Fernando Luis Egaña 05 de julio de 2022
Es
intensa la campaña de la hegemonía para hacer creer que Venezuela se está
«arreglando», o incluso, más allá: que ya se «arregló».
Para
tratar de darle alguna credibilidad a la referida campaña, en la misma
participan figuras que no provienen de las entrañas de la hegemonía original.
¿Y qué
se arregló? La crisis humanitaria sigue igual o peor. La situación de los
derechos humanos, también. El control del poder por parte de Maduro y los
suyos, es cada vez más arbitrario y despótico. Siguen haciendo lo que les da la
gana.
Hay burbujas comerciales que pueden dar la impresión de un mejoramiento económico. Pero la realidad demuestra que los cambios reales en la economía productiva son una ilusión. Comenzando por la la economía petrolera. La dolarización a las patadas no arregla la profunda crisis social.
¿Han
habido «arreglos» en la educación, en la salud, en los servicios públicos? La
respuesta es negativa. El caso del colapso universitario público es una
expresión terrible de que las cosas vitales para el desarrollo no se arreglan
sino que se destruyen.
No
obstante, sí existe una cuestión que luce más «arreglada»: el continuismo del
poder establecido. Ya la hegemonía no es exclusivamente roja sino que tiene
dimensiones multicolor, así sean periféricas. Es notorio que una parte de la
oposición política y de ámbitos económicos se «arreglaron» con el poder.
Venezuela
no tiene que arreglarse sino ser reconstruida desde los cimientos. Para ello es
indispensable superar a la hegemonía. No nos dejemos engatusar con la campaña
del «arreglo».
Fernando
Luis Egaña
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