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sábado, 27 de abril de 2013

Jugando con fuego


Miguel Méndez Rodulfo Caracas 26 de abril de 2013

El régimen pretende actuar como si nada hubiese pasado. Quiere hacernos creer que sigue teniendo la mayoría holgada que lo apoyaba en tiempos del difunto Presidente. Sin embargo, entre pecho y espalda acumula una derrota electoral y la dilapidación de un formidable capital político en muy poco tiempo, lo cual es seguramente un record mundial: desde octubre hasta abril perdió 9 puntos; pero es que desde el 5 de marzo, cuando se produjo un pico extremo en favor del gobierno por el deceso presidencial, hasta el 14 de abril, la pérdida fue de 19 puntos, de manera que el bolsón donde se acumulan los apoyos al régimen tiene escondidas tremendas troneras que Nicolás no encuentra y por donde se escurre como el agua corriente abajo, la sustentabilidad de este gobierno ilegítimo y de transición.

Finalmente pudimos comprobar que el CNE, no solamente es parcial, ventajista a favor del gobierno, irrespetuoso de la ley y además embustero, sino que es definitivamente un organismo tramposo, deshonesto y corrompido, capaz de propiciar un caos social y político con consecuencias impredecibles al desconocer la voluntad popular Lo que pasa es que sabíamos que el órgano comicial tenía dueño, pero desconocíamos que estaba subordinado a un amo. Con todo, este gobierno parte en condición de minusvalía política, con el estigma del fraude sobre sus hombros y sin poder eludir su carácter ilegítimo. Un período presidencial signado de esta manera y que además no busca, a través del diálogo, el apoyo político de la mitad del país que lo adversa, para hacerle frente a la severa crisis económica que se nos avecina, es un gobierno que estará a la deriva frente a la combinación de la inestabilidad política y la caída económica que se retroalimentarán una con la otra para crear un monstruo con vida propia e ingobernable.

El gobierno debe tomar medidas económicas de ajuste que exigirán un sacrificio de la población, pero que como siempre afectarán en mayor medida a los más pobres. En esta situación la posibilidad de que se produzca un descontento popular es muy alta, por lo que en este escenario todos pagaríamos por igual la incompetencia gubernamental.

Si el gobierno fuera sagaz, en otra de sus características huidas hacia adelante podría plantear en el corto plazo las elecciones municipales, como una manera de distraer la atención de la auditoría y pasar la página, pero en la onda de confrontación y violencia que ha adoptado, esta posibilidad parece remota y por el contrario el escenario de eludir los eventos electorales venideros (municipales, legislativas y revocatorio) es más probable, frente a la certeza de que la oposición saldría triunfadora en cada uno de esos eventos, porque el régimen sabe, y ya lo comprobó, que el viento sopla a favor de la opción opositora y que esta tendencia no la para nadie.

Quiera el gobierno o no, el futuro nos pertenece. Podrán usurpar ilegítimamente el poder en forma transitoria, pero más temprano de lo que imaginan en Venezuela va a haber un cambio de rumbo en la conducción de los destinos del Estado.

Migue Méndez Rodulfo
Caracas 26 de abril de 2013

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