JESÚS SEGUIAS 07 de octubre de 2018
1. Otra
vez vuelve el dilema opositor de votar o no votar. En
primer lugar hay que decir que nadie (ni quienes piden ir votar ni quienes
piden no ir a votar) actúa de mala fe. Todos lo hacen a partir de sus propios
paradigmas de cómo confrontar a un gobierno que juega duro, a un gobierno que
actúa sin escrúpulos. Todos, todos absolutamente todos estamos de acuerdo en
que es necesario producir un cambio de gobierno lo antes posible en Venezuela
porque los venezolanos (tanto los que están a fuera como los que están adentro)
están pasando por sufrimientos inimaginables.
2. Aun
se sigue debatiendo de manera equivocada si la votación es fraudulenta o no, si
va a generar por sí misma el cambio (como ocurrió en Chile y tantos otros
países) o simplemente va a convalidar al gobierno de Nicolás Maduro. No. No
están entendiendo. El punto es que cualquiera elección es una ocasión más para
la lucha y la protesta. Todos los escenarios, todas las rendijas deben ser
aprovechadas al máximo. Ninguna descarta a la otra. Protestas, presión
internacional, la guerra de las redes, elecciones, huelgas, hablar y denunciar,
todos son escenarios de combate. El cambio en Venezuela pasa por la combinación
de todas esas vías. No hay UNA VÍA.
3.
¿Qué pasaría si el gobierno hace fraude luego de la asistencia masiva de un
pueblo que decidió salir a votar en contra suya? Pues
bingo, ese día será la oportunidad de oro para expresarse masivamente en la
calle y poner a prueba los músculos de quienes vienen propiciando la rebelión
civil. El gobierno se lo habrá buscado por su propia actitud anti democrática.
Será el reclamo legítimo (en las calles y no en las redes) de quienes se
sienten burlados.
4. ¿Y
qué pasará si el gobierno se encuentra con unas fuerzas armadas que esta vez
decida no salir a reprimir (escenario altamente probable)? Esta
pregunta denota su propia respuesta.
5. ¿Y
qué pasaría si Nicolás Maduro, luego de una evidente asistencia masiva a las
urnas de un pueblo determinado a decirle que no lo quiere más en el gobierno,
decide negociar una salida ganar-ganar? Este escenario es
altamente probable y es refrendado por el caos interno en las fuerzas chavistas
y el creciente descontento de los hijos de Chávez, por las inocultables fisuras
y descontento en la FANB, por una descomunal crisis de gobierno, y por un
estado de conmoción nacional por hambre, muerte y éxodo.
6.
Nada de lo que diga y haga la oposición legitima o deslegitima al gobierno. Es
una necedad seguir discutiendo eso. Ellos tienen poder para darle
“legitimidad”, y obtener reconocimiento a su gobierno… y punto. Nicolás Maduro
acaba de ir al corazón del “imperio” a hablar como presidente legítimo de
Venezuela. Así es reconocido internacionalmente, independientemente de las
denuncias de fraude con que fue electo el 20 de mayo pasado. Ellos hacen lo que
les da la gana porque tienen suficiente poder de coacción para hacerlo (así sea
un poder menguado, pero superior al de la oposición interna). Y eso es lo que
vale en esta pelea. La balanza de los poderes es una herramienta imprescindible
en la política. No saber contar los cañones en un error capital tanto en la
guerra como en la política.
7.
Derrotar a un gobierno como éste va más allá de las banderas de la justicia y
de la razón. Se requiere de saber maniobrar con
astucia, de aprovechar toda rendija que deje el adversario, de acosarlo en
todos los frentes, y hasta de saber negociar cuando está claro que nadie puede
pulverizar al otro. Quien no entienda esto, con el mayor respeto debo decirle
que aun no comprende el escenario que maneja, y aun no entiende mucho de
política. Y se seguirán perdiendo batallas vitales y quizás decisivas.
8.
Estos escenarios son la prueba de fuego para los políticos de verdad verdad. Si
no salimos a votar, el gobierno habrá ganado legítimamente. Y eso es lo que
vale en la lucha por el poder. Si, en cambio, toda la oposición decide salir a
convocar al país a expresar su rechazo al gobierno a través del voto (en
cualquier referéndum o elección nacional que se avecine) el pueblo venezolano
va a responder y la comunidad internacional lo abrazará eufórica (seguir esperando
a los marines o a soluciones externas es ignorar la realpolitik internacional).
Unidad, convicciones, y una poderosa narrativa serán la clave. Ese será el día
que muchos están esperando…
JESÚS
SEGUIAS 07
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