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domingo, 14 de octubre de 2018

En memoria de nuestro amigo Fernando Albán por @hcapriles



Por Henrique Capriles


Es muy grande el dolor y la impotencia que sentimos por lo que sucedió con nuestro compañero de luchas Concejal Fernando Albán. Y este sentimiento de indignación no hace sino crecer cuando repasamos todos los vicios y todas las mentiras con las cuales el régimen y sus voceros han agravado su responsabilidad en torno a este hecho tan lamentable que, a todas luces, no fue un suicidio.

La atrocidad cometida por el aparato político policial del régimen en contra de la vida de Fernando ha sido tan desmedida que el Fiscal se atrevió a hablar de suicidio, incluso cuando no se habían hecho las investigaciones pertinentes. Era obvio su intento de librar de cualquier responsabilidad al Estado, pues la ejecución de la pirueta se hizo de la manera más burda posible. Y quien entienda de política sabrá que ésta es una dinámica que la opinión pública internacional tendrá que reconocer de inmediato, pues forma parte del relato cruel y sanguinario de las dictaduras.

Desde mucho antes de que los funcionarios parapoliciales y todos los involucrados decidieran armar esta farsa inhumana, de la cual tendrán que hacerse responsables, el Estado fallido que dirige Nicolás Maduro ya había cometido varios crímenes graves en contra de la vida de Fernando y de sus Derechos Humanos.

Antes de asesinarlo, Fernando fue secuestrado por las fuerzas parapoliciales del régimen. Y durante horas lo desaparecieron, tal como las dictaduras militares del continente desaparecían a sus opositores, sin dejar que sus familiares supieran a qué lugar se los llevaban y sin tener una orden de aprehensión.

Esto es algo que han vivido la mayoría de los presos políticos, quienes hoy siguen secuestrados por las fuerzas parapoliciales del régimen de Maduro en las mazmorras del SEBIN, en La Tumba, en El Helicoide, en penales como Ramo Verde y en otros centros penitenciarios a los que han trasladado a varios de estos presos políticos, con la única intención de exponerlos al riesgo de estar junto a delincuentes comunes en un territorio sin ley donde gobierna el crimen organizado, con la complicidad del régimen.

Todos en el país sabemos que esto es verdad, pero este régimen no va a investigarse a sí mismo.

Y por eso es urgente que todos exijamos que se conforme una comisión internacional de la verdad que investigue, de manera inmediata e independiente, qué pasó con Fernando, qué pasa en el SEBIN, qué pasa con los presos políticos y cómo los altos jerarcas armaron esta oscura trama que pone en evidencia el verdadero talante del régimen.

Sólo una comisión internacional de la verdad, independiente, pondrá en evidencia todas las violaciones que el gobierno de Maduro ha aplicado sistemáticamente. Incluso si no los dejan investigar, porque en un contexto como el venezolano negarse a algo así sería una confesión de parte.


Es lamentable que haya sido la muerte de Fernando Albán lo que terminara de encender las alertas de varios países y entes multinacionales sobre asuntos que tenemos años denunciando. Sin embargo, esto debe darnos idea real de la dimensión del crimen orquestado contra él.

Nuestra responsabilidad política es apoyar decisiones como que la Unión Europea y Naciones Unidas hayan solicitado una investigación independiente. La cancillería francesa citó al cuerpo diplomático siendo enfáticos en que asegurar la integridad física y la salud de los detenidos es una obligación del Estado. También el gobierno de España citó al Embajador de Maduro, quien tiene varias cuentas pendientes con el pueblo venezolano. Y así lo hicieron varios gobiernos.

Es una muestra más que evidente de que nadie en el mundo cree la versión oficial, en la que además ya se asoman las intenciones de enlodar la imagen de Fernando. De manera que debemos ser eficaces y estar claros en que el inicio de una investigación como la que está solicitando la comunidad internacional nos compete como representantes de las fuerzas democráticas.
Cada acción emprendida por esta comisión internacional que ayuda a esclarecer qué pasó con Fernando también debe contribuir con la liberación plena de cada uno de los presos políticos. Además, debe revelar cada una de las violaciones a las libertades fundamentales que el régimen ejerce, mediante la extorsión y la violencia, desde hace años.

El régimen hará de todo para que la opinión pública internacional olvide uno de los crímenes que más los comprometen. En especial con los pocos cómplices políticos que aún les quedan en la región. Muchas de las fuerzas políticas que alguna vez se aliaron con el chavismo en América del Sur se verían tentadas a darles la espalda ante un crimen de este tipo, sobre todo en las regiones donde se asoma desde ahora el clima electoral, caldeado por los resultados en Brasil.

También hay que leer con cuidado el comportamiento del régimen. En sus laboratorios saben que no hay manera de salir bien parados políticamente de un evento tan trágico y lamentable. Y a como dé lugar intentarán distraer al pueblo con temas más sensibles en el día a día, como toda la bulla que empezaron a hacer con el aumento de la gasolina, por ejemplo.

No podemos permitir que se minimice ni una muerte ni un preso político más. Ya basta.

Esos mismos laboratorios también pretenderán ensuciar la imagen de alguien honesto como Fernando. ¿Bajo qué lógica cabe que el Fiscal de la espuria constituyente, en una alocución oficial, se atreva a declarar algo tan absurdo como que tuvo acceso al teléfono de un preso político que acababa de morir antes que a las cámaras de seguridad de uno de los edificios más vigilados del país?

La mentira tiene patas cortas: empezaron mintiendo, pasaron a contradecirse y ahora han tenido que llegar al extremo de utilizar las estrategias más asquerosas a disposición para ocultar lo que, hasta el sol de hoy, no es sino una muerte cuyo único responsable es el régimen de Maduro.

No podemos dejar que nuestro pueblo caiga en las trampas del olvido que este régimen le tiende cada vez que se devela su cara más cruel. Somos responsables de que eso no pase.

Yo sé muy bien que aquello que podría revelar una investigación independiente no le devolverá a la familia de Fernando la vida de su ser querido. Pero esa misma familia tiene derecho a que haya justicia y a tener al menos la posibilidad de saber que algo así no quede impune. La justicia al final es lo que permite conseguir esa tan necesaria paz espiritual que permita calmar el dolor.

El país entero tiene ese derecho.

Sabemos cuán lejos están en Miraflores del concepto de justicia. El régimen mostró su naturaleza sin ninguna vergüenza mucho antes de que secuestraran a Fernando Albán, un concejal electo por el pueblo a quien intentaron involucrar con un intento de magnicidio del que nunca él hubiera sido parte. Así que los laboratorios también deberán entender que no van a lograr eclipsar nuestras demandas con liberaciones como las de Lorent Saleh. Y la razón es muy sencilla: ni Lorent Saleh ni ninguno de los otros presos de conciencia secuestrados por la parapolicía de Nicolás Maduro debieron haber estado presos jamás.

Nos toca a nosotros no permitir que el país siga cayendo al abismo al que están empujándolo. Nadie olvidará y nadie dejará de luchar. No van a distraernos de este camino. Finalmente la comunidad internacional está atendiendo a un caso que es capaz de resumir todos los desmanes de los cuales son capaces en Miraflores.

Nicolás Maduro no es el camino y su proyecto de país se ha convertido en encarcelar, desaparecer y asesinar a quien se le oponga. ¿Qué pretenden? ¿Quieren empujarnos a que terminemos matándonos unos a otros?

¿Tanto se ha fracturado el régimen por dentro que no les queda otra que seguir manteniendo este circo criminal, apaciguando a la gente a punta de hambre para evitar un estallido?

¿Creen que van a vaciar el país, a punta de exilios y de asesinatos, hasta quedarse sin nadie que se oponga?

Nosotros pondremos toda nuestra fuerza cívica para evitarlo. Sé que nosotros, unidos, podemos terminar con esta locura.

Debemos ser eficaces y certeros: repetir errores es algo que no nos podemos permitir.

Hoy en nuestra Venezuela no hay solución posible que no pase por el hecho de hacer evolucionar políticamente a la oposición, con el único fin de transformarla en algo con la fuerza política suficiente para hacerle ver al mundo entero que un cambio de modelo es posible y que en Venezuela estamos en capacidad de asumirlo.

Tenemos que hacernos cargo. Muchos estamos dispuestos. ¿Qué está esperando el resto? Nuestro pueblo nos espera.

Descansa en paz Fernando, fue un honor haber compartido contigo todos estos años de lucha y un mayor honor haber sido tu amigo. Más temprano que tarde se impondrá la justicia por la que tanto luchaste.

¡Qué nuestro Dios bendiga hoy y siempre a este país que tanto amaste!

14-10-18




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