Esperando para cruzar el puente internacional |
ANTONIO MARÍA DELGADO 01 de septiembre de 2015
A
primera vista parecería un triunfo el hecho de que el gobierno de Venezuela
lograra desactivar los esfuerzos de Colombia por convocar una reunión de
cancilleres de los países miembros de la Organización de Estados Americanos
para discutir la crisis entre las dos naciones vecinas.
Pero
lo más relevante de la reunión del lunes fue lo que no sucedió: la gran mayoría
de los países latinoamericanos se abstuvo de salir en respaldo de Caracas, como
habría ocurrido hace sólo un par de años.
Expertos
y diplomáticos consultados dijeron el martes que la votación en la OEA es una
clara muestra de la pérdida de influencia del chavismo en la región, luego de
que el régimen de Nicolás Maduro consiguiera que solo cuatro países votaran a
su favor –frente a los 16 que respaldaron a Colombia– y que la mayoría de los
votos del Caribe que el chavismo solía tener en el bolsillo optaran en esta
ocasión por abstenerse.
“Lo
que pasó ayer es sorprendente, no solía pasar. Antes, de los 34 votos de la
OEA, el chavismo solo perdía cinco, y el resto se pronunciaba a su favor. Ayer,
entre las abstenciones y los que votaron a favor de la solicitud de Colombia,
sumaron 28 votos. Eso no había sucedido desde que entró el chavismo en el
poder”, dijo en Washington el analista Martín Rodil.
“Creo
que podríamos estar siendo testigos de la aparición de un bloque antichavista
dentro de la OEA”, manifestó.
Entre
los que votaron en contra de Maduro se encontraban Jamaica y Barbados, islas
que solían figurar entre las naciones más chavistas.
“Y el
voto más significativo [contra el régimen de Caracas] fue el de El Salvador,
que no fue que se abstuvo, sino que le votó en contra”, señaló en Panamá,
Guillermo Cochez, ex embajador de ese país ante la OEA. “Yo hubiera pensado que
[Salvador] Sánchez Cerén, de la izquierda, iba a votar con Maduro, pero se unió
al bando opuesto”.
Contando
su propio voto, Colombia obtuvo 17 votos de los 18 que necesitaba para
conseguir la aprobación de su moción de realizar una reunión de cancilleres en
la OEA para tratar la expulsión masiva de sus ciudadanos, frecuentemente a
empujones y punta de pistola, por parte del régimen de Caracas.
El
operativo del régimen en la frontera –que ha llevado a más de 8,000 colombianos
indocumentados a regresar a su país, muchos de ellos en estado de indigencia–
ha quedado registrado en dramáticas fotos y videos de niños y ancianos
obligados a cruzar a pie el fronterizo río Táchira, al igual que hombres y
mujeres cargando muebles pesados y otras pertenencias.
Entre
las más crueles consecuencias de la deportación masiva se encuentran la
separación de niños venezolanos de sus padres colombianos.
La
propuesta del gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos fue apoyada
por Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras,
Jamaica, México, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Uruguay, Bahamas, Barbados,
Canadá y Chile, además del mismo voto de Colombia,
Solo
Venezuela, Ecuador, Haití, Nicaragua y Bolivia votaron en contra, sumando cinco
votos.
Se
abstuvieron, Granada, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San
Vicente y Las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda,
Belice, Brasil y Argentina.
El que
solo cuatro países decidieran acompañar a Venezuela ilustra los cambios de
órbita que se está produciendo en la región, con algunos de los países que
antes se mantenían alineados con el chavismo ahora gravitando más hacia Estados
Unidos, opinó Luis Lauredo, ex embajador de Estados Unidos ante la OEA, durante
la administración de Bill Clinton.
“Hay
un nuevo shift [reordenamiento] en la región”, dijo Lauredo desde Buenos Aires.
Es un
fenómeno que se ha estado originando de la mano de los cambios económicos que
está registrando la región, en la medida que la caída de los precios de las
materias primas disipa “el cuento” de prosperidad tejido por los promotores del
Socialismo del Siglo XXI, explicó Lauredo.
Al
disiparse el espejismo, los distintos actores de la región han comenzado a ver
que lo que verdaderamente ha hecho el chavismo en Venezuela ha sido emprender
uno de los procesos más acelerados de decadencia en la historia contemporánea.
“No
conozco ninguna decadencia tan rápida y tan brutal”, afirmó Lauredo. “Venezuela
pasó de ser uno de los países más ricos de América Latina a ser básicamente lo
que llamamos en Estados Unidos un basket case [un caso perdido]”.
Pero
además está el efecto Maduro, quien es visto por muchos en el campo diplomático
como “impresentable” por su torpe actuación, su verbo hostil y poco
convincente, así como una falta generalizada de carisma.
“Ha
demostrado, a través de sus acciones, que es un payaso, en letras mayúsculas.
Es una persona sin ninguna capacidad, más allá de cualquier diferencia
ideológica que se puede tener”.
Maduro
no solo que no es Chávez, sino que “hace a Chávez lucir muy bien”, comentó el
ex diplomático.
Pese a
las masivas deserciones entre las filas de los tradicionales aliados del
chavismo, los resultados de la votación fueron desilusionantes para muchos, y
en particular para Colombia, cuyo gobierno intentaba conseguir ayuda entre los
países de la región para detener el maltrato a los que sus ciudadanos están
siendo sometidos en Venezuela.
“Me
siento sola, acá se violan los derechos humanos y nada pasa”, declaró el martes
la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, en una entrevista con la
emisora Blu Radio.
Parte
de la decepción parte de la actuación de Panamá, cuya abstención terminó siendo
clave para bloquear la petición del gobierno de Bogotá.
Y
Cochez señaló que el mal sabor está siendo compartido por muchos dentro de la
propia Panamá.
“Nos
hemos quedado sorprendidos con la decisión” del presidente de Panamá, Juan
Carlos Varela, dijo el diplomático. “Ha caído muy mal porque terminó dándole la
espalda a un buen vecino, como lo ha sido Colombia, para respaldar a un país
que nos ha tratado muy mal”.
Agregó
que es muy posible que la enorme deuda que Venezuela mantiene con algunos
empresarios del país, incluyendo los dueños de la aerolínea Copa, haya sido un
factor que terminó llevando al presidente panameño a salir en respaldo de
Maduro, pensando que eso podría ayudar a conseguir el pago de las obligaciones
vencidas.
“Pero
de haber sido así, eso sería muy lamentable”, comentó Cochez. “Sería muy triste
y vergonzoso para Panamá haber dejado que su política exterior fuese
influenciada de esta manera por los intereses de algunos particulares en
detrimento de los derechos humanos de los colombianos, que son nuestros
hermanos”.
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