Miguel Méndez Rodulfo 21 de mayo de 2016
Las
cabras son unos animales de extraordinario equilibrio que pueden vivir entre
riscos y precipicios, sorteando el peligro y eludiendo a sus depredadores; el
problema es cuando la cabra abusa de sus habilidades o se vuelve loca. Esto
último parece ser, según diagnóstico de Pepe Mujica, lo que acontece hoy día en
Venezuela. Tres de los objetivos fundamentales que debe perseguir cualquier
gobierno son: tener un piso político que garantice la gobernabilidad, lograr la
paz social y tener una economía que funcione. Ninguno de estos objetivos se
cumple, ni siquiera medianamente, de manera que un gobierno que atente contra
estas cosas básicas que debe procurar, es un régimen de locos. En Venezuela los
asuntos de Estado van de peor en más grave que eso. Ya se nos agotan los
términos para calificar la mamarrachada de gestión gubernamental que ejecuta el
chavismo de hoy comandado por Maduro. Por eso lo de Mujica y la cabra. Aunque
nos deprimimos porque no pasa nada, o no termina de pasar lo que tiene que
ocurrir, la verdad es que si hay signos que nos revelan que esto está en etapa
terminal. Quizá a nosotros nos cueste apreciar estas señales inequívocas de
cambio, pero esto sí lo están percibiendo las agencias de noticias y los
analistas políticos del exterior.
El lunes
16 la Deutsche Welle, televisión alemana, emitió un largo y pormenorizado
programa sobre la realidad hospitalaria de Venezuela; al día siguiente CNN
estuvo con el foco puesto en el país. CNN Dinero dedicó toda la hora de su
programa a nuestra nación. A continuación Cala invitó a Montaner y a un
periodista muy agudo, a analizar la situación venezolana y ambos presagiaron
una salida no pacífica para la grave crisis que vive Venezuela. El día
miércoles 18 el Secretario General de la OEA ¡por fin! decidió salirse del
protocolo diplomático y contestar a Maduro en los mismos términos en que éste
ataca a cualquier dignatario extranjero. La carta de Almagro marca un hito
histórico, pone las cosas en su lugar y coloca al Secretario General en la
senda de devolverle a la OEA su dignidad pérdida. Esto tuvo una honda
repercusión mundial y descolocó a Maduro acostumbrado, igual que el sabanetero,
a insultar a todo el mundo impunemente. El jueves 18 la DW dedicó su programa
de opinión Quadriga, al análisis de la situación venezolana. En fin que la
opinión pública internacional, tiene el foco sobre el país porque sabe que un
desenlace está próximo a ocurrir. La presencia de Zapatero y de Torrijos,
buscando espacios de diálogo corrobora lo dicho anteriormente.
Llama
la atención que chavistas de convicción como Alcalá Cordones, critiquen
abiertamente al gobierno de Maduro y se pronuncien favorablemente por el
revocatorio, como una fórmula de garantizar la paz social, pero también de
asegurar la sobrevivencia política de lo que queda del chavismo. Igual el
llamado que hace un hombre que conoce al proceso por dentro como Vladimir
Villegas. Resulta curioso como López Maya ve un obstáculo formidable en la
presencia militar en la calle (cosa que se desmintió al día siguiente cuando la
marcha de la oposición buscó cauces, desafiando las barricadas militares y
policiales). También es significativo que esta analista e historiadora, que fue
en 2004 oradora de orden en una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional,
culpe a Fedecámaras de recibir sus dólares de Cadivi y luego no enfrentar al
gobierno. Ni el ente gremial empresarial es un partido político, ni son muchos
los dólares que ahora recibe del gobierno. Éste siempre ha tenido sus
empresarios de maletín y con ellos hace negocios. Lo importante es que tengamos
claro que muy bien que critiquen, pero recordemos que estos aspirantes a
líderes que ahora se le voltean al gobierno, durante mucho tiempo convalidaron
a este régimen en sus tropelías, cuando no era muy difícil imaginar que más
pronto que tarde llegaríamos a este desastre.
20 de
Mayo de 2016
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