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sábado, 1 de marzo de 2014

LA RENUNCIA

Américo Martín 28 de febrero de 2014
amermart@yahoo.com
@AmericoMartin 

He renunciado a ti, no era posible, fueron vapores de la fantasía…”
Andrés Eloy Blanco 

I
A estas alturas la mejor de las salidas constitucionales a la crisis de pronóstico reservado en que el desangelado señor Maduro ha metido al país, la más sencilla, rápida y menos onerosa sería su renuncia al cargo. Tiene una base legal precisa y puede ser la opción pacífica por excelencia. Un paso de tal magnitud abriría la puerta a la reactivación del país, después de 15 años de agresiones, abusos, odio y mentiras. Dado que no ha cumplido la mitad de su período, si Maduro se retira por voluntad propia el paso siguiente sería tan constitucional como ese. Se convocaría a elecciones  anticipadas.

Por supuesto, habría que dar los pasos para que la consulta comicial fuera creíble. Con un CNE tan desacreditado como el que hay, sin revisar cuidadosamente el registro y sin colocar el Plan República a cargo de militares confiables, podría repetirse la farsa que nos condujo al desastre en que nos encontramos hoy.

Tratándose de una fórmula constitucional no hay pecado alguno en solicitarla públicamente, haciendo uso del derecho de petición acompañado del de manifestar. Que ciudadanos desarmados inscriban en carteles un escueto ¡Maduro, renuncia ya! es perfectamente legítimo y legal. Todo sería muy bueno, todo muy educado, todo muy bien intencionado, pero lo que ha hecho hervir la sangre de los venezolanos es la represión brutal puesta en marcha por las más altas autoridades de este régimen. El abuso, el escarnio que soportamos diariamente.

Maduro no ha entendido la trama política que lo envuelve. Al insistir en la división del país para que los sedicentes revolucionarios aplasten a los abusivamente considerados fascistas, ultraderechistas, enemigos de la patria, criminales y demás insultos del idioma, ha socavado profundamente el  país y comprometido su futuro. Ese fue el esquema funesto diseñado por su antecesor quien mareado en la nube del despreciable culto a la persona llegó a echar de sus puestos de trabajo, despojándolos del derecho a la protesta, a todos los ciudadanos que no comulgaran con sus hábitos fundamentalistas. Que la infame “lista Tascón” no haya sido rechazada por el sistema jurídico interamericano, junto con la sucesión de abusos en que aquel hombre se envolvió, es un baldón para tantas ilustres personalidades que, sin compartir lo que hacía Chávez, se unieron en forma derretida o inconfesable  al deplorable culto que le prodigaron sus áulicos.

II

Maduro carece de la magia, si podemos llamarla así, de su antecesor. Y algo peor, está en el centro de polémicas dentro de su propio partido acerca de sus inexistentes habilidades. Pasó a ser víctima del empeño de absolver del desastre económico y social a quien condujo al país al fondo de un pantano. ¡Mi comandante jamás habría permitido la inflación que nos agobia! ¡Mi comandante no hubiera tolerado tanto desabastecimiento, crimen desatado y deplorables servicios! ¡Necios consuelos!. La memoria rescatada dejará escrita para siempre la pésima gestión de Chávez, la de Maduro y el contrahecho socialismo siglo XXI, que no sirvió para nada en parte alguna del mundo.

Aún con la acumulación de muertos y heridos. Aún ante el escenario propio de guerras creado por la arremetida de tanques disparando obuses y misiles contra indefensos apartamentos, y de los siniestros “colectivos”, nombre de los fasci de la Italia de Mussolini o las SS de la Alemania nazi, el pueblo y sus amados estudiantes no han llamado a empuñar las armas y declarar una insurrección popular. El esquema sigue siendo el mismo: un pueblo pacífico y desarmado aporreado por Guardias Nacionales y bandas de homicidas. A lo que el gobierno añade el encarcelamiento de líderes opositores y levantamiento de inmunidad de diputados disidentes. Son componentes explosivos que aíslan al gobierno del pueblo y del planeta. Ninguna de sus mentiras ha detenido o ralentizado el SOS-Venezuela que recibe el más emocionante respaldo mundial.

III

Para colmo Maduro no duerme. No entiende cómo es que artistas del espectáculo lo critican. Deportistas, cantautores famosos. Desespera por acallarlos o invitarlos. Y nada. Ensaya explicaciones: Cabrera, Guillén, Vizquel, Galarraga y suma y sigue serían pagados para decir lo que dicen. ¿Qué podía esperar de tan gratuita infamia? Ellos no son políticos, pero son ciudadanos. Miguel Cabrera respondió con un altivo: ¡a mí no me pagan para ser venezolano! Guillén fue más lejos. Sentó en el suelo a Maduro.

Maduro está atrapado entre la trepidante crisis que agobia a Venezuela toda y la presión ansiosa de los fundamentalistas de su gobierno que amenazan con pasarle por encima si diera marcha atrás o abriera la mano. Aquella le exige medidas de fondo, apertura económica y política, pero éstos no se lo permiten. No puede gobernar. Debe renunciar.

Una parte de la Guardia Nacional está manchando su uniforme, pero es solo una parte. ¡Es suficiente para “amansar” a quienes protestan, dice Maduro sin comprender que está profiriendo un doble insulto: a los valientes estudiantes y pueblo que disienten, y a un componente de la F. A. que está, o debería estar al servicio de la nación y no de un partido o una ideología sectaria. Sus armas, señores, no son para disparar contra estudiantes. ¿Lo comprenderán en algún momento? Los asesinatos y torturas ya están siendo acumulados para fundamentar la acusación de delitos de lesa humanidad que, como ustedes deberían saber, no admite el falaz atenuante de la “obediencia debida”.

Debida, señores, es la protección de sus compatriotas cuando son perseguidos a muerte en nombre de causas indignas. 

Maduro está atrapado, la solución no está a su alcance, su mejor salida es renunciar.


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