Por Leonardo Regnault
La vanidad pedante de
algunos de los dirigentes es una nube gris en los cielos esperanzados de la
gente. La codicia del efímero éxito inmediato y el deseo de los aplausos
pasajeros, envenenan el cuerpo social y con ello las posibilidades de construir
una verdadera salida a la caverna en la que nos encontramos. Mientras la gente,
el pueblo, los compatriotas, camaradas, compañeros se debaten entre los
innumerables sufrimientos que se posan sobre su ser, algunos dirigentes se
encuentran encumbrados en el Olimpo de su codicia y no osan mirar a quienes se
encuentran sufriendo en lo terreno.
Este Gobierno continúa
intentando construir épicas, mientras los venezolanos languidecen producto del
inexacto raciocinio gubernamental. La desesperanza y la terrible realidad no
adormecerán el espíritu de lucha, pacífica y democrática, que ha caracterizado
a este pueblo, desde las épocas de nuestro nacimiento como República. Hay
quienes hablan de la ceguera de algunos que aún hoy apoyan a este Gobierno,
pero parafraseando a Bolívar “Eran ciegos; los golpes les han abierto los ojos”
ya ese pueblo que parecía resignado, clama por un cambio profundo, y está
dispuesto a convertir los reveses en éxito.
Se aproximan eventos
cruciales para el desarrollo futuro del país. La posibilidad de activar un
proceso refrendario que expulse del poder a este, mal, gobierno que nos
zahiere. Aunque no sólo de la presión popular, y de la capacidad política para
encararlo depende su activación; ya que creemos que el gobierno por todos los
medios impedirá su realización. Pero eso no debe dejarnos amilanar y si
llamarnos a tomar medidas, aunque no podamos activar el referéndum, para ganar
las gobernaciones y acumular fuerzas, para que con mayor poder institucional
enfrentar este gobierno totalitario. Por allí existen voces, de aquellos
encumbrados en el Olimpo, que en la oposición también los hay, tronando contra
quienes asoman las candidaturas, o hablan, de las gobernaciones calificándolos
de traidores a la patria.
No es traición a la patria
hablar de las elecciones a las gobernaciones, es realismo y nosotros debemos
construir nuestra salida con base a sólidas razones. Para nada planteo que no
luchemos por sacar del poder lo antes posibles, a la ineptitud gubernamental.
Creo que es nuestra responsabilidad no dejarnos sorprender con un llamamiento a
las elecciones de gobernadores sin estar preparados para ello. Ese realismo,
también es patriótico y consciente. Consciente que al acumular fuerzas tenemos
mayores esperanzas en salir de la caverna. Y después de alcanzado el triunfo,
nos vendría bien un proceso de reconciliación, porque otra vez recordando a
Bolívar “La generosidad sienta muy bien al vencedor” y sólo con magnanimidad en
la victoria podremos cimentar las bases que nos encumbren a estadios superiores
del anhelado desarrollo.
Coraje, determinación,
ambición (esa noble ambición de pensar y trabajar por algo superior. Nuestra
amada Venezuela) es la que debe movernos en estos momentos, en los que los
nubarrones parecen llevarnos a un tormentoso desenlace. Los comprometidos con
el desarrollo y bienestar de la patria no rehusaremos esa responsabilidad y con
el concurso de todos ¡ganaremos!
leonardoregnault@gmail.com
28-04-16
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