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domingo, 29 de mayo de 2016

Laberintitis política por @leomoralesP


Por Leonardo Morales


La política venezolana pareciera estar navegando por fuentes de agua que le impiden mantener un curso que le lleve a enfrentar, con la premura y la urgencia que las actuales circunstancias exigen, la grave crisis que como bacteria maligna destruye el tejido social, económico y político del país.

Una laberintitis severa pareciera estar afectando a los protagonistas de la política venezolana: por una lado, el gobierno siente que todo gira a su alrededor para causarle daño. De pajaritos volando sobre la testa presidencial ahora se ven guerras, saboteos y otras tantas necedades que solo ocurren en su afección laberíntica.
Lo que sí es notable es la hipoacusia en ambos oídos, no oye los gritos que desde distintos rincones lanza el pueblo contra el gobierno: no oye el reclamo popular que diariamente se producen en las enormes colas que se forman frente a los comercios, no oye que la gente grita ¡tenemos hambre!, Tampoco ve y mucho menos oye que muere gente por falta de tratamiento médico. Oliver Sánchez se hizo notorio ante el país y el mundo porque hizo público su deseo de curarse y de vivir en paz. El gobierno le debió haber brindado asistencia médica con la misma diligencia que se la brindó a Chávez, no aquí sino en exterior y pagada con el dinero público y como seguramente ha ocurrido con algunos otros de la oligarquía roja. Chávez murió de cáncer como también el niño Oliver Sánchez, solo que el primero recibió las atenciones que se le negó a Oliver y se niega a muchísimos otros enfermos.

La laberintitis no solo afecta al gobierno, la oposición no ha salido indemne de la afección. Creen haber resuelto su problema con la recolección de unas firmas para activar el referendo revocatorio. Se puede incluso activar el referendo y revocar a Maduro cosa que no luce descabellado ni difícil ante la manifiesta incompetencia gubernamental. Por lo pronto, su posible convocatoria y un resultado favorable es, sin dudas, necesario pero no suficiente para eventualmente producir los cambios que en los ámbitos social, político y económico.

Vincular el revocatorio con una política orientada a formular un amplio acuerdo nacional de gobernabilidad, capaz de ofrecer a los venezolanos la esperanza de reconducir al país hacia destinos en los que brille la prosperidad y el bienestar colectivo, es una tarea impostergable en momentos en que la frustración y escepticismo se ha apoderado de amplios sectores de la población.

El reencuentro de distintas visiones sobre la crisis, el debate y deliberación fecunda sobre la penosa crisis nacional, abrirá espacios para una mayor participación colectiva en la búsqueda y comprensión de las dificultades presentes. Maduro que apenas es un obstáculo, evidentemente mayúsculo, no debe ser el sujeto de la movilización nacional.

Superado el estorbo, los retos son infinitamente mayores y requieren de un gran esfuerzo para incorporar talentos nacionales que conduzcan al fortalecimiento de las instituciones del estado, para de allí procurar el desarrollo económico del país, necesario para avanzar hacia unas condiciones de vida que los venezolanos tienen razones de valorar.

28-05-16




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