SERGIO GÓMEZ MASERI 13 de octubre de 2018
La
dura afirmación la hizo este viernes en la mañana el exsubsecretario de Estado
para Asuntos de Narcotráfico Internacional, William Brownfield durante un foro
Washington organizado por el Centro para Estudios Estratégicos Internacionales
(CSIS).
En su declaración, el exfuncionario afirmó que Venezuela era un "país mafioso" donde criminales de todo tipo, incluyendo traficantes de drogas, contrabandistas y lavadores de dólares hacen de las suyas con la complicidad del gobierno de Nicolás Maduro.
En su declaración, el exfuncionario afirmó que Venezuela era un "país mafioso" donde criminales de todo tipo, incluyendo traficantes de drogas, contrabandistas y lavadores de dólares hacen de las suyas con la complicidad del gobierno de Nicolás Maduro.
Según
Brownfield, al menos unas 50 a 100 toneladas de droga están pasando
anualmente por este país mientras que la petrolera PDVSA se ha convertido
en una fachada para lavar miles de millones de dólares.
El exfuncionario añadió, además, que desde su perspectiva todas las instituciones del gobierno, incluyendo las fuerzas de seguridad, han sido penetradas por la criminalidad.
"En
50 años, cuando los historiadores evalúen el presente, concluirán que está
Venezuela es un ejemplo clásico del estado mafioso", dijo
Brownfield que durante casi una década encabezó la lucha de EE.UU. contra el
narcotráfico.
Para el exsubsecretario las instituciones del país están a su vez carcomidas por la corrupción, no existe transparencia ni muchos menos un estado que proporcione seguridad a sus ciudadanos. Sostuvo, de pasó, que Venezuela es hoy por hoy la principal fuente de piratería en el mar que existe en el mundo.
Brownfield citó una serie de razones que han contribuido a que este país haya terminado convertido en un paria de la comunidad internacional.
Entre ellas, la decisión política que tomó el gobierno de Hugo Chávez de dar refugio a las Farc y el Eln.
No
solo por que las Farc mismas eran un cartel del narcotráfico sino por que envió
el mensaje a otras organizaciones criminales de que podían actuar con impunidad
en el país y hasta con la protección de actores del estado.
Así mismo, un modelo que impuso la revolución chavista en la que se valora la lealtad e ideología que el profesionalismo y la decisión de destruir todas las instituciones que existían para reemplazarlas por otras al servicio del régimen.
También, la protección que le han brindado actores externos como Rusia y China.
Brownfield indicó a su vez que quizá el único camino que existe para la crisis de Venezuela pasa por "una reestructuración total del gobierno que sería el equivalente a un cambio de régimen"
Juan
Zarate, Asesor Senior en CSIS y exfuncionario en gobiernos anteriores de EE.UU.
subrayó que un desenlace semejante solo llegará cuando la comunidad
internacional aplique la máxima presión política, diplomática y económica
contra el régimen.
Y eso incluiría torpedear las exportaciones petroleras del país, algo que EE.UU. se ha abstenido de hacer pues aún depende de ellas y por que tampoco quiere causar mas daño a la población del país.
Brownfield se mostró de acuerdo pero añadió que tanto EE.UU. como la región tienen que entender que la resolución del problema requiere de un severo castigo que terminará afectando a la población pero a sabiendas de que el fin justificaría los medios o el sufrimiento temporal de los venezolanos.
Ambos coincidieron en que la comunidad internacional tendrán que jugar un rol importante no solo como catalizador de ese cambio sino en lo que seguirá una vez salga del poder el chavismo.
Especialmente con respaldo económico y apoyo en la reconstrucción de las instituciones.
Y eso incluiría torpedear las exportaciones petroleras del país, algo que EE.UU. se ha abstenido de hacer pues aún depende de ellas y por que tampoco quiere causar mas daño a la población del país.
Brownfield se mostró de acuerdo pero añadió que tanto EE.UU. como la región tienen que entender que la resolución del problema requiere de un severo castigo que terminará afectando a la población pero a sabiendas de que el fin justificaría los medios o el sufrimiento temporal de los venezolanos.
Ambos coincidieron en que la comunidad internacional tendrán que jugar un rol importante no solo como catalizador de ese cambio sino en lo que seguirá una vez salga del poder el chavismo.
Especialmente con respaldo económico y apoyo en la reconstrucción de las instituciones.
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