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sábado, 7 de febrero de 2015

Si todo lo malo es culpa del gobierno anterior, el actual es el más anterior de todos los gobiernos, @Zapata_zos


Por Victor Hugo Irazabal, 06/02/2015

Zapata es una suerte de café que nos tomamos para poder comenzar el día. Sin duda alguna, hoy más que nunca, estas palabras del poeta Leonardo Padrón tienen plena vigencia. Los malos tiempos se ayudan a soportar y entender gracias al agudo, orientador e inteligente sorbo de humor con el cual Zapata nos despierta a la realidad social y política de cada día. La Galería de Papel (de la revista Comunicación Nº166), a través de una selección de sus dibujos y su opinión extraída de tres entrevistas, realizadas en diversas épocas, muestra la estatura y el pensamiento de este artista siempre comprometido con el legado ampliado del arte.

I
Uno está hecho de un conjunto de lo que hace. Y todo aquello que uno hace te configura: lo más importante que yo hago es la pintura cuando pinto. Lo más importante es la caricatura cuando hago caricatura. Cuando sueño, escribo, hablo, amo etcétera. Es lo mismo… Y en este momento justo, lo más importante para mí es esta entrevista. No obstante, debo decir que me siento primero pintor. Mi pensamiento es de pintor, porque es lo único que verdaderamente he hecho toda mi vida. El pintor trabaja para sí mismo; puede pasar toda la vida haciendo cuadros para su personal consumo, cosa que no puede hacer el humorista gráfico. El dibujo de humor solo ocupa un breve espacio todos los días. Uno hace estos dibujos porque alguien los va a publicar, porque serán reproducidos muchas veces y serán vistos por miles de personas. Ningún humorista dibuja todos los días un editorial o un chiste para guardarlo en un cajón, cosa que sí puede hacerse con un dibujo de pintor. Siento tanto placer pintando como el que siento haciendo caricaturas, cada uno por su lado; no mezclo el placer de la pintura con el de la caricatura.

Los surrealistas acuñaron la frase que dice que el artista nace y luego se hace o se deshace. Yo comparto esa opinión. La práctica demuestra que muchos talentos (escritores, políticos, artistas…) dejaron de serlo pasado el tiempo. El talento es frágil y no hay manera de saber cómo tratarlo para que no se destruya. Una de las cosas más evidentes de perder el talento, es cambiarlo por dinero.

En el fondo a los humoristas no les interesa la política, porque son inteligentes (el humorismo es una manifestación de inteligencia). Otra cosa es lo que los humoristas obligados por la cotidianidad tenemos que hacer… Tal vez aquél que dijo que el hombre era un animal político estaba pensando más bien en una política del amor y de la convivencia.

TEBEOSFERA / ENTREVISTA DE JOSÉ MARÍA VARONA “CHÉ”, 1997.

II
Uno de los problemas de hacer caricatura y de ejercer el oficio de ser humano, que no se puede ejercer sino pensando, es que uno piensa sin pensar que está pensando. Es decir, uno no se da cuenta que está ejerciendo. Yo no me doy cuenta de que estoy pensando y, por lo tanto, soy permanentemente subversivo. El pensamiento nunca está firme y a discreción.

No sé qué es eso de la libertad de expresión. A mí me gusta hablar, decir cosas. Nunca me planteo si hay o no hay libertad de expresión. Tampoco me planteo el que se le deba pedir a alguien la libertad de expresión. Yo hablo y pinto.


Un temor al sable, a la militarización del país. Un temor que no tiene nada que ver con los militares que existen aquí en Venezuela, sino contra el concepto de lo militar y fundado en la historia de Venezuela y de América Latina. Todos los países latinoamericanos han padecido dictaduras militares. No se conoce ningún país que haya padecido democracias militares. También la democracia se padece pero no con militares, sino con civiles. Ahora bien, puede ser que Venezuela sea la excepción de la regla y sea el único país del mundo en donde los militares son democráticos. Puede ser. ¡Nosotros somos tan originales!

A FUEGO LENTO / CHEFI BORZACCHINI, RUBEN WISOTZKI, ZAYIRA ARENAS.
EL NACIONAL, 2000

III
Es cierto que los gorilas y los sapos son insoportables, pero lo insoportable no es que yo los dibuje sino que ellos existan, que estén allí. Puede que no sean humanos pero son de carne y hueso. Ojalá se acabaran los sapos pero no en mis caricaturas sino en la vida real. Porque actualmente estamos viviendo en un país que se rige por una lista donde estamos sapeados todos. Entonces no podemos hacernos los locos en cuanto a que los sapos existen. Es mejor estar pendiente de ellos; sin embargo, los alterno y cada vez los voy alternando más para que se sientan menos aludidos.

La caricatura se hace para publicarla. A menos que se haga como un ejercicio manual, pero como preparativo para hacer caricaturas que se puedan publicar. Si la caricatura no es publicada, si no es vista por los miles de ojos que miran un periódico todos los días, no tiene sentido. La caricatura necesita del que la dibuja pero también del que la interpreta, si no se queda en la mitad del camino. Por eso la participación del lector es tan importante. Desde mi punto de vista 50 % de lo que dice la caricatura se debe al lector. Porque la caricatura no hace más que una sugerencia de un tema que está dentro de la cabeza del lector. El caricaturista no puede enfrentar temas que el lector no domine.

DESAYUNO EN LA REDACCIÓN/ ARNALDO ROJAS, NOTITARDE. 2005


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