LLUÍS BASSETS 23 FEB 2014
El informe sobre Corea
del Norte honra y prestigia al Consejo de Derechos Humanos de la ONU
Quienes están habituados a referirse
frívolamente al nazismo para descalificar a sus adversarios políticos deberían
leer urgentemente el informe que acaba de publicar el Consejo de Derechos
Humanos de Naciones Unidas sobre Corea del Norte, en el que se denuncian los
crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen comunista de Kim Jong-un
y se caracteriza a dicho sistema como lo más parecido en la actualidad al
régimen genocida que dirigió Adolf Hitler.
La investigación realizada por un equipo
de juristas documenta “violaciones de los derechos humanos sistemáticas,
generalizadas y graves por parte de la República Popular Democrática de Corea”,
que en buen número de casos califica como de “crímenes contra la humanidad” a
cargo de la policía, el ejército y el aparato judicial, bajo el directo control
del Partido de los Trabajadores y de su Líder Supremo. Las prácticas represivas
incluyen sistemáticamente la violencia y los malos tratos, entre los que se
denuncian detenciones arbitrarias y prolongadas, torturas, ejecuciones
sumarias, desapariciones, violaciones y abortos forzados, efectuadas en buena
parte en los campos de detención de presos políticos, conocidos como kwanliso,
en los que hay actualmente entre 80.000 y 120.000 presos. Estos centros de
internamiento constituyen una auténtica maquinaria de exterminio que el Consejo
de Derechos Humanos compara “con los campos del horror de los Estados
totalitarios establecidos durante el siglo XX”.
El propósito que persiguen los autores
del informe no es la mera denuncia de los abusos, sino presionar a Pyongyang y
obtener resultados. El primer destinatario del documento es el Consejo de
Seguridad, donde se sienta el único aliado de Corea del Norte que es China,
país que puede impedir con su derecho de veto la apertura de una causa contra
el jefe del Estado coreano y las principales autoridades del régimen en la
Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad. Además del apoyo
diplomático, el régimen norcoreano tiene grandes similitudes y afinidades con
la China de los años cincuenta y sesenta bajo Mao Zedong y surge de la misma
fuente de inspiración estalinista y soviética. El documento añade una acusación
que concierne directamente a China como es la devolución de millares de
norcoreanos fugados a territorio chino sin atender al destino fatal que les
esperaba de vuelta a su país.
El informe sobre Corea del Norte honra
y prestigia al Consejo de Derechos Humanos, un órgano reformado hace ocho años,
pero que no había conseguido hasta ahora desembarazarse de las críticas por su
escasa actividad ante los regímenes dictatoriales supuestamente progresistas y
sus dobles raseros en la evaluación de los derechos humanos cuando concernía a
países como Israel o Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico