Páginas

viernes, 7 de marzo de 2014

Chile ante la deriva autoritaria del gobierno venezolano

Editorial de LA TERCERA 06 de marzo de 2014

El trato de Caracas a sus opositores y el debilitamiento del eje bolivariano  ofrecen la oportunidad para presionar por cambios democráticos en ese país.

MIENTRAS EN Caracas el Presidente Nicolás Maduro encabezó ayer un acto para conmemorar el primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez, en Chile las fuerzas políticas debatían en el Congreso el tono y el texto de una declaración para pedirle al Mandatario venezolano respeto a las garantías básicas y la apertura de un diálogo constructivo con la oposición. La próxima visita de Maduro a Chile con ocasión del cambio de mando, unida a los recientes acontecimientos en Venezuela, donde se han producido muertes en enfrentamientos y se ha recluido en prisión a un líder opositor, generan la oportunidad de debatir cuál debe ser la aproximación que tome Chile frente a un gobierno que avanza hacia el autoritarismo y fomenta el conflicto social como método político.

La promoción de la democracia y el respeto a los derechos humanos es uno de los principios fundamentales de la política exterior de Chile. Sin embargo, a menudo el cumplimiento práctico de este objetivo colisiona con las obligaciones de respetar la soberanía de los demás países y descartar la intervención en sus asuntos internos, también definidos como factores distintivos del comportamiento internacional de Chile. Esta aparente contradicción obliga a la diplomacia chilena a actuar con prudencia cuando un Estado incurre en conductas como las que ha venido adoptando el gobierno venezolano en su actual deriva autoritaria, teniendo en consideración además factores prácticos como el impacto real de las medidas que puedan ser impulsadas y la forma en que éstas afecten el interés nacional.

Durante años, Chile tomó una postura de distancia frente a Venezuela, esquivando el choque directo con un régimen como el liderado por Hugo Chávez. Este avanzó hacia la consolidación de un modelo de gobierno que, a través de la constante y creciente acumulación de poder y el atropello a ciertas garantías civiles -el caso más notorio es el acoso a las libertades de prensa y expresión-, se alejó de los cánones de una democracia constitucional. En prevención de las consecuencias regionales que podría tener enfrentar abiertamente al líder del eje bolivariano, Chile optó por evitar la confrontación, llegándose incluso al extremo de que el Presidente Sebastián Piñera concurrió al funeral de Chávez y montó guardia de honor ante su féretro.

Sin embargo, las condiciones hoy son distintas. La brutal manera en que Maduro ha enfrentado las manifestaciones estudiantiles en su contra -cuya represión dejó un saldo de 13 muertos-, el apresamiento del líder opositor Leopoldo López y el hecho de que el eje bolivariano muestre un evidente debilitamiento a nivel regional, ofrecen la oportunidad de aproximarse de manera distinta a Venezuela, demandando que el gobierno inicie un proceso de diálogo verdadero con la oposición, para lo cual es requisito fundamental que libere a quienes sufren prisión por motivos políticos y garantice el respeto a los derechos básicos de la ciudadanía a manifestarse y expresarse.

En Chile, el gobierno saliente ha hecho ver la necesidad de que Caracas cambie su conducta, pero al interior de la Nueva Mayoría existen fuertes divergencias, que quedaron de manifiesto esta semana en los debates en el Congreso. Aunque en la discusión política es legítimo defender diversas posturas, resulta inconveniente que algunos legisladores y partidos políticos privilegien la cercanía ideológica en desmedro de la coherencia con los postulados que proclaman, haciendo oídos sordos a las demandas en favor de la democracia en Venezuela.

Tomado de: http://www.latercera.com/noticia/opinion/editorial/2014/03/894-568152-9-chile-ante-la-deriva-autoritaria-del-gobierno-venezolano.shtml

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico