miércoles, 3 de marzo de 2010
El Culpable necesario
La estrategia del gobierno venezolano para afrontar la crisis eléctrica:
En el mes de Octubre del año 2009, cuando el gobierno habló oficialmente, por primera vez, de Crisis Eléctrica, reconoció que la misma se debía principalmente a que había fallado a la hora de terminar los proyectos de plantas generadoras de energía para satisfacer el creciente aumento del consumo (el cual a partir del 2.004 fue de un 4,5% interanual).
En ese momento se hablaba del fenómeno del Niño como un agravante de la crisis, no como su causa. También se hacia un llamado a la colaboración de la población para reducir el consumo; así mismo se emitieron una serie de decretos que buscaban la reducción del consumo en el sector público, y facilitar la instalación de plantas eléctricas en el sector privado.
No debemos olvidar que también por esos días fue creado el Ministerio de Energía Eléctrica, con el argumento de atender de manera directa y exclusiva el tema, pero que en el fondo no fue más que una maniobra para sacar del centro del conflicto eléctrico y proteger al Ministro Rafael Ramírez Carreño, quien ocupa el cargo de Ministro de Energía y Petróleo desde Julio del 2002, y es, por lo tanto, uno de los principales responsables de la debacle del sistema eléctrico.
De ese entonces para acá, y ante el evidente impacto que ha tenido la crisis eléctrica, más que ninguna otra, en la aceptación del gobierno y, sobre todo, en la popularidad del presidente, el discurso oficial ha pasado de reconocer la responsabilidad del gobierno en la crisis, ha hacer a los ciudadanos responsables de la misma, paseándose, como ya es lugar común, por responsabilizar a la 4ta República y al Imperio (recordemos la triste declaración del actual Ministro de Ciencia y Tecnología, quien propuso cambiarle el nombre al fenómeno del Niño, por ser un fenómeno producto del Capitalismo – cabe recordarle al ministro que este fenómeno fue registrado desde el Imperio Inca, y fue nombrado El Niño por humildes pescadores peruanos debido a que tenía lugar por el mes de Diciembre).
El cuento de que los culpables de la actual crisis eléctrica fueron los gobiernos de la 4ta República, después de once (11) años de gobierno chavista, no calaron en la opinión pública. Los voceros oficiales llegaron al exabrupto de tratar de generar una matriz de opinión que cuestionaba el desarrollo hidroeléctrico del Guri, por corresponder a un modelo de generación centralizada que nos hacia vulnerables y dependientes de un único gran centro de generación.
Sería prudente que esos voceros del gobierno recordaran que, de no haber sido por la construcción del Guri, no habría sido posible el desarrollo de ese gran foco de progreso que son las Empresas Básicas de Guayana, las cuales hoy languidece debido a las ineficiencias y deseos de control total de este gobierno. Así mismo, es prudente tener en cuenta que solamente el Guri genera energía eléctrica para la cual se requeriría quemar en plantas termoeléctricas el equivalente a 300.000 barriles diarios de petróleo, los cuales, no solo afectarían el ambiente, sino que implicaría dejar de percibir, por concepto de venta de petróleo, más de 22 millones US$ diarios, a un precio promedio de 75US$ por barril.
También vimos como el gobierno debió “recular” ante un decreto de ahorro y un plan de cortes programados de electricidad, inconsultos y apresurados, cosa típica de este gobierno militarista que cree que por decretar algo, eso se debe cumplir sin tomar en cuenta otra realidad que sus propios deseos.
El primer decreto afectaba a los centros comerciales. Estos debían limitar sus actividades al horario de 10 am. - 9 pm. Los redactores de este decreto no consideraron que en los centros comerciales, además de los comercios, operaban bancos, centros de entretenimiento, laboratorios y clínicas, y hasta instituciones oficiales. Por otra parte, esta medida resultó tremendamente impopular debido a que limitaba las probabilidades de esparcimiento de la población, la cual acude a estos sitios porque ofrecen mayor seguridad.
El decreto fue revisado; la cámara que agrupa a los centros comerciales ofreció ayuda al gobierno. Al final, el decreto estableció que la medida horaria solo afectaría a las tiendas, dejando por fuera sitios de comida, centros de entretenimiento, bancos, farmacias, laboratorios y clínicas, y oficinas públicas; lo cual, era más o menos, el horario en el que trabajaban la mayoría de estos sitios antes del decreto, convirtiéndose la medida en un saludo a la bandera.
La segunda medida, un plan de cortes programados de electricidad para Caracas, produjo, si se quiere, el 1er Culpable Necesario en toda la crisis eléctrica, que no fue otro que el novel Ministro de Energía Eléctrica, a quien, con escasos 3 meses en el cargo, el Presidente le pide la renuncia.
Este plan técnica y logísticamente mal diseñado, con cortes de hasta 4 horas, y que no granizaba el suministro eléctrico a centros de salud, alumbrado público y otros servicios vitales, produjo una reacción de rechazo tal en la población caraqueña que, temiendo que las manifestaciones populares degeneraran en disturbios, obligó al gobierno a suspender su aplicación antes de haber pasado 24 horas de su inicio. Esta decisión tuvo como consecuencia que las regiones, al ver que el gobierno levantaba la medida en Caracas, exigió que cesaran los continuos cortes en el interior del país, las protestas y manifestaciones crecieron en ciudades como Mérida y Maracaibo.
Es en este punto donde se esperaba que el gobierno llamara a todos los sectores para elaborar un plan de racionamiento nacional. Las medidas serian fuertes, pero al ser consultadas y acordadas por todos, estaríamos comprometidos a colaborar. Se podrían esperar acciones tales como: cortes de energía programados de 2 horas; cambio del huso horario o modificación del horario de trabajo, reducción de las jornadas laborales, planes efectivos de ayuda a empresas para instalar plantas eléctricas, programas de sustitución de electrodomésticos ineficientes por equipos ahorradores, aumentos razonables de la tarifa eléctrica, y premios para estimular el ahorro.
Sin embargo, no puede esperarse que un gobierno autoritario llame a la concertación para tomar una medida, eso sería, según su forma de pensar, mostrar debilidad. Por otra parte, consultar y negociar, sería reconocer que él es parte del problema, y que no fueron “OTROS” los culpables de la crisis eléctrica.
Asesorado, probablemente, por el siniestro Ramiro “Charco de Sangre” Valdés, enviado del gobierno de los Castro para salvaguardar sus intereses en Venezuela, el gobierno trazó una estrategia para buscar un Culpable Necesario.
Para ello se emite la Resolución 009 del Ministerio para la Energía Eléctrica, en la cual se establecen las sanciones y premios para consumidores residenciales; así como la figura de los “Grandes Consumidores”, y la meta de reducir en un 20% el consumo eléctrico en Caracas. Las medidas son coercitivas e implican desde un aumento del 200% (ahora llamado Multa) para los clientes residenciales que consuman más de 500Kh mensuales, hasta el corte indefinido del servicio eléctrico de los clientes comerciales que consuman más de 25KVA mensuales. Aquí no se toma en cuenta el tamaño de la familia, ni el tamaño o tipo de empresa.
El gobierno prefiere tomar estas medidas antes de reconocer que está haciendo un aumento del servicio eléctrico, pues eso iría en contra de su discurso socialista y sería asociado a una medida neoliberal (un aumento de hasta el 200% es NEOLIBERAL y Salvaje). Pero más importante aún, teniendo en cuenta que en los hogares de muchas de las zonas populares de bajos recursos no existen medidores de electricidad, esta medida sería aplicable solo a las zonas residenciales e industriales, es decir, usando el lenguaje del gobierno, solo se aplicaría a los Burgueses y Capitalistas Salvajes, los cuales se convertirían en los Culpables Necesarios que serían exhibidos, mediante carteles en las puertas de sus empresas o mediante listas, como los únicos responsables de la crisis eléctrica.
A esta fecha, solo un 40% de las empresas ha logrado hacer los ajustes exigidos, muchas veces a costa de su productividad. El 60% restante prevé tener que dejar de trabajar un día a la semana para poder cumplir con la reducción. En resumen: podemos prever desabastecimiento y desempleo.
Personalmente creo que esta estrategia no le funcionará al gobierno, y se le devolverán como un bumerán, el pueblo no se dejará embaucar por estas medidas arbitrarias que buscan echarle la culpa a otro, pues lo que molesta no es que todos hagamos sacrificios en este momento de emergencia nacional, no, lo que molesta es que el Gobierno Nacional trate de “escurrir el bulto” y endilgarle la culpa a los ciudadanos.
Ante todo esto a los ciudadanos nos queda una gran lección, debemos organizarnos.
Organizarnos para conformar Asambleas de Ciudadanos, Concejos Comunales, Mesas de Agua y Mesas de Energía, para defender con estas instancias nuestros derechos a servicios públicos oportunos y eficientes; organizarnos para llevar a cabo las elecciones primarias de la Unidad Democrática y así garantizar una verdadera unidad de cara a las elecciones de la Asamblea Nacional; organizándonos para exigir a los partidos políticos de la Mesa de la Unidad una verdadera UNIDAD de criterios y acción ante el gobierno; organizarnos para garantizar que las elecciones del 26 de Septiembre se realicen; organizarnos para llevar y defender los votos de la Unidad Democrática, y garantizar que una mayoría absoluta de Diputados de la Unidad Democrática lleguen a la Asamblea Nacional y rescaten la institucionalidad del país.
Editorial del Equipo Productor
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