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sábado, 7 de febrero de 2015

A Venezuela nadie la quiere, por UNT Internacional

Editorial UNT Internacional 06 de febrero de 2015

Es terrible tener que afirmar que “a Venezuela nadie la quiere”, ni siquiera los propios venezolanos viéndola postrada, quebrada, arruinada, empobrecida a niveles demenciales y devastada por la desastrosa gestión corrupta e inepta de los bolivarianos que la han convertido en un trasto viejo, no obstante, continúan con la misma indiferencia y el mismo sometimiento interior que los ha traumatizado y les ha hecho perder la capacidad de reaccionar, que no sea solo el rumiar su desgracia en su casa, con el vecino o el compañero de cola en la escasez, pero hasta ahí, con lo cual el gobierno bolivariano está convencido de que la gestión gubernamental es buena, a pesar de los pajarracos agoreros de las encuestadoras, los economistas y los políticos de derecha entregados al imperialismo yanqui y ¡Apátridas!, A pesar de que ellos, están sometidos por los cubanos y entregados financieramente a los chinos, sin embargo, siguen pensando y afirmando ante la pasividad y negligencia del pueblo venezolano, ¡Tenemos Patria! Lo increíble es que su gente todavía se lo cree.

Vivimos la peor crisis política, económica, social y moral que conozca la historia de nuestro país. Hemos llegado al extremo de que estamos en la lista de colaboradores con el terrorismo, se nos acusa de ser prácticamente un Narco-Estado y nuestra principal industria y sostén del país, PDVSA, la señalan de blanqueadora de capitales. Un magistrado de la Corte Suprema de Justicia y ocho Oficiales de la Casa Militar se entregaron a la DEA, con el agravante, que uno de ellos fue el único que permaneció a su lado hasta la muerte de Chávez y como si viviéramos en un verdadero realismo mágico señaló que el Comandante Eterno y Galácticos de los bolivarianos no murió el 5 de marzo sino el 30 de diciembre a las 7:30 pm, a pesar de que, de comprobarse la veracidad de la información, todos los actos de gobierno, incluidas las elecciones, son absolutamente nulos e írritos, ¡pero aquí nada pasa! el país nacional está anestesiado preocupado solo por las colas y el adquirir alimentos, lo más triste, la oposición peleándose para ver quien asume el liderazgo, si es el que está preso por sacrificarse o lo que están afuera negociando o no su sobrevivencia, etc., etc. La verdad de la bailarina, es que ni el gobierno ni la oposición representan esa aspiración interna para mover los cimientos profundos de la gente, que no tardará en hacer explosión y que los sectores políticos de una u otra tendencia, que nada han hecho para que se produzca, tomarán para sí los acontecimientos, de la misma manera que los sectores económicos aparecerán reivindicadores, no para empinar a Venezuela de su desastre sino para resarcirse de 10 años de vacas flacas y persecuciones. Pero lo que si es cierto, es que nadie dice cómo piensan sacar al país de este marasmo en que nos han sumergido y menos, en asumir la responsabilidad de haber permitido que llegáramos a donde hemos llegado.

La Comunidad Internacional tiene 15 años mirando los toros desde la barrera, algunos gobierno aprovechándose de la desnaturalización de quienes nos han gobernado pero han logrado mejorar a sus países, otros indolentes viendo el hundimiento del país con satisfacción y los menos, angustiados pero incapaces de asumir el rol que le corresponde como lo hicieron los gobiernos democráticos venezolanos en su momento, en fin, quizás los más preocupados han sido los partidos políticos afines a los de la democracia venezolana, que solo se han pronunciado y finalmente han comenzado a asumir un rol más activo para impedir las desgracia que se avecina al país presionando a sus gobiernos. Hoy por hoy, nos está pasando, lo que los panameños reclamaban a la Comunidad Internacional en su época con la Narco-dictadura de Noriega. Para deshonra de los venezolanos va hacer la naturaleza misma de la caída de Noriega la que empuje definitivamente el derrumbe de esta autocracia que ha perdido su base de sustentación y la razón de ser, pues de la misma forma como el país entero ve su hundimiento y la perdida de los valores éticos y morales, igualmente los sectores militares y sus familias, que los hay y son la mayoría, igualmente lo ven y lo sienten. Si a pesar de toda la desgracia de las siete plagas que nos han caído encima no hay reacción del país nacional y el político, podemos afirmar sin lugar a equivocarnos que “a la pobre Venezuela, nadie la quiere”.


Secretaría de Política Internacional del Partido Un Nuevo Tiempo

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