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lunes, 2 de febrero de 2015

Crisis y parálisis, por Omar Barboza Gutiérrez

Omar Barboza Gutiérrez enero de 2015

Mientras el Presidente Maduro viaja y el pueblo está en las colas, sus anuncios ni se explican ni se ponen en práctica y el país sigue envuelto en la incertidumbre. Y cuando oímos a los voceros del oficialismo nos convencemos de que lo más grave de esta profunda crisis es que el gobierno se empeña en desconocer la realidad y no asume la verdad contenida en el hecho de que la actual situación económica, social, y de inseguridad personal, es consecuencia directa de sus erradas políticas económicas, acompañadas de la impunidad y la corrupción.

Pretenden excusarse ante sus seguidores, los que cada vez son menos, y con la opinión internacional, diciendo que la causa de la crisis está en una supuesta “guerra económica” dirigida por la oposición y la oligarquía, cuando todo el pueblo venezolano y la comunidad internacional conocen muy bien que ellos han tenido a su disposición los mayores recursos económicos que cualquier otro gobierno de Venezuela, y además han contado con el control de todos los poderes públicos, sin embargo han conducido al país a la más grave crisis económica que se haya conocido.

Contaron con la más extensa bonanza petrolera, y en vez de ahorrar despilfarraron esos recursos. Un año antes de que llegaran al poder, fue aprobado por Ley el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica, con la finalidad de que el gobierno nacional ahorrara en las épocas de altos precios petroleros para tener recursos cuando esos precios bajaran. Hicieron todo lo contrario, gastaron y despilfarraron todo y además nos endeudaron, mientras otros países petroleros si tomaron las previsiones sensatas de prepararse para esta posibilidad; por eso, la bajada de los precios del petróleo encuentra a Arabia Saudita con más de 700.000 millones de dólares en reservas internacionales, a Noruega con un Fondo de reservas con 230.000 millones de dólares, mientras que Venezuela en su Fondo de Estabilización Macroeconómica solo tiene 3 millones de dólares, y 20.0000 millones en reservas internacionales. ¿Es eso culpa de la oposición, que lo que ha hecho es denunciar esa irresponsabilidad de manera permanente?

Además de lo antes dicho, nos encontramos con un gobierno que ante esta crisis que se desarrolla a toda velocidad, las decisiones que toma las ejecuta a paso de tortuga. Así vemos que cuando Maduro anunció el 30 del pasado mes de diciembre, que luego del abrazo de año nuevo anunciaría la nueva política cambiaria, no fue sino hasta el pasado 15 de enero cuando anunció desde la Asamblea Nacional esas políticas cambiarias, diciendo en ese momento que en relación a los aspectos nuevos, como el sistema de subastas para unificar los dos Sicad, y el sistema de bolsas públicas y privadas para legalizar lo que ha sido el dólar paralelo, los Ministros de la economía darían las explicaciones correspondientes; sin embargo, para hoy 29 de enero cuando escribo este artículo aún los Ministros no han explicado nada, siendo los rumores la única orientación que tienen los factores económicos y los ciudadanos cuyas actividades dependen de esas definiciones.

Cualquier observador bien informado sabe que lo anunciado no va a resolver los problemas de la escasez y del alto costo de la vida. Que cuando se mantiene un tipo de cambio irreal como el de 6,30 bolívares por dólar, las tentaciones del acaparamiento, del contrabando, y de las compras no necesarias, no se van a terminar, ya que la solución de fondo viene por la vía de la sinceración de los precios y proceder a la compensación de los más necesitados con subsidios directos; de lo contrario, los subsidios generales, contenidos en los precios regulados, estimulan a quienes compran esos productos para revenderlos o para el contrabando, y así las colas, la escasez y el alto costo de la vida, van a seguir creando un clima social de consecuencias imprevisibles, y el gran sacrificio que hace el Estado vendiendo bienes muy por debajo de su verdadero precio, lo que hace es beneficiar a los contrabandistas y a los acaparadores, que no son la causa sino la consecuencia de una política económica totalmente divorciada de la realidad. Además de los que obtienen dólares a 6,30 a través de la corrupción.

Aún cuando sabemos que los precios de los bienes de la economía que no están regidos por el 6,30 expresarán una devaluación que con toda seguridad será superior al 100%; es decir, será del tamaño de la distancia entre el 6,30 y los precios a los que lleguen los dólares que se obtengan por las referidas subastas o bolsas públicas o privadas.

En todo caso, al gobierno le corresponde por lo menos ejecutar lo que anuncia. Pero debe tener muy claro que si no rectifica, con negar la realidad y con represión no va a resolver la crisis.

Omar Barboza Gutierrez


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