OSWALDO BARRETO 17 de febrero de 2014
La aparición en Internet de
"Venezuela, los dilemas de la oposición", título del largo texto de
Fernando Mires (8.300 caracteres, tres páginas de nuestro periódico), no podía
encontrar mejor recepción que la que habrían de brindarle precisamente amplios
sectores de la oposición.
Que el político, politólogo y
académico chileno, residenciado en Alemania y de reconocida preocupación por
los asuntos de Venezuela, se ocupara de uno de los aspectos cruciales de la
crisis que vivimos, se presentaba no solo como halagador, sino como promisorio.
Recordemos que ya para ese lunes 10
cuando se conoció el artículo, se hallaba en pleno desarrollo la protesta
estudiantil en los estados andinos, comenzaba aquí en Caracas y en las otras
ciudades del país y se anunciaba ya, para el 12, día de la juventud, una gran
marcha en solidaridad con los derechos y libertades de los jóvenes y los
estudiantes. Recordamos este resurgir de las luchas callejeras para resaltar la
intervención de Mires, pues ella se centra precisamente en los dilemas que crea
para la oposición venezolana la lucha callejera.
En función de sus reconocidas
cualidades, Mires procede desde los primeros párrafos de su disertación a
describir las características concretas de esta lucha en el momento actual, de
las posiciones que han asumido ante ellas líderes y dirigentes políticos, a
analizar como fino conocedor de nuestra sociedad y de la política universal, a
enjuiciarlas sin apelación y a aconsejar lo que se debería hacer en el futuro.
Protestando objetividad e
imparcialidad, Mires entra de lleno en el asunto. "Para decirlo de modo
terminante, ni Capriles es un colaborador de Maduro, ni López/Machado son
golpistas".
Y luego de una vaga apreciación de lo
que es y ha sido la calle para Capriles, precisa de manera absolutamente clara
y contunde la posición de López/Machado en estos términos: "Cuál es para
ellos el objetivo de la lucha de calle: López/Machado lo han planteado en
términos inequívocos.
Se trata de `la salida’"
(comillas del autor). "En otras palabras, ambos dirigentes (repito
dirigentes, no líderes (sic) están planteando una salida insurreccional, todo
lo pacífica, democrática e institucional que se quiera, pero insurreccional al
fin. No otra cosa puede ser una
"salida".
Dejando de lado graves preguntas como
por qué esa identificación sin matices de López y Machado, sino para dejar muy
claro que ni López ni Machado, ni yo ni nadie, hemos hablado de salidas
insurreccionales.
Lo que se pide en la calle no es
"para" tumbar un gobierno, sino para imponer con acciones pacíficas
el cambio de una política. Es lo que han hecho desde hace más de siglo y medio
los estadounidenses, desde Thoreau hasta Martin Luther King, con sus manifestaciones
de desobediencia a la ley.
Lo que hizo en ese país el chicano
César Chávez, con sus boicots, huelgas en defensa de los trabajadores del
campo. Impusieron el ejercicio de esos derechos sin llamar jamás a la
insurrección contra los presidentes.
Es lo que hicieron las Madres de Mayo,
clamando por la "reaparición de los desaparecidos", cuando Videla,
pero también cundo Alfonsín o Menem. Jamás fue cuestión de insurrección. Y es
lo que hizo Mandela y sus seguidores, antes de llamar a la lucha armada y
después de hacerlo.
Sólo con base en falacias se puede
afirmar que estas manifestaciones de calle son preparativos de una
insurrección. Es lo que hace Maduro y los dirigentes (¿no líderes?) que lo
acompañan. Con mayor detenimiento nos ocuparemos en Coordenadas de estos y
otros falsos dilemas de los que nos habla Fernando Mires.
Nota de R. Daneel Olivaw: Cualquiera que salga a las protestas apreciará la verdad.
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