Por Fernando Pereira
Valeria nació hace más
de un mes y hasta la fecha sus papás no han podido presentarla. En la
maternidad no le dieron el certificado de nacimiento, el documento que da
constancia de su llegada a este mundo.
La identidad es el
derecho de todos los niños y niñas inmediatamente después de su nacimiento, a
tener y ser reconocidos social, legal y familiarmente con un nombre, a adquirir
una nacionalidad, a tener una familia, a ser criado y cuidado por ella”
siguiendo los principios emanados de la Convención Internacional de los
Derechos del Niño, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (Consejo
Nacional de Derechos del Niño, Niña y Adolescente, 2003).
Valeria no tiene
identidad; no tiene nombre más allá del ámbito de su familia; no tiene
nacionalidad; no tiene garantizada su protección en caso de que ocurra
algo y deba ser identificada.
Valeria no es la única.
Hay miles de niños y niñas en todo el país que están corriendo con la misma suerte
porque según expresó Armando Marín, viceministro de hospitales del Ministerio
del Poder Popular para la Salud, no se cuenta con el papel de seguridad con el
que se emiten las actas que componen el certificado.
Miles de familias en
todo el país que deambulan solicitando sin éxito el documento que les permita
formalizar el Registro Civil y obtener la Partida de Nacimiento. Miles de
familias que no pueden comprobar formalmente la existencia de un bebé cuando se
deben realizar trámites para comprar leche o fórmulas o ponerle las vacunas
correspondientes.
Valeria no podrá
tramitar su pasaporte y no podrá viajar fuera del país a reunirse con su papá
que emprendió viaje hacia Guayaquil para buscar las oportunidades que no tienen
en el país.Situación que vulnera un derecho humano fundamental y condena a que
niños crezcan separados de sus padres o que se movilicen sin contar con su
debida documentación quedando desprotegidos y a merced de redes de tráfico y
trata si a sus familiares les ocurre algo.
En septiembre de 1998
entró el Reglamento que regula la Inscripción en el Registro del Estado Civil
de Nacimientos (Decreto Nº 2.819) para dar respuesta a los inconvenientes
generados por el no registro inmediato de nacimientos. Se establecían las
directrices a seguir por establecimientos de salud públicos y privados como
primera y fundamental pieza del engranaje.
La identidad como
derecho negado
Con la entrada en de la
LOPNNA. los órganos del Sistema de Protección, organizaciones de la sociedad
civil y organismos internacionales destinaron por años energías y recursos para
diseñar, organizar, capacitar y poner en marcha el nuevo sistema de registro
civil contemplado en las normativas.
En los últimos años se
han venido presentando inconvenientes hasta la paralización ocurrida en los
últimos meses que da al traste con las conquistas alcanzadas. Cada
día un nuevo contingente de recién nacidos se une al listado de los
pendientes que no han podido ser registrados respetando “el principio de
inmediatez, el proceso debe ser rápido y sencillo, sin tramitaciones dilatorias
o impeditivas”
La hermana de Valeria
va a entrar al primer grado y su mamá tampoco le ha podido sacar su primera
cédula de identidad. Funcionarios de identificación le dijeron que el
trámite está detenido por falta de material.
Valeria nace en un país
donde miles de familias tienen dificultad para asegurarle a sus hijos una
alimentación suficiente y balanceada, conseguir medicinas, vacunas, comprarles
ropas, uniformes y útiles para poder estudiar, recrearse y ahora también para
poderles dar un nombre y una nacionalidad.
04-10-18
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