Orlando Viera-Blanco 09 de agosto de 2023
@ovierablanco
« Quizás
no hemos sido eficaces en implementar un plan orquestado de eficacia política.
Vienen tiempos donde tendremos una nueva oportunidad para hacerlo y de
aprovechar las manifiestas debilidades de la coalición dominante »
Conseguir
la libertad con paz, por supuesto que no es tarea fácil. A los venezolanos nos
ha costado más que sangre, dolor y lágrimas…Hambre, tortura, muerte y exilio,
suma desesperanza y anomia. No basta caracterizar al régimen como opresor. Es
perverso, disciplinado y consecuente en su estrategia demoledora de nuestra
identidad, de nuestra cultura y nuestra historia. A partir de esta “disciplina”
desintegradora de la nacionalidad, nuestro error ha sido creer ingenuamente-al
decir de Sharp- “que la fuerza está en la firme exhibición de nuestros
principios”.
Al
pueblo no le basta reconocer las virtudes del líder. Es necesario que ese
reconocimiento sea constante y recíproco. Decía Maquiavelo: «La
naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerlos de
una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos». Para lograrlo, tenemos
que organizarnos, para organizarnos necesitamos disciplina y ser disciplinados
demanda obediencia, lealtad y perseverante.
Sin planificación no hay habilitación
Para
lograr salir del régimen va a requerir una gran destreza estratégica, que es
planificación. El poder no se improvisa. Los demócratas no pueden esperar
derribar una dictadura y restaurar la libertad política, si no ejercen su
propio poder en forma eficaz. ¿Cuál poder? El valor superior que nos une y la
causa que nos compromete, que es la libertad.
Ser
libres es vivir en paz. Y la paz se alcanza en democracia que es vivir bajo el
imperio de la ley de la justicia. Estos valores comportan una verdad existencial.
Un poder que genera identidad, identidad que es obediencia y obediencia que es
eficacia. ¿Por qué habiendo enarbolado estos valores y asumido la lucha no
violenta, no hemos logrado el objetivo? La respuesta luce previsible: no hemos
conseguido un pacto de acción política disciplinado y bien organizado. No es lo
mismo presencia de masas que masas organizadas…
Cuando las hemos tenido hemos triunfado.
En
momentos cruciales de movilización popular, la oposición no pudo coronar el
poder porque no estuvo disciplinadamente unida y alineada. El 11-A [Carmona]
sus acompañantes iban por una vía y otra parte del liderazgo político por otra
[…] Durante el paro petrolero, el gremio avanzó por una ruta y los partidos por
otra [,…] El RR (2005) fue promovido inicialmente por la sociedad civil y
tímidamente secundado por la clase política. Terminó siendo un “juntos,
pero no revueltos” […] Las elecciones 2006 demostraron que la
disciplina y la vigilancia de voto importan […] Resistimos la reforma
constitucional 2007, ganamos las elecciones 2013, nos fuimos a la
calle-desordenada y fragmentariamente–en 2014 y la salida, bajo la tesis de
“máxima presión” [2017], fue desigual, desproporcional, si acaso ingenua. No
basta ser ’Corazón Valiente” [William Wallace] o Juana de Arco para vencer.
Antes es necesario asegurar planificación, escenarios y unidad.
Alcanzar
el poder requiere un juicio muy cauto, basado en “un cálculo realista
de la situación y de las capacidades del pueblo” [Sharp], para
seleccionar la manera más efectiva de conquistar la libertad en tales
circunstancias. Soy de los que piensan que la elección primaria es una
oportunidad eficaz. Su concepción y buen desarrollo debe conducir no sólo una
candidatura única, sino a una organización disciplinada. Votar es organizarnos
competentemente, lo cual significa una planificación estratégica a lo interno
[militancia] y externo [los ciudadanos] de los partidos.
A
estas alturas de lo andado y aprendido, nadie en la oposición puede pensar que
un grupo político a solas logrará “quitarles las frutas” al
segador. Es ingenuo creer que la simple exhibición de gallardía y principios
conducirá automáticamente a un movimiento popular que corone. Esa ruta ya la
hemos vivido. Y la anarquía nos palmó. La emoción debe venir asistida de un
claro entendimiento [programar], de una cauta comprensión de cálculo de la
situación, para darle respuestas a todas las circunstancias que se avecinan.
La
inhabilitación no se resuelve con cantos de ilegalidades. Ni
siquiera con llamados a la comunidad internacional. Menos con una justicia que
no existe. Se resuelve con acciones muy parecidas a las requeridas para salir
de “la granja de animales”. Unidad de propósitos, definición de objetivos,
mecanismos de acción política, métodos, planificación estratégica, y
alternancia de poder en caso necesario. No hagamos de esto tabú y menos
resistencia.
La
fábula del “amo de los monos”
Una
parábola china del siglo XIV, atribuida a Liu Ji, destaca muy bien esta
interpretación descuidada acerca del poder político: En el estado feudal de
Chu, un viejo vivía de tener monos a su servicio. Las gentes lo llamaban “ju
gong”: el Amo de los Monos…Todas las mañanas el viejo reunía a
todos los monos en su patio y ordenaba al más viejo que condujera a los demás a
la montaña a recoger fruta de los árboles y matas. La regla era que cada mono
tenía que darle al viejo la décima parte de lo que recogiera. Los que no lo
hacían eran brutalmente azotados. Todos los monos sufrían amargamente, pero no
se atrevían a protestar.
Un
día, un monito les preguntó a los otros; “¿Fue el viejo quien sembró los
árboles y las matas?” Los otros le respondieron: No…El monito les dirigió otra
pregunta: “¿No podemos coger la fruta sin permiso del viejo?” Los otros
replicaron: “Sí, todos podemos hacerlo.” El monito siguió: “¿Entonces por qué
tenemos que depender del viejo? ¿Por qué tenemos que servirlo?” Antes que el
monito hubiera terminado su discurso todos los monos de pronto se sintieron
iluminados, y despertaron.
Esa
misma noche al observar que el viejo se había quedado dormido, los monos
rompieron las barreras del vallado donde se hallaban encerrados, y destruyeron
el recinto por completo. También se apropiaron de cuanta fruta el viejo tenía
guardada y se la llevaron al bosque, y nunca más volvieron. […] Yu-Li-Zi dice:
“Algunos hombres en el mundo gobiernan a su pueblo mediante tretas y no por
principios rectos. ¿No son estos iguales al amo de los monos? La gente no se ha
dado cuenta de su embrutecimiento. Apenas se les ilumine el conocimiento, las
tretas dejarán de funcionar.”
Lo
cumbre de esta historia es que el pueblo hace rato que despertó. No es verdad
que reposa en la ignorancia. Manejamos las percepciones y los diagnósticos al
revés. La gente a fuerza de hambre, dolor, indignación, despojo y desplazamiento,
hace tiempo comprendió que aquí el único que come frutas es el viejo mandamás,
y que su “mando” comporta un modelo malo y abusador. Entonces la disposición a
rebelarse, a vivir en paz y prosperidad está comprendida e iluminada. Los
líderes deben volver a una narrativa constructiva, que organizarse cautamente,
con sentido de cálculo y amalgamiento.
La
primaria no es un evento comicial. Es un momento de decantación política.
Rosales debe entender que no es hombre de consenso. Capriles aceptar que no es
su momento. María Corina apreciar su preferencia, pero con sentido de cálculo y
previsión…AD demostrar que tiene disposición de poner su maquinaria política a
beneficio de un ganador, así como VP debe unir filas y articular la
gran alianza. PJ debe apartarse de agendas ocultas y paralelas…y actores
como Delsa, Tamara, Caleca, Velásquez y Pérez Vivas deben ser las grandes
bisagras entre los actores políticos, la sociedad civil y los cuadros
militantes de organización, planificación estratégica y ejecución.
No
todo es intuición…
A
partir de 1980, las dictaduras han caído ante un desafío predominantemente no
violento. Ahí están los pueblos y las revoluciones no violentas en Estonia,
Latvia y Lituania; Polonia, Alemania Oriental, Checoslovaquia y Eslovenia,
Madagascar, Mali, Bolivia y Filipinas. La resistencia no violenta ha hecho
avanzar el movimiento por la democratización en Nepal, Zambia, Corea del Sur,
Chile, Argentina, Haití, Brasil, Uruguay, Malawi, Tailandia, Bulgaria, Hungría,
Zaire, Nigeria y en varias partes de la antigua Unión Soviética (llegando a
jugar un papel significativo en la derrota del intento de golpe de estado de
línea dura de agosto de 1991).
Desafortunadamente, el
pasado aún está con nosotros. El problema de las dictaduras es profundo.
Con frecuencia se les ha inculcado insistentemente la sumisión incondicional a
las figuras y gobernantes que detentan la autoridad. En casos extremos, las
instituciones sociales, económicas, políticas y hasta religiosas de la
sociedad—aquellas fuera del control estatal—han sido deliberadamente
debilitadas, subordinadas o aún reemplazadas por otras nuevas, y regimentadas.
A menudo la población ha sido atomizada (convertida en una masa de individuos
aislados), incapaces de trabajar juntos [primates], para conseguir su libertad,
de confiar los unos en los otros y hasta de hacer algo por su propia
iniciativa.
El
resultado es predecible: la población se ha vuelto débil, carece de confianza
en sí misma y es incapaz de ofrecer resistencia alguna. Las personas por lo
general están demasiado asustadas para compartir su rechazo por la dictadura y
su hambre de libertad, ni aún con su familia y amigos.
La
oferta de “paz” mediante negociaciones que un dictador le haga a la oposición
democrática por supuesto no es del todo sincera…El llamado a negociar, cuando
se trata de cuestiones fundamentales de las libertades políticas, puede ser un
esfuerzo por parte de los dictadores para inducir a los demócratas a rendirse
pacíficamente, mientras que la violencia de la dictadura continúa. En
semejantes conflictos, las negociaciones solamente podrán jugar un papel
apropiado al final de una lucha decisiva, en la cual el poder de los dictadores
haya sido debilitado y estén éstos buscando pasaje seguro para llegar a un
aeropuerto…
Nicolás
Maquiavelo había explicado “que el príncipe que tiene a todo el pueblo
por su enemigo nunca puede estar seguro, y mientras mayor sea su crueldad, más
débil se irá volviendo su régimen” …La conclusión es obvia. A pesar de
la apariencia de fuerza, todas las dictaduras tienen sus debilidades, sus
ineficiencias internas, sus rivalidades personales, sus funcionamientos
institucionales defectuosos y sus conflictos entre organizaciones y
departamentos. Pero estas debilidades no harán más vulnerable al régimen mientras
no alcancemos la planificación estratégica que escale la probabilidad de que
todos los recursos que puedan conseguirse se movilicen y empleen de la manera
más efectiva.
Quizás
no hemos sido eficaces en implementar un plan orquestado de eficacia política.
Vienen tiempos donde tendremos una nueva oportunidad para hacerlo y de
aprovechar las manifiestas debilidades de la coalición dominante. No volvamos a
pisar el peine de la improvisación. No más intuición…El poder demanda un
nuevo pacto social, no sólo de gobernabilidad, sino de prístina
solidaridad eficacia y nobleza política.
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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