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miércoles, 23 de abril de 2014

Comunicado Mov. Estudiantil, UCAB #22A


En los medios han corrido muchas opiniones sobre la posición del Movimiento Estudiantil. Se ha hablado de interlocutores legítimos, de cartas sin firmantes verdaderos y de muchas posturas sobre el “diálogo” con el régimen. Hoy queremos dar una respuesta contundente a estos temas.

Nos vemos en la necesidad de manifestarle a todos los políticos, que dejen de meterse en los temas del Movimiento Estudiantil. No son ustedes nuestros representantes y mucho menos tienen la autoridad moral para nombrar a unos o a otros como interlocutores.

¡Aquí están los dirigentes electos de los Estudiantes a Nivel Nacional, trabajando unidos!. Más aún, somos nosotros los interlocutores de nuestra comunidad y a nadie vamos a delegarle esa responsabilidad.

Esta no es una lucha contra los partidos políticos; pero es que tampoco es una lucha de los partidos políticos. Es la lucha de todo el pueblo venezolano, que está dirigida por la juventud que es su futuro.

Para poder hablar de un diálogo verdadero, es conocido universalmente que se necesitan tres características mínimas, a saber:

1. El reconocimiento de las partes como actores legítimos:

¿Cómo puede el régimen querer un diálogo sincero con nosotros, cuando nos tilda de fascistas, neonazis, o peor aún de estar manipulados?

2. La igualdad de condiciones:

¿Cuál igualdad de condiciones? Cuando se propone Miraflores como sede, y se pretende que ellos hablen cuarenta minutos y dejarnos hablando uno a nosotros, siendo el moderador Arreaza.

Los invitamos nosotros en cambio a un verdadero diálogo: Nicolás, una vez que cumplan con las condiciones morales mínimas, únanse a nosotros en cualquier plaza pública del país, con igualdad en el tiempo de los discursos y con un moderador imparcial.

Por último y no menos importante:

3. Para que hablemos de un verdadero diálogo tiene que haber una disposición a rectificar.

¿Cómo querer un diálogo si no son capaces ni siquiera de cumplir con las exigencias mínimas? Que demuestren el deseo y la capacidad de arreglar tantas cosas que están mal.

Nuestras condiciones también son tres:

1. Para que haya un diálogo moralmente aceptable, que no insulte las conciencias y el dolor de todas las víctimas de estos 72 días de lucha, exigimos la Libertad plena para todos nuestros Jóvenes venezolanos que hoy están detenidos, o amedrentados con un régimen de presentación.

2. Exigimos que cese la represión brutal a las protestas pacíficas y la violación sistemática a los Derechos Humanos.

3. Por último exigimos una verdadera justicia a todas las víctimas del régimen de estos dos meses de lucha.

Estas tres características y tres exigencias para el diálogo no son caprichos vanos: Son posturas que responden a una cuestión de Justicia – Justicia con la Verdad, con la inteligencia y con la conciencia de todo el pueblo venezolano–.

Al país le decimos: véanle la cara a todos los dirigentes que han estado por ustedes en la calle, dando la lucha por el mejor futuro de todo el pueblo venezolano. La calle, los campamentos y la resistencia están ahí porque nosotros la convocamos y la dirigimos en la lucha por nuestro futuro.

Sabemos que nos corresponde ser la esperanza para un pueblo que quiere un país reconciliado con Libertad, en Solidaridad y con Justicia. Porque desde que subimos a la punta de los cerros, hasta bajar al fondo de las quebradas; en ranchos inhóspitos o en urbanizaciones, no vemos a nuestro pueblo rezumando su amargura, sino buscando un nuevo amanecer para Venezuela. Somos nosotros el canto del gallo en esta mañana de Libertad.

Llamamos a todos los Jóvenes que están en la calle protestando, para que se sientan apoyados por nosotros en su lucha Pacífica. Porque queremos un país donde podamos hacer familia sin injusticias, mentiras ni miseria.

Hoy Unidos decidimos deshacernos de nuestras diferencias y nos quedamos con la Franela Vinotinto que nos une, porque sabemos que en los Estudiantes están puestos los mejores esfuerzos de nuestro pueblo: desde la niña o el niño en la escuela, los adolescentes en bachillerato, o los jóvenes en los institutos y en la Universidad; en ellos están puestas las esperanzas de nuestro pueblo. La mayor riqueza de nuestro país no está enterrada en pozos petroleros, sino que está en el corazón de cada uno de nuestros jóvenes, por eso somos portavoces de Venezuela y por eso somos interlocutores válidos de este mensaje de cambio, de esperanza y de resurrección.

Muchas gracias y confíen en nosotros.

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