
Venezuela”, la actualización del carnet del Psuv, la convocatoria
adelantada de elecciones presidenciales para abril, luego la
propuesta de hacer la de la Asamblea Nacional en paralelo a las
presidenciales; y la incorporación de Consejos Legislativos estadales con
Concejos Municipales; además de la posposición para mayo. Ahora estamos viendo
la detención de figuras como Miguel Rodríguez Torres y Alexis
Ramírez con un grupo importante de oficiales activos de
la FANB, que son el más claro ejemplo de lo que estamos viviendo.
Las señales están claras. Van
a seguir apareciendo en las próximas semanas. Por lo tanto, según mi óptica, se
va a seguir afianzando la tesis del reacomodo del
poder en Venezuela. La ecuación es simple: unos saldrán, otros
ingresarán y algunos se mantendrán en el poder. De esa rotación histórica y
dialéctica no hay escapatoria posible. Todo se mueve… incluido el mundo
militar…
Foto: Reuters
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