Por Adriana Vigilanza, 14/07/2014
Mucho me sorprendió que consabidos conocedores de la realidad
venezolana, no se dieran cuenta de que
la falta de unidad que se nos achaca a quienes hicimos críticas a las
declaraciones altisonantes de Henry Ramos y Ramón José Medina, contra Leopoldo
López y otros líderes opositores, es imputable, precisamente, a quienes las
profirieron. Por cierto, lo hicieron “sin ton, ni son”, a destiempo, ya que ya habían
pasado los días más álgidos de aquella crisis que generó las aberraciones del
régimen que, subrepticiamente, se le quieren achacar a quienes creyeron en una
“salida” a la pesadilla que vive el venezolano, generada con protestas de calle.
Porque decir, como lo hizo Ramos Allup, que "al menos el diálogo no trajo muertos", deja implícito que “la
calle” o esa “salida”, si los generó. Y eso es una distorsión de los hechos.
Para agravar las cosas, lo que pasó fue que "los muertos trajeron el diálogo". Es decir, ese "diálogo”
del cual se vanaglorian quienes criticaron “la calle” como salida a la crisis
que vivimos, no habría sido posible sin esa calle. Ni de lejos fue una conquista de la MUD que
llamaremos “MUD-pasiva”. En su seno, no había nadie trabajando para ese
objetivo. Al menos, que se sepa. Por
el contrario, lo que todo el mundo sí sabe es que el llamado del régimen “a
dialogar” tuvo su razón de ser, únicamente, en la crisis desatada por las
protestas y por haber sido ellas salvajemente
reprimidas por ese régimen.
En estas circunstancias, cabe preguntarse si tanto enojo contra López se
pudiera deber a si cuando él convocó a protestar, se desentendió dealguna líneaque
habría dictado la MUD. Algo así como que
“se adelantó" o “rompió un acuerdo”. Y por eso, quienes representan a la
MUD-pasiva, lo ven como un "traidor". Que lo sería, si en verdad se hubiese
llegado al acuerdo de no protestar en la calle.
Lo extraño es que sabemos, porque se han cansado de repetírnoslo, que la
MUD no es un ente para tomar posiciones en el tema de defensa los Derechos
Humanos, o de la soberanía nacional, o de las protestas. Que sólo es un foro
para llegar a acuerdos electorales. Entonces, ¿por qué molestarse si alguien
asume una acción en un área en la que la MUD voluntariamente no desea entrar?”.Por
otra parte, ¿es que la MUD había dictado una “línea” contraria a un valor
democrático, como es el derecho a la protesta? ¿No y que la MUD sólo está
interesada en los acuerdos por candidatura electorales? ¿Fue tan grave asumir
el liderazgo en la calle como para que se justifique exponer a López al descrédito
y responsabilizarlo por algo tan serio como asesinatos, torturas, detenciones
arbitrarias y exilios?
A esas interrogantes se suma el hecho de que parece que López creció en
popularidad, según algunas encuestas, a raíz de las protestas. No nos
extrañaría, porque sin duda demostró gran valor al asumir enfrentar al régimen en la calle ya que en la Venezuela
del “déficit de democracia” eso equivale a ser subversivo. Entonces nos
preguntamos, con toda lógica y derecho, ¿no será que las altisonantes
declaraciones se deben a tratar de restarle a López los puntos de popularidad
que pudo haber ganado? ¿No será que su “delito” es haber sido capaz de identificar
lo que era el sentimiento de muchos de nosotros, en la oposición (tal vez la
mayoría) de querer manifestar públicamente nuestro enojo con el trato despótico
que se nos da, desde el poder? El momento en que se producen esas declaraciones
que criticamos, “out of the blue”,
como diría un gringo o “de la nada”, apuntaría a eso.
Sin embargo, para la inmensa mayoría de los opositores, el tema no es
quién ganó popularidad, en la oposición. Quienes nos llamamos opositores,
compartimos unos valores y son justamente esos valores los que nos hacen opositores. Que sea una parte de los opositores
quienes se reúnan para llegar a acuerdos sobre candidaturas electorales, no nos
parece mal. Pero que se pretenda impedirnos a los otros opositores luchar con
otras armas igualmente democráticas, por restablecer la democracia y con ello,
alcanzar nuestros valores, nos aterra. Porque estamos conscientes de que esta
tragedia que nos come a todos no se acaba con esos arreglos entre contendores
de unas futuras e inciertas elecciones.
Decir “ahora López que vea cómo sale de la cárcel que él mismo se buscó”
(palabras más palabras menos, fue lo que dijo Ramón José Medina), equivale a decirnos a los demás opositores
“¿para qué salieron ustedes a protestar, si saben que este régimen mata y
encarcela a la disidencia? No cuenten con nosotros, si van a protestar”. Pero
como la mayoría nacimos y crecimos en la cultura de la democracia, no entendemos
que se criminalice la protesta, desde la propia oposición.
Lo paradójico de esta historia es que el fin último de unas elecciones
populares, que es para lo que se auto-limitó la MUD, es garantizar el respeto a los Derechos
Humanos,a la soberanía popular y a la soberanía nacional. No es conseguir
curules o cargos, para unos cuantos. Lo que las elecciones buscan es el máximo de bienestar para las mayorías. Cuando se
separa el instrumento (la elección), de
sus fines, algo no anda del todo bien.
Sospechamos que hay una incongruencia de fondo, que es lo que en verdad fractura a la MUD. Las elecciones
y los valores democráticos van de la mano. En defensa de unas elecciones futuras e inciertas (repetimos), no se
puede criminalizar ni la protesta, ni a quien asuma dirigirla.
En todo caso, la pegunta que deberíamos hacernos todos los opositores es ¿por qué
López subió en popularidad? (si es que lo hizo). Y la respuesta sería obvia:porque
no se quedó a esperar un proceso electoral para defender públicamente los
valores que pretendemos alcanzar o proteger, entre otras formas, con
elecciones. Fue consistente con su posición de defender lo que era un clamor
popular, es decir, ser libre de manifestar descontento en público, en la calle.
Y ya está siendo castigado por eso. Por el régimen. Los opositores no podemos
hacerle lo mismo. Nos estaríamos portando como niños,
pero causando un daño de adultos.
Al igual que lo hice con el artículo escrito por Eddie ramírez, estoy en total y absoluto acuerdo con Adriana y el contenido de su artículo; este tipo de personas "con doble frente y con doble moral" deben ser excluidas, sin misericordia, del juego Político con P mayúscula, que debería llevar adelante la MUD. Sus actitudes y aptitudes son propias de esa vieja y tradicional politiquería sucia, socarrona, burlesca, bufona, traicionera que tanto daño ha ocasionado a nuestra Venezuela, no sólo en estos últimos 16 años, sino desde los años 30 del siglo pasado, politiquería que llevaron adelante "politiqueros" como este personaje RJM, y otros muchísimos venezolanos y extranjeros, que desembocó en esta estruendosa y horrible situación que hoy por hoy afecta negativamente, en todos los órdenes, a quienes vivimos en este pedazo de territorio llamado Venezuela. Lo peor de toda esta situación con este personaje RJM, es que pareciera que los años biológicos no le han asentado en lo absoluto, ¡que pérdida de tiempo!
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