Por Adiana Vigilanza, 28/04/2014
Wikipedia define la “quema de libros” como“(…)práctica, generalmente promovida por autoridades
políticas o religiosas, de destruir libros u otro material escrito; está vinculada
al fanatismo ideológico y suele acompañar a muchos conflictos bélicos.
La práctica generalmente es pública
y está motivada por objeciones morales, políticaso
religiosas, al material publicado (…)”.
He escuchado a algunos comunicadores venezolanos censurar
la idea de quemar la versión de la Constitución que se ha repartido en escuelas
públicas venezolanas, ilustrada con la figura de Chávez, vestido de blanco, como venido del cielo, más algunos otros
símbolos del “Socialismo del Siglo XXI”,
como la marca “Mercal”.Pero, como
suele ocurrir en las filas de nuestra oposición, se trata de un rechazo no meditado, más bien casi proveniente del
mismo oficialismo, inducido por el recuerdo del acto Nazi del 10 de mayo de
1933, cuando fueronquemados miles de libros por ser considerados “contrarios al
espíritu alemán”, siendo sus autores socialistas, comunistas, pacifistas
y judíos.
Este asunto nos viene como anillo al dedo para
explicar una tragedia que vivimos los opositores o mejor dicho, los que creemos
en la democracia y luchamos por restaurarla, en Venezuela. Seguimos, sin darnos
cuenta, matrices de opinión que son creadas desde la izquierda, sobre todo, la
más recalcitrante.
Empecemos por el principio: imprimir
Constituciones que llevan ilustraciones de un ex Presidente contemporáneo (así esté muerto), como protagonista de todas las
bondades de esa Constitución,es un hecho contrario a la propia Carta Magna,
porque ese ex Presidente representa un proyecto político en particular,
denominado “Socialismo del Siglo XXI”.
De hecho, la Constitución que tiene tan “Magníficas” ilustraciones, dispone:
“Artículo 1.La República Bolivariana de Venezuela es
irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus
valores de libertad, igualdad, justicia y paz
internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador…”
Así que guiándonos por los
números de los Artículos violados, es justamente el Artículo 1 de la
Constitución el primero que se viola al repartir en escuelas públicas la
Constitución de “ingenuas” ilustraciones (así como los demás libros con figuras
similares), porque elimina la igualdad entrelas opciones políticas.
Ninguna otra opción política cuenta en Venezuela con una herramienta
propagandística tan fuerte para moldear mentes en formación y de paso, pagada
por el propio Estado. Lo cual nos lleva al “detalle” fundamental en este
asunto:Pagar y repartir esa Constitución
ilustrada, con dineros públicos, es un delito, previsto en la Ley Contra la Corrupción, en sus
Artículos 6[1],
7[2] y especialmente, el 13, que dice:
“Artículo 13. Los
funcionarios y empleados públicos están al servicio del Estado y no de
parcialidad política o económica alguna. En consecuencia, no podrán destinar el uso de los bienes públicos o los recursos que
integran el patrimonio público para
favorecer a partidos o proyectos políticos, o a intereses económicos
particulares”.
De nada vale pretender que la imagen de Chávez en una Constitución no es adoctrinamiento, sólo porque no haya en ellas palabras que induzcan al niño a pensar que la “doctrina” de ese líder -quien llegó a llamar a sus contendores a la Asamblea Nacional en 2010, “compotas de pupú”[3]- como la única aceptable. “Adoctrinamiento” es definido en el DRAE[4]como “1. Enseñanza o educación en una doctrina, intentando inculcar determinadas ideas o creencias (…)”.El “intento”, lo más vedado posibleporque se sabe que se comete delito, es precisamente a través de las ilustraciones.
De lo anterior surge como
conclusión obligada que, antes que considerar un horror que un padre o un
educador piense en desechar un material cuyo empleo los convertirá en cómplices
de un delito, la negativa a usarlo sea considerada un acto de “legítima defensa”. Si opta por hacer desaparecer el material
delictivo, quemándolo o haciéndolo pedazos o si se va por una opción menos
drástica, como escribir al lado de cada ilustración chavista algo así como “esta
ilustración viola el Artículo 13 de la Ley contra la Corrupción”, será una opción que cada cual deberá analizar.
Pero lo que sí debe quedar clarísimo es
que ese acto no sería el de un fanático sino, al contrario, el de un padre
o educador preocupado por garantizarle a los niños el goce pleno de sus
derechos y su dignidad.
Así pues que no toda quema
de un libro es mala. Si se quemara un libro con ilustraciones pornográficas,
que se pretenda usar en escuelas, por ejemplo ¿sería un fanático el que lo
hiciera? El empleo de la figura de Chávez –y del resto de la iconografía del Socialismo del Siglo XXI- en textos escolares, por lo demás, es una
especie de pornografía: “Pornografía política”[5]
[1]“Artículo 6. En la administración de los bienes y recursos públicos, los
funcionarios y empleados públicos se regirán por los principios de honestidad,
transparencia, participación, eficiencia, eficacia, legalidad, rendición de
cuentas y responsabilidad”.
[2] “Artículo 7. Los funcionarios y
empleados públicos deben administrar y custodiar el patrimonio público con
decencia, decoro, probidad y honradez, de forma que la utilización de los
bienes y el gasto de los recursos que lo integran, se haga de la manera
prevista en la Constitución
de la República
Bolivariana de Venezuela y las leyes, y se alcancen las
finalidades establecidas en las mismas con la mayor economía, eficacia y
eficiencia”.
[3]http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-6940127
[4]Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe.
[5] Consideramos un deber informar a una comunidad que está muy angustiada
ante la pretensión de adoctrinar niños que se evidencia sin asomo de dudas del
infamante texto constitucional ilustrado, que participar en esa ideologización
de niños, permitiendo el uso de esos textos, sí implica responsabilidad y tiene
consecuencias legales, según el ordenamiento jurídico y Tratados
Internacionales vigentes.
Los niños no solamente tienen derecho a la salud, la nutrición y la
educación, sino que también tienen derecho a no ser objeto de violencia. El
adoctrinamiento político es violencia mental y espiritual. En especial, si los
progenitores no comparten la ideología que la imagen de Chávez, representa.
Además, los Tratados internacionales imponen a los Estados el deber de
garantizar que todo niño esté plenamente preparado para una vida independiente
en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta
de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad,
tolerancia, libertad, incluida la libertad de ideología política.
Adriana Vigilanza
@adrianavigi
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