San Josemaría 24 de julio de 2021
@sJosemaria
Hay
una cantidad muy considerable de cristianos que serían apóstoles..., si no
tuvieran miedo. Son los mismos que luego se quejan, porque el Señor –¡dicen!–
les abandona: ¿qué hacen ellos con Dios? (Surco, 103)
También
a nosotros nos llama, y nos pregunta, como a Santiago y a Juan: Potestis
bibere calicem, quem ego bibiturus sum? (Mt XX, 22): ¿Estáis
dispuestos a beber el cáliz –este cáliz de la entrega completa al cumplimiento
de la voluntad del Padre– que yo voy a beber? Possumus! (Mt
XX, 22.); ¡Sí, estamos dispuestos!, es la respuesta de Juan y de Santiago.
Vosotros y yo, ¿estamos seriamente dispuestos a cumplir, en todo, la voluntad
de nuestro Padre Dios? ¿Hemos dado al Señor nuestro corazón entero, o seguimos
apegados a nosotros mismos, a nuestros intereses, a nuestra comodidad, a
nuestro amor propio? ¿Hay algo que no responde a nuestra condición de
cristianos, y que hace que no queramos purificarnos? Hoy se nos presenta la
ocasión de rectificar.
Es
necesario empezar por convencerse de que Jesús nos dirige personalmente estas
preguntas. Es Él quien las hace, no yo. Yo no me atrevería ni a planteármelas a
mí mismo. Estoy siguiendo mi oración en voz alta, y vosotros, cada uno de
nosotros, por dentro, está confesando al Señor: Señor, ¡qué poco valgo, qué
cobarde he sido tantas veces! ¡Cuántos errores!: en esta ocasión y en aquélla,
y aquí y allá. Y podemos exclamar aún: menos mal, Señor, que me has sostenido
con tu mano, porque me veo capaz de todas las infamias. No me sueltes, no me
dejes, trátame siempre como a un niño. Que sea yo fuerte, valiente, entero.
Pero ayúdame como a una criatura inexperta; llévame de tu mano, Señor, y haz
que tu Madre esté también a mi lado y me proteja. Y así, possumus!,
podremos, seremos capaces de tenerte a Ti por modelo. (Es Cristo que
pasa, 15)
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/llevame-de-tu-mano-senor/
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