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lunes, 21 de agosto de 2017

John Magdaleno: la oposición puede ganar 18 gobernaciones por @contrapuntovzla


Por Vanessa Davies


El Gobierno sí va a hacer las elecciones de gobernadores, pero va a buscar la forma de promover la abstención en la población, anticipa el politólogo y profesor universitario. Y es justamente la abstención el enemigo a vencer por la MUD, afirma

Que cada quien juzgue si “la calle” permitió a la oposición lograr los objetivos que se propuso antes de dar inicio a una agenda de manifestaciones que comenzó en abril y culminó, prácticamente, con las elecciones de la asamblea constituyente. Pero si las protestas no lograron lo que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) buscaba, todo indica que las elecciones regionales sí lo harán: torcerle el brazo al Gobierno Nacional, más ahora, con la disputa cuerpo a cuerpo, territorio por territorio.

Según los cálculos del politólogo John Magdaleno, la oposición puede, sin haber comenzado formalmente la campaña electoral, ganar 18 gobernaciones. No obstante, tiene el reto de superar el desánimo de quienes consideran que cuatro meses de protestas no rindieron los frutos esperados.

Como profesor universitario, consultor y director de la firma Polity, Magdaleno observa, con mucha claridad, que la oposición concurre a un proceso electoral en condiciones desventajosas, a las que se añade el desánimo que pueden sentir sus seguidores al comprobar que -pese a las protestas- el Gobierno sigue allí, la constituyente se instaló y comer y vivir sigue siendo una proeza.

En conversación telefónica con Contrapunto, el analista afirma que el Ejecutivo se empeñará en promover la abstención en las filas opositoras.


                    Muchas personas pensaron que "la calle" era la vía para salir del Gobierno rápidamente. Foto: Anthony Ascer Aparicio

La principal amenaza: el desánimo 

–Parece haber desánimo, desmovilización de la militancia opositora. ¿Eso afectaría la participación de la oposición en las elecciones de gobernadores?

–El origen de esa desazón es que se le comunicó a la gente, o al menos quedó la sensación, de que las movilizaciones de calle eran el factor clave para producir el cambio político, para dar pie a la transición. Me temo que era una expectativa infundada, pero por otro lado es cierto que algunos líderes alimentaron esa expectativa. La segunda causa es que en Venezuela no estamos familiarizados con la lucha contra un régimen autoritario. Nuestra generación es hija de la democracia: imperfecta, con problemas, con tropiezos, pero con un clima de libertades públicas y de garantías procedimentales que permitió que Hugo Chávez llegara al cargo de Presidente. La lucha contra un régimen autoritario es compleja, es dura; no es fácil promover la transición política.

–¿Eso podría afectar el caudal de votación de la oposición?

–Es la principal amenaza que tiene frente a sí la dirigencia opositora. Por eso busca que la abstención sea de tal nivel, que la primera probabilidad de triunfo que tiene la oposición se debilite, o que se estreche la brecha de más de 20 puntos porcentuales que tiene la oposición a su favor.

–¿Qué podría revertir esa desmovilización opositora?

–En primer lugar, una estrategia política y de comunicaciones destinada a explicarles a los venezolanos, de forma llana y sincera, cómo se produce una transición a la democracia. Esta tarea de pedagogía política es vital. Y en segundo término, abordar las razones por las cuales la disputa en el tablero electoral sigue siendo una herramienta al alcance de quienes quieren el cambio.

–¿De qué manera?

–Hay dos pistas para abordar eso: explicar lo que se sabe de la experiencia internacional sobre estos procesos y por qué en medio de las dificultades para la competencia electoral, en medio de las estrategias del Gobierno y a pesar de la constituyente tiene sentido participar.

–¿Piensa que con las explicaciones la oposición puede resolver eso?

–Se puede reducir el número de personas que no van a participar. Desde hace meses he planteado que en la lucha contra el autoritarismo debes jugar como en una simultánea de ajedrez y hay, al menos, 10 tableros: opinión pública, movilización social, opinión pública internacional, organismos multilaterales, presidencia y parlamentos de otros países, interlocución entre sectores empresariales, interlocución entre oposición y chavismo descontento, toma de conciencia y elecciones.

"No es verdad que las dictaduras no salen con votos"

Que oposición y chavismo descontento se pongan de acuerdo es crucial, argumenta Magdaleno, porque muchos sectores deben sumarse “a la causa del cambio y la gobernabilidad”. El politólogo hace una pregunta descarnada: “Si uno no eleva los incentivos a quienes vienen de la coalición dominante, y ellos son decisivos, ¿por qué habrían de sumarse si su suerte política no está garantizada ni se les aseguran condiciones de coexistencia satisfactorias?”.

–¿Por qué las elecciones tienen tanto peso?

–No es verdad que las dictaduras no salen con votos. Hay abundantes casos, especialmente en América Latina, de regímenes autoritarios que salieron con votos: porque se vieron obligados a aceptar los resultados o porque al cometer un fraude o intentar cometerlo precipitaron una crisis mayor. Son casos como el de Pinochet en Chile, el de Ortega en Nicaragua o el de Fujimori en Perú. Hay muchos casos en los cuales la elección fue el hito crítico que contribuyó con la fractura de la coalición dominante.

–Pero lo sucedido con la asamblea constituyente no precipitó nada.

–Pareciera que no ha tenido un efecto impactante en el corto plazo, pero en mi opinión y por lo que he conversado con amigos chavistas sí tuvo impacto en la coalición. Eso contribuyó a socavar las bases de la legitimidad del régimen autoritario. La lucha contra el autoritarismo es un proceso de acumulación de fuerzas, y la elección del 30 de julio sí contribuye con este proceso. También me parece que los actos constituyentes contribuyen a producir mayores fisuras. Hay sectores del chavismo que no están de acuerdo con que la constituyente sesione por dos años, y otros no avalan que las decisiones sean sometidas a referéndum. Son sectores que se van sumando al proceso de deslegitimación del régimen autoritario.

         Las elecciones de la constituyente tendrán un efecto negativo en la coalición gobernante, afirma John Magdaleno. Foto: Rafael Briceño

Largas... o cortas

John Magdaleno puntualiza que, con el estudio de las transiciones, queda claro que se necesitan algunas condiciones para que ellas ocurran: aumenta el número de personas insatisfechas, disminuye la capacidad del régimen para limitar el pluralismo, aumentan los umbrales de movilización y se incrementan los costos de la represión. “Hemos analizado 33 casos y este es el circuito”, refiere.

–Usted habla de un proceso de años.

–No necesariamente. Hay transiciones muy largas, como la de Brasil, que tomó 11 años. O cortas, como la de Portugal, que tomó meses. Depende de la fortaleza de la coalición opositora, de la presión internacional, de la movilización social, de la gravedad de la crisis económica. Pero no es un solo factor el que incide, sino una combinación.

–En su opinión, ¿qué no debe aceptar la oposición para las elecciones?

–Para empezar, la oposición no puede aceptar participar en elecciones en las que no tenga garantías para que la población pueda expresarse. Desde finales de 2014 la oposición y quienes desean el cambio político son mayoría, y así se expresó en las elecciones parlamentarias de 2015. La oposición no puede aceptar condiciones que menoscaben su naturaleza mayoritaria.

–¿En qué se traduce eso?

–Intervenir las postulaciones de candidatos es una forma de socavar. La oposición no puede aceptar que se sigan vulnerando los controles de verificación de identidad. Tiene que haber acceso a cuadernos de votación, tiene que haber igualdad en el tiempo para la campaña, debe haber acceso equitativo al financiamiento. No pueden ser elecciones sujetas a coerción. Es un dilema serio el que se le plantea a la oposición: vemos señales de que la constituyente quiere intervenir esas condiciones y promover abstención.

–¿Esa es la apuesta del Gobierno? ¿La abstención?

–No tengo la menor duda. Se van a celebrar las elecciones de gobernadores, pero el Gobierno sigue actuando para elevar la abstención.

                            El analista cree que el Gobierno buscará aumentar la abstención en las elecciones de gobernadores. Foto: AVN

Tampoco por cualquiera

–¿La gente va a votar por cualquier candidato opositor?

–Sin duda, no. En algunos casos podríamos ver victorias relevantes de la oposición en virtud de la buena imagen de la que gozan algunos candidatos; en otros casos veremos competencias más cerradas. Lo que luce claro es que, sin alteración de condiciones y reglas de juego, la oposición puede llegar a ganar 18 gobernaciones. Es a la alteración de esas condiciones a lo que juega el oficialismo.

–¿No cree que, si eso es así, con más razón el Gobierno va a suspender las elecciones?

–Para eso altera las condiciones y reglas de juego. Supongamos que la probabilidad de partida para la oposición es ganar 16 o 18 gobernaciones, aunque algunos hablan de 21. El Gobierno pretende bajar eso para que sea la mitad para cada sector. Un resultado como ese sería mercadeado por el oficialismo como una victoria política. Por eso su tarea en lo sucesivo va a ser intervenir condiciones y reglas de juego para generar más inhibiciones de las que ya hay.

20-08-17




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