MARIA TERESA ROMERO Caracas, 24 abril 2014
El firme apoyo a la lucha democrática
opositora por parte de un nutrido grupo de intelectuales libertarios de primera
línea, tanto del hemisferio americano como de Europa, tales como Mario Vargas
Llosa, Jorge Castañeda, Enrique Krause, Oscar Ortiz, Álvaro Vargas Llosa,
Alejandro Chafuen, Ian Vásquez, Plinio Apuleyo Mendoza, entre otros muchos,
sacude este 24 y 25 de abril a la opinión pública venezolana, inmersa en una de
las peores crisis de su historia moderna.
Este grupo, que se reúne en el marco
del seminario internacional “América Latina: el futuro es la libertad” que
organiza la más antigua y conocida organización no gubernamental CEDICE
Libertad a propósito de sus 30 años de fundada, viene al país en un momento
clave, en que en la protesta estudiantil iniciada en febrero pasado no cesa,
más bien se incrementa, a pesar de la brutal represión de las fuerzas de
seguridad del Estado, y en medio de la celebración del tercer intento de
diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición política agrupada en
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La presencia y compromiso de estos
intelectuales en Caracas, sus condenas a los atentados a las libertades y
derechos de todos los venezolanos y a la criminalización de los disidentes, así
como sus valoraciones positivas a la ardua y larga lucha de los sectores democráticos,
ha infundido ánimo y coraje a una buena parte de la sociedad tan llena de
angustia y pesimismo en torno al futuro. Para muchos, pregonar sobre el valor
de la libertad en este momento venezolano, ha sido un gran acto de valentía y
solidaridad de parte de estas personalidades.
En sus palabras introductorias al
evento, el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa resumió con su maestría y
claridad de siempre los principales mensajes que los invitados internacionales
querían dejar sentados en la población venezolana. Sobre el régimen imperante,
señaló que no es una democracia, sino un socialismo trasnochado que sólo lleva
al fracaso porque un país sin libertad de pensamiento, sin propiedad privada y
economía de mercado no progresa jamás. En cuanto a la oposición democrática,
aseguró que apoya y alienta la lucha de los estudiantes y de los líderes
opositores que han tomado la calle -Leopoldo López, María Corina Machado y
Antonio Ledezma-, que está seguro que la represión de la que han sido víctimas
sólo ha servido para realzar el sentimiento libertario, que las muertes, las
torturas y las luchas de los venezolanos son las de todos los latinoamericanos,
y que los gobiernos que no se han pronunciado amparándose en la “neutralidad”
son cómplices de lo que viene sucediendo en Venezuela.
También habló sobre el intento de
diálogo que se desarrolla en la actualidad entre el gobierno y parte de la
oposición, la de los partidos políticos integrantes de la MUD. Si bien afirmó
que todo diálogo es de entrada positivo, se siente escéptico en cuanto a la
sinceridad del gobierno en el mismo. El diálogo debe ser genuino, no una mera
exhibición retórica y además debe servir “para hacer correcciones básicas” al
modelo político y económico venezolano.
Vargas Llosa finalizó su intervención
deseando que la experiencia de 15 años que ha vivido nuestro país bajo el
régimen chavista-madurista sirva para profundizar las ideas de libertad
necesarias para acabar con la desigualdad y el autoritarismo, al tiempo que
aseguraba que no creía que Venezuela sería otra nueva Cuba ya que
Podría pensarse que el Nobel y demás
invitados al seminario le dieron un franco espaldarazo a la parte de la
oposición venezolana llamada “radical” y no a la “moderada”. En realidad,
fueron los primeros quienes estuvieron presentes en el evento y los más citados
en las intervenciones. Sin embargo, el propio Vargas Llosa aclaró que la
oposición en Venezuela está representada tanto en quienes acuden al diálogo
como quienes realizan la protesta en las calles. Enfatizó que no existe una
división entre la oposición política o de partidos y el movimiento estudiantil;
que el diálogo y la protesta pacífica social en la calle son acciones
complementarias. “Están los que mantienen viva la llama de la resistencia y hay
quienes dialogan, no significa un cisma o ruptura de las fuerzas de oposición”,
afirmó.
Ojalá tenga razón porque sin duda una
profundización de la inocultable división de la oposición venezolana sólo
ayudaría al gobierno.
Y ojalá también que por decir estas
verdades y manifestar su opinión Vargas Llosa, u otros del seminario de CEDICE,
no sea víctima de alguna forma por el gobierno, como sucedió en su anterior
visita, en 2009, cuando fue retenido en el aeropuerto por casi dos horas
porque, según el entonces presidente Hugo Chávez, había provocado y ofendido al
pueglo venezolano. Esa u otra gracias “revolucionaria” hoy en día le costaría
caro al presidente Nicolás Maduro.
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