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domingo, 2 de marzo de 2014

El Castrismo en connivencia con el comunismo vernáculo, el chavismo y madurismo transplantó la tragedia cubana a nuestra nación



Mensaje con Destino: el fraude político, electoral y constitucional  han permitido el menoscabo de los derechos fundamentales en Venezuela, 1999-2014.

Por Jesús González Briceño, 18/2/2014.

En mi entrega La gran masacre mundial del comunismo, desde 1917, se instaló también en Cuba y Venezuela, por esta misma página web, se hace un somero análisis  de cómo el comunismo mundial de la URSS y La República Popular de China , mediante el expediente del cercenamiento del derecho fundamental de la vida con el asesinato y el exterminio de opositores y disidentes, logran imponer el modelo marxista, leninista y maoísta en gran parte de la humanidad, incluyendo a Cuba, desde donde se logra transferir el modelo  castrista al sub-continente latinoamericano y a Venezuela, con un saldo trágico de subversión, represión muerte, desaparición y desplazamiento de grandes contingentes humanos por guerras civiles y enfrentamientos entre las fuerzas públicas y grupos subversivos, dictaduras militares, paramilitares, grandes carteles de drogas  y gobiernos  comunistas  que todavía persisten en el detrimentos de los derechos  humanos políticos, económicos, libertad de expresión y asociación. Y otras naciones de nuestra América Latina que mediante elecciones fraudulentas y legales están amenazados seriamente por el culto a la personalidad, rezagos y vestigios radicales del pasado e influencia del comunismo internacional tratan de imponer una hoja de ruta para implantar definitivamente el castro-comunismo, como son los casos de Colombia, hija predilecta de Fidel, Costa Rica, un ejemplo de democracia centroamericana, El Salvador, foquismo del extremismo castrista; Uruguay que no termina de deslastrarse de las influencias de los Tupamaros y de los Montoneros cuyas secuelas se muestran con evidencia en un peronismo trasnochado y retrogrado del kirchnerismo, en Argentina. La primera década del dos mil será vital y determinante de la geoestratégica política de Rusia, China y EE.UU que vislumbra cambios dinámicos económicos financieros en la que la nación asiática se erija como el más referente inversor y acaparador de minerales estratégicos y petróleo, y la Rusia del presidente Putin como árbitro de las diputas interamericanas dependiendo del poder revolucionario que pueda consolidarse. Por ello son primordiales los destinos casi inmediatos de El Salvador, Costa Rica, Uruguay, Argentina, Colombia y Venezuela.¿ Conseguirá el presidente Santos comprender esta jugada?

En este juego estratégico juega un papel importante que termine de imponerse el castro-comunismo en Venezuela para configurar con Nicaragua, El Salvador, Costa Rica (? ) y Colombia un mar dominado, junto a Cuba, por las relaciones sino-rusas en que la comunicación interoceánica de Panamá y la construcción  de un canal similar en Nicaragua, a iniciarse el diciembre próximo por un costo de 40.000 millones de dólares, significarían la llave del éxito de esta propuesta estratégica puesta en marcha. Si la nación norteamericana no despierta de su letargo ideológico y hace un viraje de su política económica, social y comercial con los países caribeños pasará a un segundo plano como lo hizo Grecia ante los romanos.

Desde la toma de posesión del presidente electo R. Betancourt en enero del 1959, se inició  en el país una tragedia sin duda alguna la más ominosa porque , aparte de las intentonas de golpes de los militares, bajo la égida de Fidel, se organizan y fomentan vertiginosamente los  grupos guerrilleros  con la creación de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional dirigido por el PCV, los diferentes frentes militares subversivos en toda la geografía nacional con líderes comunistas y radicales, Douglas Bravo y Alfredo Maneiro, Américo Silva y Gabriel Puerta Aponte y muchos más. Sus consecuencias fueron imprevisibles con la pacificación de la subversión.

Desde un principio Fidel Castro tenía  muy claro su hoja de ruta en el subcontinente latinoamericano, desde muy jovencito, desde  El Bogotazo de 1948 y del Santiagazo en Chile, bajos los auspicios y cooperación con los potencias comunistas, y apenas conquista el poder en las manos del sargento Batista en enero de 1959, contemporáneamente con  la eliminación de los residuos batisteros y contrarrevolucionarios mediante el fusilamiento en masa y la represión de la disidencia cubana lo que no fue nada fácil, se enfila por construir su propios bastiones subversivos en Colombia y  Venezuela la que intenta invadir dos veces en los años sesenta, con el apoyo del las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, FALN, y con jefes guerrilleros de prestigio, fallando en sus propósitos contra la pared monolítica del presidente R. Betancourt y su partido AD, y los campos y ciudades venezolanas se sembraron de odio, persecución, destrozos y muerte. La guerrilla no pudo contra el romulismo y fracasó por eso se pliega y busca otros caminos que encontrará con la debilidad de Rafael Caldera que no se le critica por su pasión y vocación franciscana de la paz sino por su falta de olfato político al dejar libre los guerrilleros condenados por las aventuras golpistas iniciales y del 4F y 28N del 1992 contra CAP y la institucionalidad democrática. Sin pasar por alto que en las terribles secuelas del Caracazo de Febrero del 1989 tuvieron metidas sus manos grupos subversivos de Bandera Roja, efectivos de la Policía Metropolitana, el mismo Chávez, ya organizado y preparado, y grupos infiltrados de  corregionarios terroristas en los barrios caraqueños (léase la biografía de Juan Montoya y las crónicas del GRAL (r) Peñaloza, a la sazón comandante del Ejército durante El Caracazo).

Para principios de 1969 cuando asume su primer mandato Caldera, se propone alcanzar la pacificación del país con la deposición de las armas de los frentes guerrilleros que para entonces lucían disminuidos en cuantía y efectividad, proceso en que contribuyó la carta enviada por la Comandancia del Frente Antonio J. De Sucre del oriente del país al cardenal Humberto Quintero, lo que desencadena el logro de la pacificación de Caldera, incorporando los subversivos prisioneros y juzgados a la vida pública y los militantes activos de los pocos frentes guerrilleros. El presidente Caldera ya para el 1974 había logrado la legalización del PCV y del MIR (1969 y 1973, respectivamente) y para fines de sus primer mandato, un año después;  y para  1994 había decidido el sobreseimiento y la amnistía de los conjurados  de 1992, incorporándolos plenamente  a la vida ciudadana, algunos de ellos con cargos públicos importantes, sin otro  requisito de dejar definitivamente las armas y solicitar la baja en sus respectivas fuerzas armadas. Gran equivocación.

La lucha guerrillera escalonada desde 1962 hasta las rebeliones militares de 1992, por supuesto arrojó nefastos resultados con numerosas bajas de las milicias revolucionarias, efectivos militares, policiales y civiles, desplazados y desapariciones forzosas y excesos cometidos por los organismos de inteligencia del Estado y fuerzas militares y policiales, en que se violaron los derechos humanos fundamentales como en los caso puntuales el ataque contra el Frente Guerrillero de Oriente, en Cantaura( 4/10/1982); el caso de Yumare ( (8/5/1986), la masacre de El Amparo ( 29/10/1988), el denominado Caracazo del 27 y 28 de febrero del 89, en los  que se ha comprobado la participación de algunos grupos insurgentes, como promotores, y las fuerzas policiales y armadas. Además se cometieron otros casos aislados contra los derechos hu8manos y eventos delictivos con la participación de grupos irregulares colombianos como las FARC y El ELN, los paramilitares, las Águilas Negras y AUC. Es obvio que la insurgencia guerrillera marxista-leninista-maoísta con el apoyo y participación activa del castrismo, originó un estado  de desasosiego e incertidumbre en situación latente de lucha armada rural y urbana comprometiendo la supervivencia del Estado democrático instaurado en el 23 de enero de 1958 de tal gravedad que ocasionaron desmanes contra los derechos humanos y en especial de la vida misma.

Supuestamente el triunfo electoral de chavismo en 1999 y su consecuente relegitimación en el 2000, con la aprobación de una Constitución socialmente avanzada en aquel año, que establece un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, la preeminencia de los Derechos Humanos, y el pluralismo político, hasta el día de hoy, ha devenido en un régimen en que se han confiscado la división de los poderes públicos, se ha defraudado su estatuto electoral, se ha llevado la violación de los derechos políticos a límites extremos para imponer a como dé lugar un sociedad comunista, con base en los postulados del marxismo y leninismo y la revolución castrista, en desmedro absoluto de la soberanía nacional.

Los hechos acaecidos en este largo trayecto de cinco lustros nos muestran una país agobiado por la criminalidad común ,la persecución político-ideológica y el derecho de disentir se han convertido en la conducta habitual del régimen, la represión y el encarcelamiento de opositores es la repuesta al pluralismo constitucional, la descentralización ha sido remplazada por el centralismo soviético, la implantación de la hegemonía comunicacional y mediática ha sustituido la libertad de expresión, la ideologización está a punto de lograrse  en  nuestras instituciones educativas por la fuerza y coerción; la economía y la propiedad privada están severamente afectadas por expropiaciones, confiscaciones e imposición de precios y penalidades administrativas y carcelarias, en el contexto de la peor crisis inflacionaria, productiva y productividad jamás habidas, a pesar de poseer un aparato productivo altamente estatizado y los más altos ingresos obtenidos de los hidrocarburos en nuestra historia. La crisis y el quiebre social, política, institucional y constitucional de la nación no tienen parangón con tiempos pasados, y, lo más grave, es que se trata de un régimen que ha podido conservar el control del poder y de las instituciones estatales mediante el fraude electoral fraguado por sus  camaradas del Consejo Nacional Electoral, desde su nacimiento, refrendado por una magistratura que se confiesa abiertamente revolucionaria y una Fuerzas Armadas que, a la par, ratifican su vocación y apego a la revolución Bolivariana y a la defensa del régimen.


Los fraudulentos resultados electorales pasados y  recientes, como la  revocación del mandato presidencial en el 2004, las sucesivos `procesos electorales signados por un abusivo ventajismo oficial y castrense del Plan República, la desagradable pero visible  pantomima del fallecimiento de Chávez y  el montaje del  evento electoral para la designación de Nicolás Maduro como candidato triunfante en las elecciones del 14ª del 2013 y los graves acontecimiento de represión de las protestas políticas surgidas a raíz del desproporcional fraude electoral de entonces, aunadas a las recientes jornadas de repudio estudiantil reprimidas por los colectivos infiltrados y las fuerzas armadas, policiales y de seguridad del régimen, con motivo de  la celebración de día de la Juventud el 12 de Febrero pasado, con sus antecedentes y posteriores jornadas de repudio al régimen, ha revalidado la INEQUÍVOCA VOCACIÓN AUTORITARIA Y CRIMINAL DEL RÉGIMEN DE MADURO camuflajeadas con el señuelo de la Pacificación de la Nación ha utilizado el poder de  las armas y el enjuiciamiento criminal de los contestatarios que han sido asesinados, heridos, golpeados, desaparecidos, encarcelados y torturados. Esta vocación represiva con el uso de las armas del pueblo venezolano ya se ha manifestado y concretado en múltiples oportunidades  como lo demuestran  las  rebeliones subversivas desde las décadas pasadas, 1960-1980, y las rebeliones militares de febrero y noviembre de 1992, que tiñeron de sangre las calles y los campos venezolanos. O con los acontecimientos del Puente Llaguno del 11 de abril y días posteriores, en que  muchos de los dirigentes y  gobernantes actuales dispararon a mansalva y públicamente contra los manifestantes que encontraron la muerte en búsqueda de las libertades frustradas. La historia del chavsimo-madurismo,1999-2014, nos demuestra fehacientemente por qué son seguidores de los hermanos Castro quienes han desaparecido y dado muerte alrededor de 70.000  opositores en 55 años de dictadura siendo la violencia y la muerte la única forma de mantener su régimen. El comunismo nunca podrá deslastrarse de la lucha de clase y de la criminalidad como instrumento de lucha político-ideológica.LA DECISIÓN ES AHORA O NUNCA: ADELANTE TODOS UNIDOS CON EL APOSTOLADO DE LOS ESTUDIANTES



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