AFP | CIUDAD DEL VATICANO Domingo
21 de abril del 2013
El papa Francisco hizo
este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano un encendido
llamado a la paz en Venezuela tras la elección como presidente del delfín de Hugo
Chávez, Nicolás Maduro, que llevó a la oposición a pedir un
recuento total de los votos.
El papa argentino llamó a que se rechace "toda violencia" en el país y se establezca un "diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo y la búsqueda del bien común".
Poco después de mediodía y al concluir la oración del Regina Coeli, ante una plaza ocupada desde muy temprano por miles de fieles, cientos de niños y de bebés, el Papa se refirió a la crítica situación venezolana generada por el estrecho margen con que fue elegido presidente Nicolás Maduro, que ha motivado que la oposición pidiera un recuento total de los votos.
Vencedor por sólo un 1,8% de diferencia frente al candidato opositor, Henrique Capriles, Maduro ha instado a la oposición al diálogo, tras las manifestaciones que han dejado ocho muertos y unos 60 heridos en una semana de crispación política creciente, según las autoridades.
"Sigo con atención los acontecimientos en Venezuela. Los sigo con mucha preocupación e intensas oraciones y la esperanza de que se encuentren vías justas y pacíficas para superar el momento de gran dificultad que atraviesa el país", dijo el Papa ante una audiencia que lo escuchaba en silencio.
"Invito al querido pueblo venezolano, y en particular a sus responsables institucionales y políticos, a que rechacen firmemente toda violencia y establezcan un diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y en el amor por la nación", agregó el primer papa latinoamericano y jesuita de la historia.
La gente que se había reunido en la plaza para escuchar el Regina Coeli recibió con entusiasmo las palabras del pontífice.
"Realmente es un buen mensaje, para que los irigentes de Venezuela y el mundo entiendan que la forma de llegar a las soluciones es dialogando entre las partes", comentó a AFP el colombiano Heriberto Suárez.
Para Sergio Lavalle, de México, lo que dijo el papa "fue muy emotivo". "Está tocando tópicos que nos conciernen a todos los latinoamericanos. Pienso que sus palabras pueden influir en la situación, porque es un papa que tiene mucho carisma; la gente lo escucha y lo quiere. Y eso que tiene apenas algunos días de pontificado...", señaló.
Según el uruguayo Milton Camarero, las palabras del pontífice "intentan ser una reflexión para que la sociedad venezolana trate de superar este momento civilizadamente. Ya venían los ánimos crispados. Es un país complicado, difícil de gobernar. Si lo dijo el Papa, debe ser porque tal vez están pasando otras cosas que nosotros desconocemos".
Antes del Regina Coeli, el papa Francisco había celebrado en la Basílica de San Pedro la primera misa de ordenación como pontífice con motivo del domingo del Buen Pastor, que tradicionalmente se dedica a las ordenaciones sacerdotales.
El Papa ordenó a un grupo de 10 seminaristas de distintos países, la mayoría italianos, un croata y un argentino, el padre Alberto Daniel López Pantano.
La particularidad de este grupo es que se trató de adultos, que entraron al seminario a los 30 años y tienen ahora entre 37 y 44 y casi todos una carrera universitaria y experiencia laboral precedente.
A ellos, y de alguna manera a todos los sacerdotes del mundo, el Papa rogó: "Por favor, no os canséis de ser misericordiosos", "no tengáis vergüenza de demostrar ternura a los ancianos" y "caridad sincera, no para gustarse a así mismos sino para gustar a Dios".
El papa argentino llamó a que se rechace "toda violencia" en el país y se establezca un "diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo y la búsqueda del bien común".
Poco después de mediodía y al concluir la oración del Regina Coeli, ante una plaza ocupada desde muy temprano por miles de fieles, cientos de niños y de bebés, el Papa se refirió a la crítica situación venezolana generada por el estrecho margen con que fue elegido presidente Nicolás Maduro, que ha motivado que la oposición pidiera un recuento total de los votos.
Vencedor por sólo un 1,8% de diferencia frente al candidato opositor, Henrique Capriles, Maduro ha instado a la oposición al diálogo, tras las manifestaciones que han dejado ocho muertos y unos 60 heridos en una semana de crispación política creciente, según las autoridades.
"Sigo con atención los acontecimientos en Venezuela. Los sigo con mucha preocupación e intensas oraciones y la esperanza de que se encuentren vías justas y pacíficas para superar el momento de gran dificultad que atraviesa el país", dijo el Papa ante una audiencia que lo escuchaba en silencio.
"Invito al querido pueblo venezolano, y en particular a sus responsables institucionales y políticos, a que rechacen firmemente toda violencia y establezcan un diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y en el amor por la nación", agregó el primer papa latinoamericano y jesuita de la historia.
La gente que se había reunido en la plaza para escuchar el Regina Coeli recibió con entusiasmo las palabras del pontífice.
"Realmente es un buen mensaje, para que los irigentes de Venezuela y el mundo entiendan que la forma de llegar a las soluciones es dialogando entre las partes", comentó a AFP el colombiano Heriberto Suárez.
Para Sergio Lavalle, de México, lo que dijo el papa "fue muy emotivo". "Está tocando tópicos que nos conciernen a todos los latinoamericanos. Pienso que sus palabras pueden influir en la situación, porque es un papa que tiene mucho carisma; la gente lo escucha y lo quiere. Y eso que tiene apenas algunos días de pontificado...", señaló.
Según el uruguayo Milton Camarero, las palabras del pontífice "intentan ser una reflexión para que la sociedad venezolana trate de superar este momento civilizadamente. Ya venían los ánimos crispados. Es un país complicado, difícil de gobernar. Si lo dijo el Papa, debe ser porque tal vez están pasando otras cosas que nosotros desconocemos".
Antes del Regina Coeli, el papa Francisco había celebrado en la Basílica de San Pedro la primera misa de ordenación como pontífice con motivo del domingo del Buen Pastor, que tradicionalmente se dedica a las ordenaciones sacerdotales.
El Papa ordenó a un grupo de 10 seminaristas de distintos países, la mayoría italianos, un croata y un argentino, el padre Alberto Daniel López Pantano.
La particularidad de este grupo es que se trató de adultos, que entraron al seminario a los 30 años y tienen ahora entre 37 y 44 y casi todos una carrera universitaria y experiencia laboral precedente.
A ellos, y de alguna manera a todos los sacerdotes del mundo, el Papa rogó: "Por favor, no os canséis de ser misericordiosos", "no tengáis vergüenza de demostrar ternura a los ancianos" y "caridad sincera, no para gustarse a así mismos sino para gustar a Dios".
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