Por Antonio Pérez Esclarín
El cinco de marzo, Fe y
Alegría cumplió 64 años brindando educación de calidad al pueblo
más vulnerable, para que ese mismo pueblo pueda labrarse una vida
próspera y digna mediante la capacitación, el trabajo y el esfuerzo. Nació
en 1955 en lo que hoy es el 23 de Enero en Catia, Caracas, en un rancho que
regalaron el obrero Abrahán Reyes y su esposa Patricia para que los niños y
jóvenes del barrio tuvieran escuela. De allí, impulsada por la generosidad de
muchos, saltó a Petare, Altavista, La Charneca, a los barrios más
pobres. Una vez que se consolidó en Caracas, se sembró por toda Venezuela en
los lugares más olvidados, sin servicios y sin escuelas. Sus lemas
de “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto”, “La educación
de los pobres no puede ser una pobre educación”, “Un niño sin escuela es
problema de todos”, motivaron a muchas personas a enrolarse
bajo sus banderas de educación de calidad para los más pobres.
Hoy, Fe y Alegría está
presente en todos los rincones de Venezuela con diversos programas educativos y
comunicacionales, y crece pujante en otros 22 países de América Latina, África
y Europa.
Muy conscientes de la profunda
crisis que estamos viviendo en Venezuela, en Fe y Alegría decimos con coraje y
convicción presente,
con lo que reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando con
renovadas energías por una Venezuela productiva, reconciliada y próspera, donde
todos podamos vivir con dignidad..
Fieles a nuestra opción de
servicio a los más necesitados, trabajamos por reconstruir a Venezuela
sobre las bases de la prosperidad pero también de la equidad, de modo que
no olvidemos, sino que privilegiemos a los que sufren con mayor
rigor las consecuencias de la crisis. La prosperidad se logrará
combatiendo con vigor la corrupción y con unas políticas productivas
eficientes que posibiliten a las mayorías vivir dignamente de su trabajo.
La equidad va a suponer sanear y mejorar políticas sociales que
atienden a la población más vulnerable, que les permitan vida digna y les
ayuden a salir de la pobreza. La genuina democracia sólo es posible en el marco
de la justicia social, pues el primer requisito de la democracia tiene que ser
asegurar la vida y el bienestar a todos.
Estamos convencidos de
que Venezuela tiene un hermoso futuro de prosperidad y de paz, que
debemos construir entre todos y para todos, mediante el esfuerzo, el
sacrificio, la honestidad y la productividad. Por ello, como lo hemos hecho en
estos 64 años de trabajo y entrega, seguimos apostando por
Venezuela y por los venezolanos y nos comprometemos a seguir trabajando en las
raíces del pueblo por una educación de calidad. Estamos muy conscientes
de que Venezuela nos necesita. Necesita de una Fe y Alegría, osada y
emprendedora, capaz de asumir las dificultades como
oportunidades para mejorar y servir con mayor calidad al
país. Por ello, si bien respetamos a los que
decidieron marcharse porque les resultaba imposible vivir con dignidad y,
pensando en sus hijos o familias, hicieron el sacrificio de enfrentar
valerosamente el desarraigo y la incertidumbre, la decisión de los que
optamos por quedarnos en Venezuela con Fe y Alegría, se convierte
en compromiso para sacarla del abismo en que se encuentra y
llenarla de prosperidad.
06-03-19
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