Por Jesús Alexis González, 23/05/2016
En apego a nuestra Constitución (Art.337), el
Presidente de la Republica puede decretar un estado de excepción cuando “las
circunstancias de orden social, económico, político, natural o ecológico
que afecten gravemente la seguridad de la Nación, (…) a cuyo respecto resultan
insuficientes las facultades de las cuales dispone para hacer frente a tales
hechos”; y de igual modo puede decretarse un estado de emergencia económica (Art.338) cuando se “susciten circunstancias económicas extraordinarias que
afecten gravemente la vida económica de la Nación”. En tal contextualización,
se inserta la Sentencia No 1.279 del TSJ-Sala Constitucional del 10/12/2013
teniendo como ponente a la Magistrada Luisa Estella Morales ante un recurso
interpuesto por Julián Isaías Rodríguez, donde se sostiene que dentro de las
atribuciones y obligaciones del Presidente de la Republica está la de declarar
los estados de excepción y decretar la restricción de garantías en los casos
previstos en la Constitución; pero hace especial mención en cuanto a que el
estado de excepción “se justifica necesariamente en la medida que el mismo es
un medio para regresar a la normalidad normativa”, indicando además que “Los
estados de excepción solamente pueden declararse ante situaciones objetivas de
suma gravedad que hagan insuficiente los medios ordinarios que dispone el
Estado para afrontarlos (Artículo 2 de la Ley Orgánica sobre Estados de
Excepción)”.
Es justamente sobre la interpretación de las
denominadas circunstancias (dicho de
una cosa que de algún modo está influida por una situación ocasional) previstas en la CRBV, donde emanan serias
dudas habida cuenta que el estado de
calamidad económica que experimenta Venezuela en el presente está
estrechamente vinculado con el ejercicio
permanente de una pésima gestión gubernamental como la mostrada por el movimiento
chavista en sus 17 años magnificada en el último trienio con una “presidencia colectiva” de corte
militar-cívico-oportunista, cargada de negligencia, ineficiencia y corrupción
que ahora pretenden mostrar como una “situación
ocasional” con el propósito de desviar la atención ciudadana sobre los
efectos catastróficos de su mal gobierno
(con la recesión más profunda del mundo) a pesar de haberse incrementado el
rol del Estado empresario (gracias a
unos $ 2 billones de ingresos petroleros) e igualmente aumentado en 11 años la
burocracia en más de un 70% hasta alcanzar para 2015 la asombrosa cifra de ¡2.800.000 empleados públicos!. Sin
embargo, algunos voceros del “alto gobierno” han expresado que “una de sus
fallas ha sido que aún no han podido pasar del modelo rentista petrolero a un
sistema económico socialista productivo” (¡a confesión de partes…!); siendo que
la insensatez de destruir un sistema económico (con deficiencias pero
perfectible)sin estar en capacidad de
instrumentar ningún otro es a nuestro parecer la verdadera razón de haber
prorrogado, mas allá de lo previsto en la CRBV con la complicidad del tsj
(minúsculas intencionales), un Estado de Excepción y Emergencia Económica
(Decreto 2323 del 13/05/16, GOE 6.227) como si en 60 días adicionales pudieran
revertir el desequilibrio inducido a las variables macroeconómicas en sus 17
años de “gestión”; claramente reflejados
por los indicadores económicos comparados
a nivel internacionalcon países que también han experimentado una caída de
ingresos petroleros y el fenómeno del Niño.
De forma previa, resulta pertinente ubicar a Venezuela
en el contexto internacional como condición para poder efectuar comparaciones
entre indicadores similares. En el mundo existen 244 países para una población año 2016 de 7.326,1 Millones,donde China
ocupa el primer lugar con 1.376,6 M (18,64%
del total), la India el segundo con 1.210,8 M (17,88%) y los EEUU el tercero con 323,6 M (4,39%); mientras que AMÉRICA cuenta con 991,3 M (13,42%) donde AMÉRICA
LATINArepresenta el623,3 M (8,44%
del mundo y 62,9% de América), yVenezuela
refleja 31,03 M (0,42% del
mundo). En cuanto a MERCOSUR, con 290,8 M representa el 3,9% del mundo y Brasil con 205,9 M representa
el 2,79% del mundo y el 70,82%del bloque de integración, donde Venezuelarepresenta0,42% del mundo y 10,66% del bloque; por su parte el ALBA con 77,1 M representa el 1,01% de
la población mundial, donde Venezuela representa
el 40,3% del grupo.
Los 12 países miembros de la OPEP, con 455,7 M de
habitantes representa el 6,2% de la
población mundial destacándose Nigeria con
174,6 M (2,6% del mundo y 39,8% del
cartel) e Irán con 79,3M (1,08% y 16,8%); mientras que Argelia (8,6% del cartel), Irak (7,9%), Arabia Saudita (6,8%), Venezuela
(6,5%), Angola (5,5%), Ecuador (3,5%),Emiratos Árabes Unidos (1,9%), Libia
(1,3%), Kuwait (0,9%) y Qatar (0,5%) conforman el resto de la
estructura poblacional. La revisión del índice PIB nominal países de la OPEP (FMI, 12/04/2016), nos permite verificar el marcado deterioro que viene experimentando nuestro
país en materia de la producción de bienes y servicios a la luz de observar su participación sobre el total PIB- OPEP,
desde un 9,9% en 2004, un 10,6% en 2009, un 7,9% en 2015, con un estimado del 6,5% en 2016, de un 4,9% en
2017 y de un ¡3,4% en 2018!,
siendo que en el lapso 2004-2015 el PIB global OPEP aumentó un 166%(Venezuela aumentó en 113,5%)con un
estimado de crecimiento hasta 2018 del
187,1% (Venezuela se estima decrecerá un -0,03%).
Otros indicadores año 2015 reflejan igualmente nuestra
alta vulnerabilidad como Nación, tal
como el IPC Generalque se situó en 180,9% (más alto del mundo)muy por
encima de Angola (26,4%) y de Ucrania (21%); el Índice de facilidad para hacer negocios (a mayor índice menor
oportunidad) donde ocupamos el puesto
186 muy similar a Centroáfrica (185)
y al Congo (184); el Índice de Paz Global (mide la ausencia
de violencia) que nos ubica en la posición
142 superados por Afganistán (161) y por Siria (162); el Índice de Progreso Social que nos confiere un 63,45 en mejor ubicación que Etiopía
(41,70) y que Liberia (44,89); el Índice de capital humano (mide nivel educativo, habilidades y
aptitudes)situados en la posición 91 por
encima de Nigeria (120) y de Yemen (121); el Índice de Percepción de Corrupción donde ocupamos el indignante puesto 158 apenas mejor situados que Sudán (165), Afganistán (166) y que Somalia
(167); el Índice de Competitividad
Global (mide como un país utiliza los recursos de los cuales dispone y su
capacidad para proveer a sus habitantes de un alto nivel de prosperidad) donde
ocupamos el indeseable puesto 132 con
mínima diferencia sobre Guinea (133),
Haití (134), Malaui (135) y Burundi (136).
El proceso de escasez y desabastecimiento general que
está experimentando Venezuela, pareciera responder a una estrategia del
movimiento chavista para procurar su
permanencia en el poder (habiendo perdido la voluntad del pueblo)a la luz
de propiciar una explosión social como
reacción al escenario de desesperación
colectiva impulsado por un inaguantable ambiente de hambre, hasta inducir un estallido del malestar del pueblo que les facilitaría conducir el
país hacia una dictadura abierta(en
aras de “controlar” la situación)para mantenerse “gobernando” en pro de no
rendir cuentas sobre su fracaso (en mucho intencional) y fundamentalmente de los
delitos de corrupción que no prescriben,
haciéndolos caer en el delirio de intentar protegerse
“por siempre” desde el poder. Reflexión que puede no corresponder a una verdad única de difícil existencia, pero sería una mayor ingenuidad pensar que no tienen
el mínimo de conocimiento e inteligencia para intentar superar una crisis que muy bien conocen por el simple hecho de
ser los autores.
Nos permitimos concluir con una cita: “Es tu deber. Tú
tienes un imperativo de decencia pública de hacer el referéndum revocatorio en
este 2016”. (Luis Almagro, Sec. Gral. OEA al Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela).
Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon
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