Por Vanessa Davies
Las elecciones regionales y la
constituyente no van a mejorar la economía, advierte el exministro de
Planificación del presidente Hugo Chávez durante el conflictivo año 2002
En la tarjeta de presentación
de Felipe Pérez Martí debería decir: “Felipe Pérez Martí, el economista
optimista”. Porque realmente lo es, y no de ahora. Aún en los momentos más
críticos, como los que le tocó vivir con el presidente Hugo Chávez como su
ministro de Planificación en el año 2002, siempre mantuvo su convicción de que
tener una mente positiva marcaba la diferencia.
Por eso, Pérez Martí es
optimista en un año especialmente difícil como 2017, pero no un optimista
cualquiera, sino El Optimista, en letras mayúsculas. Mientras un sector de la
oposición aceptó ir a las elecciones regionales y otro se plantó contra el
Gobierno del presidente Nicolás Maduro, y simultáneamente la asamblea
constituyente avanza con sus decisiones, el economista piensa que el Mandatario
dejará el poder pronto.
Como ministro de Chávez en el
conflictivo año 2002, Pérez Martí intentó implementar un plan de consenso
nacional, que el Jefe del Estado avaló: “Chávez estuvo dispuesto a trabajar con
Fedecámaras, aunque lo habían tumbado. Pero ellos no querían eso; ellos seguían
queriendo tumbar a Chávez, a pesar de que él se abrió a ellos con mi presencia
como jefe del gabinete económico”.
Quince años después, ese “tipo
de izquierda”, comprometidamente opositor del gobierno del presidente Nicolás
Maduro, insiste en que la Fuerza Armada es uno de los factores determinantes
para un golpe de timón y defiende la idea de un pacto republicano que cambie el
rumbo de la nación.
Constituyente empeorará
Felipe Pérez Martí estaba
consciente de que Chávez pensaba que él era un “un Chicago-Boy”, un “IESA-Boy”.
Sin embargo, su concepción siempre fue de izquierda, y propuso en el gobierno
lo mismo que propone hoy: “Utilizar el mercado a favor de la eficiencia
productiva, pero también a favor de la justicia social, con un estado
regulador, y con solidaridad”.
Esa perspectiva, obviamente,
marca su análisis de la situación económica. “Esta es una economía que está
destruida”, con un país afectado por la enfermedad de la hiperinflación, con un
dólar paralelo aparentemente ingobernable, pero que sigue el curso lógico de la
política económica e institucional que lo causa. Este es el caldo de cultivo
para que todo empeore. En estas condiciones el precio del dólar paralelo “va a
seguir subiendo, va a seguir subiendo la inflación, va a seguir subiendo la
escasez”, resume Pérez Martí en conversación con el equipo de Contrapunto,
integrado por Beatriz Pantin, Jonathan Lanza y Vanessa Davies.
La constituyente, promovida
por el chavismo oficial como la panacea para las dificultades económicas, no va
a resolver los problemas económicos, alerta. Según su parecer, “con la
constituyente la economía va a empeorar”.
Para Pérez Martí, “la política
económica del Gobierno está diseñada para beneficiar a los cazadores de renta,
a los corruptos; incluso, desde la época de Chávez”. El exministro de
Planificación sostiene que la contradicción principal, en el país, es “entre
los cazadores de la renta y el resto de la sociedad, no entre capital-trabajo,
ricos y pobres”. Y como los organizadores de la constituyente son, de acuerdo
con su análisis, “los principales cazadores de renta”, esa contradicción se
agudizará.
–Pero el presidente Maduro
promete bajar los precios con la constituyente.
–Hay dos tipos de integrantes
de la constituyente: unos, los de la nomenclatura del régimen, casados con los
cazadores de renta; y otros, que no tienen ni idea de las cosas de la economía.
Estos últimos son sumamente fanáticos en materia política y van a seguir las
cosas que les han metido en la cabeza. Por ejemplo, que el actual régimen
cambiario está ahí para beneficiar a los pobres, cuando lo que ocurre es que
permite grandes corruptelas de los caza-renta.
–¿Es mentira que se pueden
bajar los precios por la vía de la constituyente?
–Hay que cerrar el déficit, y
para cerrar el déficit, normalmente hay que bajar los gastos (lo cual afecta
draconianamente a los pobres y la clase media) y subir los impuestos (lo cual
afecta la producción, y es contractivo). Pero en Venezuela, paradójicamente, no
hay que hacer ese ajuste clásico. Con dejar de regalarles a los corruptos y los
irresponsables, tienes. No solo para cerrar la brecha, sino también para hacer
un subsidio directo a todos los venezolanos y paliar algunos incrementos de
precios, como el de la gasolina. Haz el ajuste cambiario, elimina el subsidio a
Cuba, elimina las importaciones del Gobierno y su distribución por CLAP, etc.
Las importaciones del Gobierno, y su distribución, solo benefician a quienes
las realizan, y al pueblo le llegan migajas. Con el subsidio directo los
pobres y la clase media salen beneficiados, de largo. Y sin discriminación
política.
Condena que la gasolina se
venda al precio que se vende en el país: "El precio actual de la gasolina,
regalado, no es para los pobres; es para los ricos, para los contrabandistas.
Con todo esto le quitas un dineral a los corruptos nacionales e
internacionales. Ni siquiera tienes que despedir gente. Ajustes de ese tipo no
están planteados en lo inmediato, sino progresivamente, y, sobre todo, con
mutuo acuerdo con los trabajadores. Tan paradójica es la situación aquí en
Venezuela, muy distinta de los países en crisis agudas, como Grecia, por
ejemplo. La situación está tan desquiciada, que un mínimo de cordura hace
milagros.
–Por lo que usted dice, la
constituyente va a terminar de terminar de liquidar la economía.
–Si puede, pero no va a poder.
¿Por qué? Porque están destruyendo lo poco que hay; están autodestruyéndose
ellos mismos. No solo al país. Es un tremendo autogol. No aprovechado del todo
por la oposición, pero eso no es tan relevante, pues aquí no gana quien mete
más goles, sino quien mete menos autogoles, y en eso el gobierno le lleva una
morena a la oposición.
Como confiar en un
ladrón
Si así son las cosas, la
oposición no debería participar en las elecciones regionales, porque “si
participas, validas al CNE”, opina Pérez Martí. La convocatoria a estos
comicios es, de acuerdo con su mirada de los hechos, “una trampa que el
Gobierno le ha tendido a la oposición, y en la que algunos han caído”. Y afirma
que “probablemente la MUD se divide” debido a dos posiciones que lucen
irreconciliables: “Una, validar a la dictadura y cohabitar con ella”, y la otra,
“luchar contra ella con coraje, a lo Rosa Parks (Estados Unidos) acatando los
artículos 350 y 333 de la Constitución”.
El Ejecutivo, opina, se metió
un autogol con el presunto fraude cometido en las elecciones de la
constituyente, el pasado 30 de julio; en consecuencia, “si la oposición se
inscribe con ese CNE desaprovecha la oportunidad de hacer pagar al Gobierno por
este error político” que cometió.
Porque “aunque la oposición se
inscriba en las elecciones”, advierte, “el Gobierno las va a ganar de todas
maneras”. Es, compara, como “confiar en un ladrón”, una promesa no creíble.
Además, razona el economista, el hecho de haber instalado “una constituyente
chimba” (como la cataloga) “ya establece una ilegalidad inaceptable para ti”.
¿Qué ruta les queda a quienes
insisten en que el Presidente debe marcharse? En una situación como la de
Venezuela, si el Gobierno “realmente dominara la Fuerza Armada sería suicida
oponerse de manera frontal”.
Entonces Pérez Martí saca a
colación, de nuevo, el juego de la gallina que ha empleado para analizar la
crisis política venezolana: dos fuerzas que van a chocar, y si una se desvía,
actúa como gallina, mientras la que se mantiene actúa con coraje. Para él, si
la oposición va a las elecciones regionales actúa como “gallina”, en lugar de
ir de frente con valentía.
Jugar gallina o jugar coraje
“Paradójicamente este Gobierno
es mucho más débil que la oposición, si tú calibras todas las fuerzas que están
en conflicto”, observa Pérez Martí. El Ejecutivo “perdió la intención de voto”,
concluye, y afirma que el contraste entre la consulta realizada por la MUD el
16 de julio y las elecciones de la asamblea constituyente es evidente. También
"perdió la calle; las marchas de la oposición han sido muy superiores a las
del Gobierno”, y a ellas “se han sumado sectores populares”. Por último, “en la
comunidad internacional el balance está contra Maduro”.
No obstante, es lo que ocurra
en el sector militar lo que será determinante, argumenta el exministro de
Planificación: “Al interior de la fuerza militar los distintos grupos se han
estado calibrando entre sí, y de acuerdo con la información que tenemos y la
teoría que hemos manejado, la gran mayoría de la Fuerza Armada está contra el
Gobierno; en particular los mandos medios y bajos, pero también una parte
importante del generalato”.
Pérez Martí detalla algunos
elementos del posible descontento de la FANB: no solo el rechazo a la
constituyente, que lo da como un hecho, sino también “la somalización del país”
con la pérdida del poder de fuego por parte del Estado. Mas es el estómago el
que puede –según su planteamiento– inclinar la balanza. “Están pasando hambre
la gran mayoría de los soldados a niveles medios y bajos”; y "están
pasando mucho trabajo, prácticamente, algunos generales también".
“Las bayonetas no son
suficientes para mantener el poder”, dictamina; mucho menos, “si esas bayonetas
no tienen qué comer, y sobre todo si esas bayonetas saben que no tienen qué
comer hoy y saben que en el futuro va a ser peor para ellos y para sus
familiares, allegados y amigos”.
El tablero político lo lleva a
aseverar que el sector militar “se va a guiar por su estómago”, porque “la
grandísima mayoría está sufriendo. El Gobierno no tiene ni siquiera con qué
pagar a sus perros guardianes, que es como los está usando, contrariamente a la
dignidad con la que deberían ser tratados no solo en lo económico sino, sobre
todo, en lo político-institucional, de acuerdo con el legado de Simón Bolívar”.
Visto así, en este choque de
vehículos el Gobierno tiene un carrito pequeño y vulnerable, aunque sin tubo de
escape, que hace mucho ruido, y la oposición tiene una camionetota blindada.
Sin embargo, “al Gobierno le interesa alardear, y si logra asustar a la
oposición, gana el juego”, puntualiza.
Lo que profetiza Felipe Pérez
Martí es que la sociedad civil organizada (sobre todo el Movimiento
Libertadores, que realizó el evento del 16 de julio); el chavismo democrático
(que no comparte las ideas de la MUD pero cree en el debate político abierto);
la MUD o parte de ella y la Fuerza Armada, todos unidos en una mesa política
sólida y amplia de cuatro patas, forzarán al presidente Maduro a renunciar. La
sociedad civil organizada va a jugar un papel primordial. "Es una fuerza
que ha venido cogiendo impulso y los partidos, y el mismo gobierno, además de
la Fuerza Armada (recordemos que hasta la insurrección militar que ha salido a
la luz pública ha invocado el mandato del 16J) ya están empezando a tomarla en
cuenta".
–No ha pasado hasta ahora.
–Pero va a pasar. El análisis
tienes que verlo de esta manera, porque las apariencias engañan. Lo que parece
fuerte, está débil, y tiene que parecer fuerte para poder tener alguna
esperanza. Los militares no se van a enfrentar entre sí. Aquí no va a haber un
enfrentamiento de militares entre sí, ni una guerra civil. Para nada. En este
tipo de juego, como lo documenta la evidencia, cuando las fuerzas son
marcadamente desiguales no hay un enfrentamiento violento final; sino que la
parte más débil, luego de una escaramuza inicial, de calibración, se pone de
lado, se retira del juego.
No le pone fecha. No tiene el
calendario en la mano. “Eso viene”, sentencia. “En cuestión de semanas o
de meses eso va a pasar”. No cree que el Jefe del Estado piense inmolarse si se
queda sin apoyo militar, cuando las fuerzas internas terminen de calibrarse.
“Lo único que puede hacer es irse, y la oposición, en el sentido amplio del
pacto republicano, está dispuesta a negociar un salvoconducto”.
Las regionales no cambian la
economía
Montado en el país diferente
que –con su optimismo proverbial– ya ve venir en camino y con un Gabinete
ecléctico de chavistas y opositores que garantice la gobernabilidad, Pérez
Martí asegura que Venezuela no necesita un ajuste neoliberal de esos que paran
los pelos.
La principal medida, a su
juicio, es de sentido común: “Lo que tienes que hacer es quitarles la plata a
los corruptos y dársela al Fisco venezolano”.
Es decir… liberar el control
de cambio, elevar el precio de la gasolina y las tarifas de algunos servicios públicos,
“dejar de subsidiar a Cuba, dejar de importar los productos para los
CLAP”. Es posible, tal como lo defiende en su propuesta, frenar la
inflación “en seco” y entregar un subsidio directo de 25 dólares al mes para
cada venezolano. Otro ingrediente para esta receta es la obtención de 40 mil
millones de dólares que puedan ser aportados por el sector privado o por
organismos internacionales. Pero el condimento principal se lo da la confianza.
–¿La constituyente no genera
confianza?
–No. La empeora. Los
principales enemigos del pueblo venezolano son los cazadores de renta, y ellos
están en el Gobierno, y en parte de la oposición. Por eso, o por falta de
claridad, algunos partidos están aceptando ir a las elecciones regionales.
Pase lo que pase, Pérez Martí
se planta en su punto: lo que precisa Venezuela, principalmente, es “mejorar la
economía, atacar el hambre”, y para ello es necesario “cambiar el Gobierno,
cambiar las medidas económicas con un gobierno de coalición nacional que genere
confianza y gobernabilidad”. Si las elecciones regionales se dan “la situación
económica no va a mejorar”.
"Aquí no hace falta más
Estado, sino menos"
La inflación se puede parar
“en seco”, insiste el economista, pero ese “en seco” no baja de tres años. “El
primer año reduces de 1.000% a 40% anual. El segundo año bajas a 15% anual y el
tercer año llegas a 5% anual”.
Convencido de que la gente ya
tiene el cinturón bien ajustado por la crisis, propugna todo lo contrario: hay
que aflojarlo. “Aquí no hay que apretarse el cinturón. Para nada. Aquí lo que
hay es soltarse el cinturón. Los caza-renta sí que tienen que apretarse el
cinturón. Son los únicos, como debe ser, además".
El sector privado, de acuerdo
con su visión, pondría dinero en el “pote” para las inversiones nacionales. El
dólar podría estabilizarse en la tasa única y de mercado de 2 mil o 3 mil
bolívares.
–¿Quién garantiza la
gobernabilidad?
–Por eso es que el pacto
republicano hay que diseñarlo bien. No puedes hacer una cacería de brujas. Son
errores históricos que se han cometido y que no puedes volver a cometer. Se va
a tratar bien al chavismo, se va a tratar bien al pueblo chavista. Los
trabajadores van a estar contentos porque, con estas medidas, su salario real
va a subir tremendamente, y van a tener estabilidad laboral los del sector
público, y nuevos empleos los del sector privado.
–¿La gente sentiría el cambio
en cuánto tiempo?
-Inmediatamente. En el
transcurso de seis meses. Frenar la inflación de 1.000% a 40% anual genera un
alivio, la gente puede comenzar a respirar. La economía está tan desquiciada
que un mínimo de cordura hace milagros. Aquí no hace falta más Estado; aquí lo
que hace falta es mercado.
–¿La población va a estar
mejor que ahora?
–Mejor no: mil veces mejor.
Los que van a estar peor son los cazadores de renta.
–¿Y qué va a suceder con los
cazadores de renta?
–El problema no es apartar a
un zamuro (cazadores de renta), porque si sigues teniendo la carne (la renta)
vendrá otro zamuro. Para eso hay remedios, como el del fondo petrolero de Noruega.
Las que delinea son soluciones
para ya, pero también para mediano y largo plazo. En tres o cuatro años, tal
como lo planifica Felipe Pérez Martí, “pasamos del sótano 8 a planta baja”, y
en 10 o 15 años “llegamos al piso 20, podemos estar como Noruega”. Eso sí,
agrega: con algunas decisiones políticas, como eliminar la reelección
indefinida, profundizar la descentralización, renovación e independencia de los
poderes públicos.
¿Demasiado optimista? ¿Muy
soñador? Felipe Pérez Martí es todo eso, y más. Pero nada lo hace cambiar de
opinión.
14-08-17
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