Gustavo Ocando Alex 26 de julio de 2021
@gusocandoalex
El
presidente de la firma Datanálisis considera que el sector empresarial
venezolano muestra acercamiento con el gobierno de Maduro porque es quien
mantiene “el control del país”. El analista Pedro Urruchurtu opina que el poder
ejecutivo “gana tiempo y legitimidad” de parte de algunos sectores “cómplices”.
La
asistencia de la vicepresidenta del Gobierno de Nicolás Maduro a un acto
protocolar de la principal cámara de empresarios de Venezuela despertó la semana
pasada una ola de críticas en la oposición, que acusó a los líderes del sector
privado de sufrir del “síndrome de Estocolmo”.
Delcy
Rodríguez, segunda al mando del poder Ejecutivo de Maduro, acudió
sorpresivamente a mediados de la semana pasada a la reunión anual de
Fedecámaras, que aglutina a los gremios de 14 sectores privados del país.
Consciente
de la atípica asistencia al aforo empresarial, tras años de altercados entre el
gobierno y el sector privado venezolano, el presidente saliente de Fedecámaras,
Ricardo Cussano, hizo votos por cortar “la tensión” que se palpaba en el evento
para lograr un reeencuentro y “construir soluciones”.
Rodríguez,
por su parte, dijo haber acudido a la cita “sin miedo” y con la intención de
“aportar algo a Venezuela”. Denunció la existencia de “resquicios extremistas”
y de “asedio y agresión” desde el extranjero que perjudican la economía local,
en referencia a las sanciones económicas contra su gobierno.
La
participación de Rodríguez en el evento empresarial levantó una polvareda de
mensajes contra la cúpula de Fedecámaras. Desde el mismo acto, el politólogo y
expreso político Nicmer Evans dijo estar ejerciendo su “mayor ejercicio de
tolerancia” al escuchar in situ los discursos de sus “carceleros”.
En
Twitter, políticos y dirigentes sociales opuestos al Gobierno de Maduro
criticaban su presencia en el acto. Andrés Velásquez, dirigente del partido La
Causa R, tachó de “vergonzoso” que el sector privado se “abrace” con el poder
ejecutivo mientras están “arruinados, amenazados y atacados”.
Uno de
los líderes nacionales del partido opositor Primero Justicia, Juan Pablo
Guanipa, valoró que los empresarios sufrían del “síndrome de Estocolmo”,
mientras que Tamara Suju, abogada defensora de derechos humanos, consideró que
los empresarios eran “secuestrados” de un “régimen opresor”.
El
propio Maduro se refirió públicamente al hecho y confirmó que dio su
beneplácito a la asistencia de su vicepresidenta a la reunión de Fedecámaras.
“Yo le
dije: ‘me parece muy bien, vamos a asistir, vamos a llevar un mensaje de
diálogo, entendimiento, reconciliación, de trabajo productivo por Venezuela’”,
expresó el mandatario en un acto televisado, donde también opinó que el
discurso de Rodríguez fue “tremendo” y la felicitó entre aplausos.
Interés
mutuo
Luis
Vicente León, economista y presidente de la firma Datanálisis, considera que
Fedecámaras debe garantizar la operación y “subsistencia” de las empresas, así
como el abastecimiento de bienes, productos y servicios para el país.
Atribuye
la invitación a Rodríguez a que es el Gobierno de Maduro el que tiene “el
control del país”. Un sector mayoritario de la oposición venezolana afirma que
Juan Guaidó, el último presidente del Parlamento electo en 2015, es el
mandatario interino del país por la presunta usurpación del cargo de Maduro.
“Su
rol no es político, es empresarial. Es con el Gobierno de Maduro con quien debe
negociar cambios y leyes, importaciones, circulaciones [de transporte] e
impuestos”, comenta León a la Voz de América.
El
Gobierno venezolano, por su parte, ha perdido paulatinamente control sobre la
economía y las sanciones de gobiernos extranjeros contra instituciones del
Estado hacen que la actividad nacional “sea más privada” que antes, opina.
El
producto interior bruto de Venezuela ha caído al menos un 83,5% en los
últimos años y su sector petrolero, espina dorsal de su economía, pasó de
producir 3,2 millones de barriles al día en 1999 a solo 529.000, el mes pasado.
León
señala que la polémica por la asistencia de la vicepresidenta ejecutiva “es
política” y resalta que ocurre en momentos cuando está en ciernes un proceso de
negociación entre el oficialismo y la oposición con mediación internacional.
“Entiendo
que, para Fedecámaras y el sector empresarial en general, es necesario abrirse
a tener negociaciones con quien controla el país y que es a él a quien le debe
y puede plantear problemas y soluciones. Si el gobierno de Maduro va a
responder positivamente a eso, no podemos saberlo aún”, advierte.
¿Complicidad
o pragmatismo?
El
encuentro entre Rodríguez y Fedecámaras ocurre en momentos semanas luego que
Guaidó propusiera un “acuerdo
de salvación nacional” que incluye un proceso de negociaciones
con voceros de Maduro con mediación extranjera.
Delegados
de Fedecámaras fueron los primeros críticos de Maduro en mostrar gestos de
acercamientos a su gobierno, a principios de este año. Sus representantes
acudieron en enero pasado a una
reunión en pro del diálogo con el presidente de la Asamblea Nacional electa en
diciembre pasado y hermano de la vicepresidenta del poder
ejecutivo venezolano, Jorge Rodríguez.
Para
el politólogo y coordinador de asuntos internacionales del partido opositor
Vente Venezuela, Pedro Urruchurtu, la invitación a Rodríguez al evento de
Fedecámaras es “lamentable” y esconde la intención del oficialismo de “vender
la idea de que hay una reapertura económica”.
“Es
muy peligroso. El régimen busca dejar a un lado el esquema sancionatorio para
usar estos supuestos empresarios para lavarse la cara”, apunta a la VOA.
Descarta
que haya frutos positivos del encuentro. “En Venezuela, no hay estado de
derecho, libre mercado, no hay instituciones. Es un acomodo de la élite del
propio régimen, que se abre para recibir a otros cómplices”, asegura.
Estima
que el gobierno de Maduro “gana tiempo y legitimidad” de parte de sectores que,
a su entender, se ponen de espaldas al pueblo venezolano.
León,
por su lado, considera que ni aquel encuentro de enero, ni la visita de la
vicepresidenta al evento empresarial, alteran las demandas de Fedecámaras por
un cambio económico y político en el país. “No representa para nada una cesión
en ese sentido. Simplemente, siente que las soluciones hay que negociarlas,
toda vez que los intentos de hacerlo unilateralmente han sido evidentemente
fracasos contundentes que sólo ha empeorado aún más la situación país”,
concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico