Ruth Capriles 31 de enero
de 2014
ruthcapriles@yahoo.com
@veedoramadre
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Si
los gobernantes son ejemplo de deshonor, la sociedad se hunde en la abyección
Soluciones para el caos moral creado
deliberadamente por los chavistas, no vienen fácil. Pero sin duda las hay como
siempre para todos los males humanos. Que jóvenes crecidos en la pobreza
indigna, el odio y resentimiento revolucionarios, no disparen a mansalva y sin
piedad, no se logra por ordenar pacificación. Que jueces ignorantes, corruptos
y sumisos al Ejecutivo apliquen sana justicia, no se logra por anodinos
llamados presidenciales a la patria. Ni tampoco se depuran las fuerzas
policiales por crear comisiones nacionales con vanidosos catedráticos que son
llamados sólo para adornar el dominio arbitrario.
Para lograr enmendar el desaguisado
moral revolucionario tendría que darse un verdadero propósito de enmienda del
modelo y el plan socialista. Más: tendrían los venezolanos que valorarse a sí
mismos. Porque el caos ha sido creado deliberadamente por el ideario cubano
para someter a los venezolanos bajo el miedo y por autodesprecio y
autodestrucción. Tendrían que darse cuenta los gobernantes venezolanos, títeres
del gobierno cubano, de la ignominia a la que ellos mismos se han reducido por
el dominio extranjero.
Cuando los gobernantes dejen de viajar
a Cuba a pedir luces sobre su propio gobierno, cuando dejen de despilfarrar los
recursos nacionales para mantener a la meretriz del Caribe, entonces podremos
comenzar a vislumbrar las soluciones que nos lleven a un rescate de la dignidad
y los valores de bien. En servidumbre y esclavitud no hay valores morales, sólo
hay sobrevivencia. Si los gobernantes son ejemplo de deshonor, la sociedad se
hunde en la abyección. Si los gobernantes son indignos, corruptos, maleantes y
esclavos ¿cómo pueden los más desventurados desarrollar valores de bien?
Hay soluciones para el rescate moral
en Venezuela, pero sólo podrá encontrárselas por el camino del auto respeto y
valoración. Primero el respeto por nosotros mismos; luego, el respeto por los
otros. De allí vendrán las soluciones para un nuevo y necesario pacto de
valores en Venezuela.
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