Miguel Méndez Rodulfo 05 de octubre de 2018
La
"Responsabilidad de Proteger" es un concepto que se planteó en la ONU
luego de la intervención humanitaria en Kosovo y después de las tragedias en
Somalia, Ruanda y Bosnia. Esta idea novedosa se planteó en el seno de la
comunidad internacional buscando disponer de una estrategia innovadora que
permitiera enfrentar efectivamente graves situaciones de emergencias
humanitarias que ocurrieran en cualquier parte del planeta. Inicialmente, fue
una iniciativa patrocinada por el gobierno de Canadá para encontrar una vía
expedita de ayuda a poblaciones en estado de emergencia humanitaria. Esta idea
fue asumida por el secretario general Kofi Annan quien la sometió a
consideración de la Asamblea General, como parte de un paquete de reformas de
la ONU. Así se aprobó como resolución de la Asamblea General, en el Documento
Final de la Cumbre Mundial de 2005. Posteriormente ocurrieron diversos casos de
emergencia humanitaria en el mundo que implicaron soluciones de fuerza militar
al amparo del concepto de R2P como los de Myanmar, Zimbabue y Sudán.
La
Responsabilidad de Proteger, implica tres cosas: Primero- Que el Estado tiene
la responsabilidad primordial de amparar a la población del genocidio, los
crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y limpieza étnica. Segundo-
Que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de ayudar a los Estados
en el cumplimiento de esta responsabilidad. Tercero- Que la comunidad
internacional debería utilizar los medios diplomáticos, humanitarios y otros
pacíficos para proteger a las poblaciones de estos crímenes. Si un Estado no
protege a sus poblaciones, o es en realidad el autor de los crímenes, la
comunidad internacional debe estar preparada para tomar medidas más fuertes,
incluyendo el uso colectivo de la fuerza a través del Consejo de Seguridad de
la ONU. Como toda resolución de la Asamblea General, ésta no tiene carácter
obligatorio para los Estados, ya que se trata de una política o guía; sin
embargo, también estas resoluciones o acuerdos con el tiempo pueden ganar voluntad
política y convertirse a largo plazo en base de una futura norma de derecho
consuetudinario internacional, como ha ocurrido antes.
Dicen
los expertos que la R2P es un lineamiento político de la ONU, para aplicar a
los Estados, más en función de autoridad que de asociación, provocando entre
las partes una relación más vertical que horizontal. Este novedoso concepto se
basa en el criterio fundamental de que no hay ningún principio jurídico, ni
siquiera la soberanía, que pueda invocarse para proteger a los autores de
crímenes de lesa humanidad. En los lugares en que se cometen esos crímenes y se
han agotado los intentos por ponerles fin por medios pacíficos, el Consejo de
Seguridad tiene el deber moral de actuar en nombre de la comunidad
internacional. La intervención armada debe seguir siendo siempre el último
recurso, pero ante los asesinatos en masa es una opción que no se puede
desechar. Es claro que la R2P recae en el Estado y en la comunidad
internacional y que ésta debe ayudar a los Estados a ejercer esa
responsabilidad y auxiliar a la ONU a establecer una capacidad de alerta
temprana. La responsabilidad de proteger es el reconocimiento de los Estados de
su deber primario de resguardar a su propia población y la misma se materializa
en tres áreas de responsabilidad: prevenir, reaccionar y reconstruir
Las
“medidas de prevención” no implican el empleo de sanciones ni el uso de la
fuerza contra un Estado, sino mejorar el sistema de alerta temprana a fin de
detectar y reconocer las amenazas o riesgos de un conflicto o genocidio. La
prevención es el fundamento de la R2P. La "responsabilidad de
reaccionar" es la toma de medidas colectivas de la comunidad internacional
cuando el Estado no protege a su población de genocidio, crímenes de guerra,
depuración étnica y crímenes de lesa humanidad. Tales medidas colectivas pueden
ser económicas, políticas, judiciales y militares. Dentro de éstas últimas está
contemplada la intervención militar. La “responsabilidad de construir”
significa "ofrecer, particularmente después de una intervención militar,
plena asistencia para la recuperación, la reconstrucción y la reconciliación,
eliminando las causas del daño que la intervención pretendía atajar o evitar.
Miguel
Méndez Rodulfo
Caracas
05/10/2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico